De acuerdo con XM, los embalses cerraron febrero con 43,81% de su capacidad y los aportes a la generación de energía de las hidroeléctricas se ubicaron en 63% de la media histórica.
Para febrero, la demanda de energía en Colombia creció 5,48%, si se le compara con las cifras registradas en el mismo mes de 2023.
Las estadísticas de XM, administrador del sistema eléctrico del país cafetero, muestran que el renglón que más impulsó el consumo fue el de pequeños negocios y el uso residencial. Este último ya completa 10 meses siendo el motor de la demanda nacional, con un crecimiento anual para febrero de 8,22%.
“De las diez regiones del país, la que tuvo mayor consumo de energía fue Caribe con 1,759.72 GWh, seguida por Centro con 1,561.69 GWh, y Oriente con 935.79 GWh”, según informó XM.
Este crecimiento en la demanda se da en medio de un descenso sostenido en los embalses de Colombia, indicador que también es monitoreado por esta firma.
De acuerdo con XM, los embalses cerraron febrero con 43,81% de su capacidad y los aportes a la generación de energía de las hidroeléctricas se ubicaron en 63% de la media histórica.
“Nuestros análisis muestran que de mantenerse hidrologías deficitarias como las históricas en fenómenos de El Niño pasados, sin presentarse eventos extraordinarios que afecten la infraestructura del sector y con la finalización del fenómeno de El Niño dentro de los pronósticos hechos por las agencias internacionales, el país cuenta con los recursos suficientes de generación de energía y sus recursos primarios (principalmente agua, gas, carbón y combustibles líquidos) para atender la demanda de energía lo que resta del verano 2023 2024″, dijo la empresa.
A pesar del parte de tranquilidad que da el operador del sistema, la reducción reciente en los embalses, si se tiene en cuenta que en enero esta cifra se ubicaba bordeando 56% y apenas en diciembre el indicador estaba en 70%.
Sin embargo, también es clave decir en este punto que, al menos hasta finales de febrero, el país se encontraba en mejor estado, al menos en términos de sus recursos hídricos, que en el pasado fenómeno de El Niño, que se presentó en 2016.
Para el comienzo de la estación de verano (el 1 de diciembre), los embalses superaban los niveles de ese entonces en casi 8 puntos porcentuales.
Lo que preocupa en este escenario es que el nivel de deterioro de los embalses va a buen ritmo, de casi medio punto porcentual diariamente. Lo que pone aún más presión sobre un sistema en el que la demanda no sólo no baja, sino que crece.
