Según la “Guía de Negocios Fintech 2022/2023”, de EY Law y el Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE) de Perú, esta industria fue uno de los pocos segmentos que se mantuvieron en crecimiento durante la pandemia del COVID-19, debido al incremento del uso de plataformas digitales en la población y a la aceleración del desarrollo digital de los servicios financieros. No obstante, persisten algunos retos regulatorios para llegar al nivel de otros mercados como el brasileño o mexicano.
El boom de empresas fintech en Perú, al igual que en gran parte de países de Latinoamérica, es imparable. Muestra de esto es que actualmente las billeteras digitales representan el 40% del total de las transferencias interbancarias en el país sudamericano, o que ya existan 154 empresas de este sector en el país. Asimismo, cerca del 75% de las entidades financieras supervisadas han implementado soluciones fintech, ya sea en alianza o de manera independiente, según la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS).
Estos resultados recogidos por la “Guía de Negocios Fintech 2022/2023”, de EY Law y el Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE) de Perú, dan cuenta que esta industria fue uno de los pocos segmentos que se mantuvieron en crecimiento durante la pandemia del COVID-19, debido al incremento del uso de plataformas digitales en la población y a la aceleración del desarrollo digital de los servicios financieros.
“Hoy es evidente el gran potencial de las fintech en Perú: brindar servicios más eficientes, rápidos y accesibles desde cualquier lugar y en cualquier momento. En particular, las condiciones del mercado financiero peruano resultan atractivas para ciertos modelos de fintech, debido a la gran cantidad de microempresarios presentes en el país, el bajo nivel de bancarización y la alta informalidad, que se configuran como situaciones que representan una oportunidad para aquel público que no se encuentra atendido”, dice a AméricaEconomia Darío Bregante, gerente senior de Regulación Financiera y Fintech de EY Law.
Asimismo, la banca tradicional ha puesto la mira en el potencial de la tecnología financiera y como parte de su proceso de transformación digital ha incorporado modelos fintech a su portafolio de servicios. Al cierre del primer trimestre de 2022, de acuerdo con el BCRP, el 40% del total de las transferencias intrabancarias se realizaron mediante billeteras digitales, de acuerdo con el BCRP.
No obstante, la industria fintech peruana está aún rezagada frente a la brasileña o mexicana. Según Finnovista, detrás de los principales mercados en materia fintech existen seis países que abarcan el 14% del total de las empresas fintech de la región, cuyo ecosistema aún es emergente, pero que experimenta tasas de crecimiento importantes. Perú, por su lado, se ubica como líder de este grupo.
“En los próximos años podría esperarse que el fenómeno de crecimiento explosivo observado en Brasil y México pueda replicarse en los otros principales mercados de la región. No obstante, para que ello siga esa marcha y, específicamente el mercado fintech peruano pueda consolidarse es necesario que nuestro país se aproxime más en adoptar ciertas buenas prácticas desplegadas por los países líderes de la región. Entre estas prácticas, resalta la creación de innovaciones regulatorias que permiten el fomento y desarrollo de la industria fintech; tal como lo son los hub de innovación y los sandbox regulatorios”, dice Bregante.
Para el ejecutivo de EY, los hub y sandbox de otros países de la región han permitido la participación de entidades no supervisadas con el fin de facilitar los procesos de creación de modelos novedosos bajo la supervisión de los reguladores a cargo.
Por ejemplo, Brasil cuenta con un hub de innovación que es una mezcla de sandbox de industria denominado LIFT. “Brasil habilitó, mediante regulación, tres sandbox sectoriales distintos en 2020. Además, las autoridades brasileñas han construido un sistema de cooperación de sus respectivos sandbox y aceptan entidades supervisadas y no supervisadas”, dice.
Otra consideración importante, según Bregante, es la necesidad de contar con un marco normativo que facilite dicha supervisión, como el caso de México, que ha permitido el desarrollo de la industria.
Y es que desde 2018 el país norteamericano cuenta con la Ley fintech para regular las instituciones de tecnología financiera, promulgada por el Gobierno de México, que fomenta la innovación en un entorno seguro a través de la autorización de modelos. De acuerdo con esta normativa, las denominadas instituciones de tecnología financiera, constituidas como sociedades anónimas y autorizadas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y demás entidades financieras, pueden probar sus innovaciones bajo ciertas condiciones y reglas.
Bajo ese esquema se otorgan autorizaciones temporales en el caso de que la regulación cree impedimentos para modelos novedosos de tecnología financiera en una plataforma única. Asimismo, la CNBV incentiva la participación de los innovadores mexicanos a través de concursos.
Colombia, por su lado, ha dado grandes avances. Para ello, la Superintendencia Financiera de Colombia creó elHub, un mecanismo de comunicación entre todos los agentes de la industria y esa entidad de vigilancia y control. elHub es parte de InnovaSFC, que incorpora además un sandbox regulatorio. A través de un formulario electrónico, se origina el contacto con la Superintendencia y se puede presentar el proyecto, hacer consultas y crear un diálogo sobre este.
"Colombia ha tenido una aproximación en dos olas a los sandbox. Inicialmente, la Superintendencia Financiera de Colombia creó un Sandbox Supervisor al que únicamente tenían acceso entidades sometidas a su inspección y vigilancia. Posteriormente, se habilitaron los Sandbox Regulatorios, en donde se permite la participación de entidades que no se encuentran sometidas a inspección y vigilancia de la SFC” explica Bregante.
En ese sentido, queda demostrado que en otros ecosistemas más robustos que el peruano, la implementación de los hub y sandbox han permitido que la naciente industria fntech escale y se consolide a mayor velocidad.