El próximo año la compañía del Grupo Intercorp de Perú alista su incursión internacional en un país fronterizo. Mientras tanto, potencia su programa de hoteles asociados que le ha permitido cerrar este año con 40 hoteles. Además, viene reforzando su programa de viajero frecuente Casa Andina Life y su plataforma de venta de servicios In Room.
La pandemia fue un golpe duro para todo el sector de la hospitalidad en el mundo y para la cadena hotelera peruana Casa Andina no fue la excepción. No obstante, según su CEO Juan Stoessel, esta fue una oportunidad para pensar fuera de la caja y crear nuevas formas de crecimiento.
De esta forma nace el programa de Hoteles Asociados que ha permitido a Casa Andina sumar 10 nuevos hoteles en nueve destinos en Perú en los que la cadena no estaba presente y cerrar este 2022 con 40 hoteles. El programa, según explica Stoessel, consiste en buscar hoteles en destinos donde Casa Andina no está presente.
“La ubicación de la gran mayoría de estos hoteles podrían llamarse destinos secundarios por estar en ciudades más pequeñas o que no son tan concurridos, donde para hoteles más grandes e importantes es más difícil o menos rentable montar una estructura grande. Con esta asociación nos encargamos de la comercialización, la reservas y el marketing, principalmente y el hotel mantiene su nombre, su esencia y su operación. Agregamos en menor tamaño el asociado a Casa Andina como una firma de respaldo”, dice.
Casa Andina, por su lado, cobra un porcentaje de las ventas de los hoteles asociados que es variable. “En todos los casos, al poco tiempo de haber entrado a la red Casa Andina los hoteles han casi duplicado sus ventas en ocupación y tarifa porque es una combinación importante para la hotelería. Además, creamos nuevos clientes que nunca habían tenido y muchos de nuestros nuevos socios están aprovechando más la cadena porque constantemente estamos haciendo capacitaciones de muchos temas. Estamos invitando a todos los hoteles asociados a que participen en estas capacitaciones y ayudamos a estos hoteles pequeños a poder profesionalizarse en otras cosas. Nosotros también aprendemos de ellos, es un win-win por ambos lados”, dice Stoessel.
La adhesión de más hoteles a la cadena permitió la adopción de My Hotel, un sistema operativo que se instala para entender la satisfacción de los huéspedes. “Así nosotros sabemos exactamente durante y después de la estadía si el cliente está contento y si no, rápidamente podemos buscar una mejora”, dice el ejecutivo hotelero.
Para el próximo año Casa Andina sumará 10 hoteles adicionales bajo este esquema de asociados. “[El programa de Hoteles Asociados] es un producto muy robusto, tenemos una cola de hoteles esperando para entrar a nivel nacional y estamos muy contentos porque esto nos ha permitido algo clave en beneficio de la compañía que es consolidar nuestro programa de viajero frecuente, Casa Andina Life, que ha ido creciendo geométricamente y con el apoyo de los hoteles asociados más aún porque hay mucha clientela en estos destinos que antes no teníamos”, dice Stoessel.
Casa Andina Life -que funciona como el programa de lealtad de las aerolíneas- proyecta cerrar este año con 45.000 personas, 35% de las cuales son clientes que permanentemente usan los hoteles de la cadena. “En los últimos meses se ha acelerado el número de nuevos asociados. El mes pasado hemos cerrado con cerca de 5.000 asociados más y nos hemos puesto una meta a mediano plazo de tener 300.000 asociados. Esto es muy potente para el mercado corporativo nacional y también para el mercado de turismo doméstico. Cerca de 10% de nuestros asociados son gente que viene a Perú de países de la región con mucha frecuencia porque tienen negocios acá y tiene mayor facilidad de viajar. El programa de Hoteles Asociados y Life son dos grandes herramientas relativamente nuevas que nos está permitiendo conseguir nuevos clientes”, dice el CEO de Casa Andina.
Destino internacional y nueva marca
A pesar de que Casa Andina solo cuenta con hoteles en Perú, Juan Stoessel asegura que la cadena es conocida en “el barrio” latinoamericano.
