De acuerdo con cifras del Banco Mundial, durante 2022 los envíos de dinero aumentaron 11,3% en América Latina y el Caribe y se prevé que en 2023 suban un 3,3%. Para el encargado de transferencias de Visa, esto indica que la cantidad de flujos globales de remesas sigue alcanzando récords, y no hay señal de que ocurra una desaceleración.
En 2019, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), organismo dependiente de la ONU, dijo que las remesas son parte del motor de la economía latinoamericana.
Y es que, así como la inmigración permite un flujo de trabajadores en el continente americano, los envíos de dinero son para algunas naciones, parte relevante de su PIB. Millones de familias cuentan con ese dinero para subsistir.
Tan solo en septiembre de este año los mexicanos que residen en el extranjero mandaron US$ 5.613 millones a sus familias, de acuerdo con la información divulgada esta semana por el Banco de México (Banxico). Así, la entrada de remesas en el noveno mes del año significó un crecimiento anual de 11,4%, el mayor que se reporta desde febrero pasado cuando el flujo creció 11,45%.
El tópico es parte de los temas a discutir en la 57º Asamblea de la Federación Latinoamericana de Bancos (FELABAN), que desde el 2 de noviembre se desarrolla en Miami. A ella asistirán ejecutivos de los bancos más importantes de la región, quienes examinarán las proyecciones y desafíos en el contexto de la realidad económica y financiera del continente.
AméricaEconomía conversó con Rubén Salazar, director global de Visa Direct, la plataforma de pagos de la marca. El ejecutivo expondrá en la cumbre de Felaban con el tema “El futuro de los pagos y soluciones innovadoras de movimiento de dinero”, que se refiere a las remesas y cómo hacerlas más seguras y eficientes para todas esas personas que las realizan y las familias en todo Latinoamérica que dependen de ellas.
Al respecto, el ejecutivo señala que la industria de remesas o transferencias está pasando por “una transformación impresionante”.
“Por un lado, hay más actores utilizando 100% medios digitales para mover dinero, con empresas como Paysend, Wise, Remitly y Revolut. Y por el otro lado, las grandes empresas que han operado en la industria se encuentran en un momento de mucha innovación, invirtiendo en nuevas tecnologías, explorando con nuevas soluciones y migrando más transacciones a medios digitales como ocurren con Western Union, MoneyGram, Ria y otros”, indica Salazar.
Como era de esperarse, las nuevas generaciones de migrantes son las que utilizan los canales digitales de forma más lógica porque han crecido utilizando billeteras móviles. Y esto está acelerando una demanda intuitiva por recibir y mandar dinero de manera más inmediata, usando la tecnología y de forma remota.
En este panorama, los envíos de dinero no solo deberán ser más fluidos, invisibles, abiertos, digitales, y en tiempo real. Además, podrán incluir distintas monedas digitales, como criptomonedas y stablecoins.
"Más allá de la digitalización y la rapidez transaccional, estamos viendo la llegada de innovaciones disruptivas como las tecnologías de blockchain y de tokenización de activos que están comenzando a revolucionar el futuro del movimiento del dinero, permitiendo un mayor acceso a los mercados de capital globales, una mayor descentralización e interoperabilidad entre monedas, mejoras en los procesos operativos y nuevas oportunidades de crecimiento internacional", detalla Salazar.
Esto se suma a los cambios generacionales en los emigrantes que envían estas remesas y quienes reciben estos fondos en Latinoamérica, que son más adeptos al uso de billeteras móviles y de internet para enviar dinero.
“La industria [de las remesas] está dependiendo más de tecnología que en los últimos diez años, donde se dependía principalmente de una distribución física”, afirma el ejecutivo. Y esto pasa en respuesta a una mayor penetración de teléfonos inteligentes (alrededor de 70% en la región), mayor penetración de internet (74%), y el incremento en las redes sociales a 490 millones de usuarios en Latinoamérica.
En el estudio global de Visa Direct “Money Travel: panorama de las remesas en 2023”, que incluyó a México y Perú, se ratifica algo que muchas firmas ya preveían: que las remesas digitales se están convirtiendo rápidamente en la forma más popular de mover dinero internacionalmente, en comparación con ir a un banco o sucursal física. De acuerdo con el reporte, el 75% de los consumidores encuestados en México y Perú han enviado remesas utilizando aplicaciones digitales, mientras que el 66% ha recibido fondos a través de apps digitales, lo que indica un aumento importante en la adopción durante el último año.
A pesar de estos importantes avances, las remesas hoy todavía representan uno de los sectores más fragmentados de los servicios financieros en términos de retos de integración de tecnologías, con cuotas todavía altas en algunos corredores, regulación, tasas de cambio y experiencia del usuario.
“Todo lo anterior representa una gran oportunidad, y colectivamente, la industria recién comienza su trayectoria hacia la digitalización con los beneficios de inclusión digital y financiera que esto implica. Nosotros creemos que existe una correlación entre la migración a medios digitales y la reducción en el costo de las remesas”, indica Salazar.
