Pensar de forma regional, alineando las fortalezas de cada país, permitirá incrementar el potencial y el alcance de las actividades económicas.
Con las actuales coyunturas mundiales como la guerra entre Rusia y Ucrania, así como las tensiones entre China y Estados Unidos, se genera una disminución en la capacidad de exportación, convirtiendo a América Latina en un resguardo de crecimiento mundial para la inversión extranjera, lo que abre la posibilidad de ser la tercera potencia económica global.
Así lo aseguran expertos, como Santiago Rojas, Cofundador y Managing Director de la firma de venture capital Cube Ventures, “Entre las ventajas del continente latinoamericano se encuentran las empresas basadas en commodities (inversiones en activos de bajo riesgo), las cuales generalmente mantienen los mismos precios durante las crisis, lo que puede llevar a que un porcentaje representativo de los sectores económicos de la región tengan mayor liquidez, capacidad de generar empleo, gasto, consumo y producción. Asimismo, el Venture Capital, es otra de las oportunidades que tiene la región, siendo la manera más organizada y eficiente de apostarle a las grandes compañías del futuro”.
Lo anterior entendiendo que las crisis económicas generalmente desencadenan una caída en los bienes de producción industrial, tecnológicos y de servicios, con una percepción de menor gasto disponible en la sociedad y una disminución del valor potencial de las compañías, lo que se traduce en incremento del valor de los productos.
Según el portal de indicadores económicos y estadísticas oficiales en línea, Statista Research Department, el producto interno bruto de América Latina y el Caribe ascendió a US$ 4,74 billones estadounidenses en 2020, de acuerdo con precios corrientes; y en 2021 la región experimentó una recuperación, situándose cerca de los cinco billones y medio. Asimismo, de acuerdo a datos de La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, la población de esta región representa hoy el 8,2 % de la población mundial, con un total de 662 millones de personas.
Teniendo en cuenta estos datos, si vemos nuestra región como un continente unido, es una máquina de producción de buen talento técnico y pensamiento con un potencial humano y unos recursos impresionantes; generando un verdadero bloque económico que apalanca las mayores fortalezas: agua, comida, oxígeno, selva, talento con capacidad de solucionar problemáticas reales y una apertura al mundo entero.
“Se necesita de una coordinación continental, en la cual los gobiernos y el sector privado piensen en atacar necesidades conjuntas y crear proyectos de coordinación entre países frente a políticas económicas, tributarias y sociales. No tienen que estar de acuerdo en todos los aspectos, pero sí en construir instituciones e infraestructuras de integración continental que nos permitan aprovechar las riquezas naturales con las que contamos”, puntualiza Rojas.
Pensar de forma regional y ponerse de acuerdo en cómo operar desde lo básico, alineando las fortalezas de cada país permitirá incrementar el potencial y el alcance de las actividades económicas en Latam, logrando aprovechar el mercado, que aunque tenga regulaciones diferentes, tiene similitudes fuertes.