El sector reclama mejora de competitividad para evitar nuevos cierres de empresas.

La industria uruguaya atravesó una fase de estancamiento productivo durante la segunda parte del año pasado. 

Algunos sectores terminaron con desempeño negativo y los empresarios reclaman una mejora de la competitividad para evitar el cierre de empresas.

Un monitoreo efectuado por la Cámara de Industrias (CIU) indicó que la variación de la producción núcleo –exceptuando la refinación de petróleo y la actividad en zona franca de Pepsi, Montes del Plata y UPM- en el cuarto trimestre fue de 0%.

Lo mismo ocurrió en el tercer trimestre para completar un segundo semestre sin evolución.

Los datos industriales muestran que entre julio y setiembre la producción de metales básicos y minerales no metálicos verificó un descenso interanual de la producción de 1%. Los productos refractarios mostraron el mayor descenso con 23,2%.

Además, el rubro de productos metálicos, maquinaria y equipos tuvo un retroceso de 13% respecto al mismo período del año anterior.

El sector de vehículos automotores fue el que tuvo la mayor incidencia negativa con una caída de 20,3%.

En el cuarto trimestre del año pasado, el segmento alimentos, bebidas y tabacos mostró una variación negativa de 1%. 

El aspecto que más pesó fue la disminución de la producción en la industria frigorífica con 14%.

La fabricación de productos metálicos, maquinaria y equipos continuó con desempeño negativo y mostró un descenso de la actividad de la actividad de 7% en comparación con igual período del año anterior.

Los estudios de la CIU también verificaron que el 60% de los sectores analizados en la segunda parte del año tuvo un aumento de la producción en la comparación interanual.

El Centro de Investigaciones Económicas (Cinve) también relevó datos y concluyó que el núcleo industrial presentó una caída de 0,8% en 2024 respecto a 2023.

Con ese resultado completó el segundo año consecutivo con una contracción en la producción.

La consultora añadió que ese comportamiento estuvo asociado con la disminución de 0,3% del índice de personal ocupado y las horas trabajadas.

PRODUCCIÓN Y COMPETITIVIDAD

El año industrial comenzó con noticias poco auspiciosas. El jueves 30 de enero, la autopartista Yazaki anunció el cierre de sus dos fábricas instaladas en Uruguay.

La compañía japonesa indicó en un comunicado que la decisión se tomó por los altos costos de producción en el país que afectaron significativamente las posibilidades de competir en los mercados globales.

Añadió que las “constantes paradas de producción dispuestas por el sindicato” ponían en riesgo el cumplimiento de la entrega de productos a clientes.

Por esos motivos definió mover sus operaciones a otras fábricas que la multinacional tiene en Argentina y Paraguay.

La noticia causó malestar y preocupación en filas sindicales y en el nuevo gobierno. El presidente de la Confederación de Sindicatos Industriales, Danilo Dárdano, señaló que lo peor de Yazaki fue el comunicado. “Le echa la culpa a la parte competitiva y a la parte sindical”, cuando todos estaban trabajando “en defensa del laburo y para que vinieran nuevos proyectos”.

El ministro de Trabajo, Juan Castillo, se mostró sorprendido con la salida de la autopartista y mencionó que algunos dirigentes sindicales ya habían mostrado preocupación por el cierre de otras empresas, reestructuras o despido de trabajadores.

“Deben ser situaciones distintas, pero complican el panorama porque estamos tratando de que haya cada vez más puestos de trabajo”, señaló.

Sin embargo, la situación no llamó la atención en los empresarios. En una entrevista con El Observador, el presidente de la CIU, Leonardo García, se refirió al tema.

“Venimos diciendo hace tiempo que el sector industrial tiene problemas de competitividad. Estamos con problemas que vienen en aumento y no se ve que haya un enfoque en trabajar para ver cómo la mejoramos”, dijo.

También se refirió al relacionamiento sindical. “Si agarrás el comunicado de Yazaki, le borrás el nombre y le ponés industria nacional, le cabe perfectamente. Es otro desafío que tiene la Cámara de Industrias. Cómo logramos una relación mucho más madura con el sector sindical y que no sea de una conflictividad permanente”, expresó.

Desde la gremial industrial observan con mucha incertidumbre lo que pueda ocurrir en el sector este año y sus autoridades han apuntado a que las señales de la economía de Brasil "no son buenas", aunque ven con expectativa un mejoramiento de la situación macroeconómica en Argentina.

Una encuesta relevó que el 68% de los industriales espera que su empresa mantenga el mismo nivel de actividad que un año atrás, mientras que el 23% consideró que le irá mejor.