“Si la reducción del suministro de gas natural llega a un extremo determinado, los tostadores de café pueden reducir su demanda del grano de manera importante, pues los compradores no tendrían capacidad de tueste y, por lo tanto, no habría compra”, explicó Juan Luis Barrios, presidente de la Asociación Nacional del Café en el país centroamericano.
El sector caficultor guatemalteco ya tiene en el radar las posibles consecuencias, a mediano plazo, de la crisis energética en Europa, ya que puede impactar a los productores nacionales, ahora que empieza el período invernal.
Se le conoce como crisis energética en Europa al recorte de exportaciones de gas natural por parte de Rusia hacia sus vecinos, como resultado de diversas sanciones impuestas por el conflicto con Ucrania.
Esta situación conlleva un costo para empresas y consumidores, pues deben reorganizar y priorizar sus gastos, en función del encarecimiento de los combustibles y la electricidad, pues el café guatemalteco se exporta sin tostar (proceso que se realiza en los países de destino) y ese proceso conlleva un alto consumo de energía.
¿Cómo afecta a Guatemala?
“Si la reducción del suministro de gas natural llega a un extremo determinado, los tostadores de café pueden reducir su demanda del grano de manera importante, pues los compradores no tendrían capacidad de tueste y, por lo tanto, no habría compra”, explicó Juan Luis Barrios, presidente de la Asociación Nacional del Café (Anacafé).
En tanto, Gerardo de León, gerente de comercialización la Federación de Cooperativas de Café de Guatemala (Fedecocagua), manifestó que el conflicto internacional disparó los precios internacionales de gas natural y varios países están tomando una posición de que puede haber cortes de energía eléctrica, sobre todo en el invierno que está por venir, temporada en la que más se demandan los energéticos para la calefacción.
“Los compradores de café de Europa usan gas natural para poder hacer el tostado del grano y se quejan de que las facturas se han incrementado cinco veces”, puntualizó.
En otras palabras, para los importadores europeos, la manera más eficiente de tueste es por medio de gas natural y la gran mayoría, principalmente los industriales, usan ese carburante. Desde el punto de vista energético “calentar un tambor” para hacer el tueste tiene un costo alto a base de electricidad y por esa razón se utiliza el gas que, al quemarse, genera mayor calor que la corriente eléctrica.
Entonces, “la crisis es un problema, porque ellos están buscando que el precio de la bolsa se mantenga en niveles de US$170 a US$200 (un valor cómo es US$180), y que los diferenciales de precio de Colombia, Centroamérica y México disminuyan, ya que el precio promedio de la materia prima se calculan en US$200 (promedio)”, indicó el directivo de Fedecocagua. No obstante, los precios diferenciales se mantienen firmes, dada la calidad del producto guatemalteco.
A la espera de noticias
Barrios aclaró que de momento, no se ha observado ninguna reducción en las compras de los importadores y tostadores europeos, tampoco en el consumo y los negocios continúan, “pero estamos conscientes de que muy probablemente en estos meses de invierno europeo, se manifestará una crisis energética, y varios países han anunciado un aumento en las tarifas de electricidad, lo que impacta los costos de producción y preparación en mercados donde se consume a base de espresso, que demanda mucho consumo de energía”.
El directivo, aseguró que esta situación puede impactar en el precio y a su vez, en la demanda local, aunque según la experiencia y diversos estudios, cuando se han presentado crisis financieras, el consumo de café es lo último que se reduce, como se demostró durante la pandemia: no hubo reducción de consumo, sino cambio de los lugares donde se bebía café.
Esto, porque las tiendas de café o coffee shops que estuvieron cerrados por la crisis sanitaria, pero el consumo se trasladó a los hogares y es posible -en esta coyuntura- que la tendencia continúe. “Esperamos que esta crisis energética no tenga un mayor impacto en cuanto a la demanda por parte de los consumidores, a pesar de la probable alza del precio para ellos”, subrayó Barrios.
De León remarcó que en las negociaciones también hay cambios y en el caso de Fedecocagua, están ofreciendo producto a corto plazo, ya que hay un costo financiero en la industria internacional del comercio del café, con ventas en año cosecha y no calendario, para poder mantener el flujo de caja inmediato. De lo contrario, el costo financiero se alarga.
El representante del sector cooperativista destacó que la demanda sigue siendo lenta, y las compras están a muy corto plazo, pero muchos compradores están esperanzados a que el precio de la bolsa disminuya más, pues de US$220 que se tuvo ha llegado hasta US$177.
Hay incertidumbre
A nivel individual, hay comunicación entre productores nacionales e importadores europeos a la espera de negocios, ya que aún no se han definido, más allá de los anuncios que se han hecho del aumento a la energía, pues en cuanto al suministro del gas natural todavía hay incertidumbre.
En todo caso, Barrios confirmó que hay preocupación por parte de los tostadores, de que esta situación podría volverse una “verdadera crisis para ellos”, pues aunque existe la oportunidad de despachar café tostado de origen, se complicaría la logística y el control de calidad.
Recordó que cuando se tuesta en origen, la vida en anaquel se acorta, por lo que se necesita empaque y medios de transporte eficientes, y lo otro es que no habría capacidad de reacción propia para los volúmenes requeridos, recalcó Barrios.
El ingreso promedio mensual de las familias guatemaltecas ha perdido capacidad de compra hasta en 22.1% respecto al 2015
Por otro lado, los productores ya tienen compromisos de entrega a sus clientes y no pueden incumplir un contrato, por despachar café tostado.
En el año cafetero 2021-2022 la cosecha de exportación fue de 4.3 millones, lo que generó divisas por US$1 mil 136 millones. De ese total, el 22% se despachó a Europa, según los datos de Anacafé.