ADECUACIONES TECNOLÓGICAS
A nivel mundial, se calcula que 800 millones de personas reciben remesas para costear alimentación, servicios públicos y educación y el método para enviarlas no siempre lo ha hecho fácil.
Antes de la pandemia, en 2019, las remesas enviadas por 200 millones de migrantes a sus países de origen registraron el récord de US$ 706 mil millones, de los cuales US$ 554 mil millones se enviaron a países de ingresos bajos y medios (denominados LMIC).
Según datos del BID, México es el principal receptor de remesas en la región con el 41% de las remesas, seguido por Guatemala, República Dominicana, Colombia, Honduras y El Salvador.
En tanto que los datos del Banco Mundial mostraban en 2021 que las remesas personales recibidas en El Salvador, Honduras y Jamaica representaron más del 25% del PIB de estos países. Para 2022 las remesas aumentaron 11,3% en América Latina y el Caribe y se prevé que en 2023 las remesas aumentarán un 3,3%.
Por su parte, el estudio de Visa reveló que cerca de un cuarto (23%) de los adultos encuestados ya ha enviado dinero desde Estados Unidos a otro país, y el 15% del total planea enviar dinero a otro país dentro del próximo año.
“Esto nos indica que la cantidad de flujos globales de remesas sigue alcanzando récords y no hay señal de que haya una desaceleración. El hecho de que las remesas digitales son el método preferido entre los remitentes encuestados de nuestro estudio de todo México y Perú nos da una idea de la gran proporción de flujos transfronterizos que actualmente se mueven en rieles digitales”, dice el ejecutivo de Visa Direct.
Durante los últimos años, Visa ha hecho inversiones importantes para crear la tecnología de una red mundial de movimiento de dinero con su red Visa Direct.
“A través de ella nuestros clientes pueden enviar dinero a más de 3.5000 millones de tarjetas, 3.000 millones de cuentas de banco y a más de 2.500 millones de billeteras móviles por todo el mundo” detalla Salazar.
Con esta plataforma de pagos en tiempo casi real –de 30 minutos o menos- la empresa afirma haber logrado grandes avances para simplificar las remesas, introducir eficiencias y ampliar lo que sea posible en términos de desembolsos transfronterizos, alcanzando casi 8.500 millones de puntos finales, con tarjetas de débito, cuentas bancarias o billeteras digitales.
“Desde Chile hasta Centroamérica, nos estamos aliando con socios en la región para ofrecer soluciones de remesas digitales a más personas en nuestros países. Por ejemplo, Kash está usando la tecnología de Visa Direct para mover dinero más rápido en Panamá, Nicaragua, Costa Rica, Honduras, El Salvador y Guatemala. Con MoneyGram también ofrecemos un servicio de remesas en Jamaica, Nicaragua y El Salvador donde los consumidores pueden depositar directamente en sus cuentas utilizando credenciales de tarjeta de débito Visa o tarjeta prepaga Visa, usando Visa Direct”, detalla Rubén Salazar.
Las adecuaciones tecnológicas, que el usuario no ve, pero que sí siente cuando el envío de dinero es más rápido y sin fricciones, está en el centro de los acuerdos e instancias de colaboración que la firma emprende junto a firmas privadas y el sector público.
La meta es generar marcos de regulación para mejorar el flujo de dinero entre países, incentivar la conectividad de banda ancha para crear más accesibilidad para las remesas digitales y promover aún más la habilitación digital. “Nuestra aspiración es que todos los actores nos vean como un sistema operativo y no necesiten duplicar esfuerzos en la creación de redes o capacidades adicionales que podamos ofrecer al mercado”, indica Salazar.
De ahí que estén interesados tanto en la seguridad de las apps para enviar y recibir dinero -asegurando que todas las transacciones digitales de Visa están protegidas por múltiples capas de seguridad y tecnologías de tokenización y autenticación que están ayudando a combatir efectivamente el fraude- como en abarcar todas las formas de movimiento de dinero, ya sea que se originen en la red Visa o más allá. Y eso incluye las criptomonedas o monedas digitales de los bancos centrales.
Todo ese movimiento ha rendido frutos: al terminar el año fiscal 2023 a nivel global, Visa Direct llegó a 7.500 millones de transacciones, registrando un incremento de 19% respecto al año anterior y con las transacciones de persona a persona (P2P) de remesas transfronterizas creciendo un 65% interanual y alcanzaron un récord de volumen de pagos en el cuarto trimestre.
Con el auge de la digitalización como una solución innovadora comprobada para los desafíos de las remesas, la empresa quiere destacar su oferta nuevos modelos de negocio e impulsando la innovación para aportar velocidad, transparencia y ahorro de costos a las personas que dependen de ellas.
“Pero aún hay mucho más que podemos hacer colaborativamente en la industria para poner las remesas digitales al alcance de más trabajadores migrantes y sus familias, y ayudar a todos prosperar. Así que cualquier esfuerzo en acelerar la digitalización y reducir el costo operativo representa un aporte sustancial a las economías”, concluye Salazar.