El Gobierno colombiano asignó poco más de US$ 21,3 millones para seguros agropecuarios que cubran perdidas en los cultivos, para darles mayor estabilidad y reducir los riesgos de esta actividad económica.
Las fuertes lluvias y sequías que llegan cada año a Colombia pueden acabar con los cultivos y quebrar a los pequeños productores, que no tienen ninguna protección antes este tipo de acontecimientos. Esto puede terminar dificultándoles las condiciones para realizar una nueva siembra.
Para ayudar a proteger a los pequeños y medianos cultivadores de estos y otros riesgos derivados de la actividad económica, el Ministerio de Agricultura y Finagro lanzaron el programa de incentivos al seguro agropecuario.
Este 2023 será de US$ 21,3 millones, lo que representa un aumento frente al año pasado de US$ 3,36 millones (en 2022 fueron US$ 1,8 millones). Hasta ahora se cubrían unos 25.000 cultivadores, ahora se espera que pasen a ser 45.000 con los recursos adicionales.
“Si algo caracteriza la producción agropecuaria es el riesgo que maneja. Con el subsidio de pólizas de seguro vamos a amparar de riesgo biológico, climático, geológico o de precio. Son seguros que darán un margen de estabilidad”, aseguró la ministra de Agricultura, Cecilia López Montaño.
La novedad en el cubrimiento del seguro, para este año, es el aseguramiento del mercado, según Ángela María Penagos, presidenta de Finagro. “El trámite no es dispendioso y ninguno de estos procesos del ministerio tiene costo”, resaltó.
Y es que, el 70 % de la producción nacional de alimentos se considera campesina y la mayoría está en manos de pequeños y medianos productores. Y la mitad de ellos no tiene acceso a instrumentos financieros. Por eso se quiere “aumentar el porcentaje de productores que aseguran sus inversiones en el campo para que tengan una alternativa que les permita retomar su actividad económica y garantizar su sustento”, añadió López.
Los beneficios se darán según el grupo al que pertenezcan, que se mide de acuerdo a los ingresos anuales y al patrimonio. Así serán:
Por ejemplo, si un pequeño productor de bajos ingresos adquiere una póliza de US$ 225 tendrá que pagar US$ 22,4 más el IVA. Los US$ 200 restantes serían asumidos por el Gobierno Nacional.
La ministra calificó esta iniciativa como antinflacionaria, pues al buscar más producción y oferta de alimentos bajarán los elevados precios, dada la balanza de oferta y demanda. Además, ello se suma a apuesta de las nueve líneas de créditos agropecuarios que lanzó recientemente Finagro.
Dichas acciones buscan incentivar la siembra, ya que es en abril que comienza el ciclo productivo que termina con las cosechas del segundo semestre del año, la más amplia de cada año.
Seguros: una necesidad más amplia
La importancia del aseguramiento radica en que, a veces, el tamaño del cultivo no permite tecnificar los procesos y generar un aumento de la productividad. Finalmente, “genera que muchos produzcan casi que con utilidades muy cercanas a generar pérdidas y allí es donde más potencial riesgo tienen”, destacó Jeisson Andrés Balaguera, experto financiero y CEO de Values AAA Banco de Inversión.
Si bien estas medidas no son nuevas y se realizan en el país desde hace, aproximadamente, 30 años, el incremento es real y significativo de los recursos, pero no es suficiente para las necesidades del campo colombiano, según Jaime Alberto Rendón, director del Centro de Estudios e Investigaciones Rurales de la Universidad de La Salle.
“Cerca del 5 % de la producción nacional está protegida con los seguros, es una cobertura muy baja y hacen falta programas mucho más robustos para que esas iniciativas tengan mayor alcance. US$ 21,3 millones es una cifra importante, pero no es suficiente para las necesidades que tiene el país para profundizar en la protección de las cosechas y en la producción agropecuaria”, agregó.
En este punto coincide la opinión del sector agrícola. “Hacen falta más recursos. En la medida en que se fortalezca este fondo será mejor. También se requiere más dinero porque cada día el clima es más complejo, se supone que las lluvias bajarían su intensidad, pero hay varios municipios con amenaza de deslizamiento”, expresó Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC).
Para Rendón también falta modernización en el acceso a los créditos y mejorar su utilización, así como el acceso a mercados capitales para lo que son necesarios los seguros. “Lo que nos falta es que el sistema financiero llegue con condiciones modernas al sector agropecuario y crear una cultura financiera en las familias campesinas”.
Y es que, para Balaguera es muy probable que muchos pequeños productores no tengan conocimiento de estos beneficios, ya que existen muchos lugares de producción agrícola alejados de zonas urbanas y se dificulta el acceso de información. De todos modos, “no se puede perder de vista que el problema de raíz consiste en que si los procesos productivos tuvieran una tecnificación, estos serían menos riesgosos para la producción”.
¿Cómo acceder al beneficio?
Para lograr el incentivo, los productores deberán solicitar su póliza de seguro agropecuario con las compañías aseguradoras, las cuales realizarán el trámite ante Finagro para que se pueda abonar el valor del incentivo a favor del beneficiario.
Si, además, cuenta con un crédito en condiciones Finagro para el cultivo asegurado, el productor podrá tener incentivos adicionales y acceder a una bolsa especial de recursos.
El reto de este Gobierno es avanzar en la transformación productiva del campo, aumentando la inclusión de pequeños y medianos productores en el mercado de seguros agropecuarios y, por ello, se ampliaron los riesgos y actividades objeto de incentivo.
Este año los productores podrán asegurar sus cultivos para riesgos de origen climático, biológico, geológico o de precios. Además, se permitirá el uso del incentivo para asegurar la infraestructura o los bienes dedicados a la actividad agropecuaria.
El programa de seguro estará acompañado de mecanismos para fomentar la cultura de gestión de riesgos agropecuarios en los productores, con más de US$ 1,12 millones destinados al Programa de Fomento.