“Como tenemos tantos hoteles con tantos productos, abarcamos todos los mercados. Somos muy fuertes en el mercado receptivo, por ejemplo el turista que viene del extranjero es el mismo que visita, Isla Galápagos, Bolivia o Iguazú. Por otro lado, en el mercado corporativo regional somos muy fuertes, recibimos mucha gente de Chile, Ecuador, Colombia, Argentina y Brasil. Nuestra marca es muy conocida en Perú, pero también somos conocidos en el barrio. Sentimos que estamos listos para comenzar [a expandirnos en el exterior], pero esto va a ser poco a poco”, dice Stoessel.
¿Cuál será el primer destino internacional? Pues Juan Stoessel solo se limita a decir que será en un país fronterizo con Perú. Para ello, en enero viajará a ese mercado con inversionistas para empezar la instalación de un nuevo hotel. Sobre el formato, tampoco da muchas luces. “Estamos discutiendo con el equipo que se va a encargar del desarrollo y esto va a depender del país, de la ciudad y de la oportunidad. Tenemos cuatro marcas, pero también podemos entrar con hoteles existentes que pueden ser remodelados a nuestro producto”, dice.
Lo cierto es que la internacionalización no tiene vuelta atrás. “Nos hemos propuesto estar en tres países de Latinoamérica en 2026. Siempre soñamos en grande y vamos a ser una cadena más robusta en la región. En los próximos años seguiremos fortaleciendo nuestra operación en Perú y en los próximos años estaremos más presentes en más países de la región con varios de nuestros productos. Lo bueno de ellos es que no compiten entre sí, más bien se complementan mucho. En una misma ciudad podemos tener varios productos”, dice el ejecutivo peruano.
En ese sentido, recientemente la cadena hotelera lanzó una nueva marca, Centro by Casa Andina que se suma a las ya existentes: Standard, Premium y Select. “Esta última marca son hoteles de tres estrellas con servicios sumamente reducidos y que están ubicados en un lugar muy céntrico y con servicios cercanos. Está dirigido a un huésped que puede ser corporativo o turista que quiere llegar a un sitio impecable, seguro, bien ubicado y no pagar una tarifa muy alta.Ya abrimos uno en el centro de Miraflores(Lima) y ya viene un segundo pronto. Creamos la marca para agarrar a todo este nicho importante de gente joven, de millennials. Hoy más del 80% de la ocupación de este hotel son gente joven entre los veinte y treinta años que vienen por distintos motivos.En la categoría Standard, teníamos varios millennials, pero no esta cantidad. Con estas cuatro marcas y los hoteles asociados tenemos muchas más posibilidades de conquistar otros países”, dice.
En paralelo al lanzamiento de de Centro by Casa Andina, la cadena hotelera potencializó la plataforma In Room, que nació para el room service durante la pandemia. “Desde In Room puedes ver todos los servicios del hotel y comprarlos y además estamos informando de todo lo que puedes hacer en el destino, lo cual es espectacular porque hoy día no todos los hoteles tienen un conserje. En el caso de Centro, marcas importantes de restaurantes, museos o sitios para visitar de todo tipo se han unido a la plataforma y están dando promociones a todos los que se hospeden ahí. A través de In Room pueden comprar directamente estos productos desde el teléfono para que las cosas sean mucho más rápidas y eficientes y de esta forma nuestros colaboradores tengan más tiempo para que nuestros clientes estén mucho mejor atendidos”, dice Stoessel.
Pese a las buenas perspectivas, Juan Stoessel reconoce que aún hay varios retos en el sector. Si bien el mercado doméstico (turismo interno) está por encima de la periodo pre pandemia que les ha permitido ganar algunos puntos del share de todo el Perú, no pasa lo mismo con el turismo receptivo.
“En 2019 llegaron a Perú en 4,3 millones de extranjeros y este año vamos a cerrar con 1,9 millones de extranjeros. Algo que todavía camina muy lento es el [viajero] corporativo internacional. Claramente en Perú tenemos una crisis política que afecta y no ayuda y además nos cuesta mucho más porque hemos estado trabajando por muchos años de la mano con el Estado ayudándonos ambos a mejorar y crecer en el turismo y ahora nos es más difícil porque no hay personas en muchos casos que tienen el perfil para los puestos que están ocupando y además la rotación de ministros y viceministros es alta”, concluye Stoessel.