La subsidiaria de la junior canadiense American Lithium avanza a toda máquina para poner en marcha el primer proyecto de litio en Perú y aprovechar los buenos precios del denominado oro blanco ocasionados por el ascendente boom de la electromovilidad global.
Desde que se anunció el descubrimiento de Falchani, un yacimiento rico en litio ubicado en la región de Puno al sur de Perú, en julio de 2018, mucha agua (o mejor dicho, litio) ha corrido bajo el puente en Sudamérica.
Y es que hace cinco años la electromovilidad se veía como una alternativa bastante lejana y en el plano regional solo Chile, a través de las empresas SQM y Albemarle, figuraba en el radar de los inversionistas de la industria del denominado oro blanco.
Hoy el escenario es completamente diferente: a Chile se le ha sumado Argentina con una llegada millonaria y sucesiva de inversiones de empresas chinas y europeas que buscan asegurar su cadena de suministro para responder a la cada vez más creciente demanda de vehículos eléctricos. A la fecha, el país sudamericano ya tiene su tercer proyecto de litio en operación.
Durante todos estos años, la empresa Macusani Yellowcake, dueña del proyecto de litio Falchani, ha visto la evolución de esta industria mientras lidiaba con una larga y lenta tramitología de la minería peruana. Finalmente, tras 20 meses de espera, la compañía, que es subsidiaria de la junior canadiense American Lithium en Perú, recibió la autorización (la primera de tres permisos de perforación solicitados) del gobierno de la declaración de impacto ambiental (DIA) para ampliación de recursos de litio en Quelcaya, comunidad aledaña a Chacaconisa, donde se ubica el proyecto Falchani.
Con este permiso, la empresa ha podido reanudar la exploración de litio.
“Tenemos 4,7 millones de toneladas de carbonato de litio equivalente como recursos y el objetivo de esta DIA era ampliar los recursos hacia el oeste del yacimiento, en la comunidad de Quelcaya, donde hemos encontrado muestras superficiales de existencias de litio, esperamos que se confirme”, dice Ulises Solís, CEO de Macusani Yellowcake a AméricaEconomía.
El próximo paso, según el ejecutivo peruano, es presentar el estudio de impacto ambiental semi detallado, cuya aprobación -por parte del Ministerio de Energía y Minas (Minem)- tomaría entre seis y ocho meses y, de ser así, estaría lista en febrero de 2024, aproximadamente. Este permiso habilitaría a Macusani Yellowcake iniciar los trabajos de perforación para llevar los recursos a reservas (es decir, la parte económicamente explotable de los recursos disponibles).
En tanto, la compañía estima presentar el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) al detalle a fines de 2024 y la aprobación tomaría 18 meses más. “Creemos que a mediados de 2026 ya podría estar aprobado el EIA e iniciaríamos inmediatamente la construcción de proyecto. Arrancaríamos las operaciones a más tardar en el segundo trimestre de 2027”, proyecta Solís.
La compañía está en un carrera contra el tiempo, tomando en cuenta que en los últimos meses Argentina y Chile han tenido éxito en temas de inversión.
Desde el gobierno de la presidenta Dina Boluarte son conscientes de la urgencia de captar la inversión de litio, y de la minería en general para la economía peruana, que este 2023, según el Banco Central de Reserva (BCR), crecería 2,2%.
Así, durante un viaje a París en la segunda semana de junio, Alex Contreras, ministro de Economía y Finanzas, aseguró que Perú será "clave para la descarbonización de la economía global" por lo que el país quiere atraer inversiones extranjeras para la explotación del litio, de la minería y del hidrógeno verde, sin poner condiciones particulares.
En ese sentido, el titular del MEF dijo a la agencia EFE que su “apertura es total" y que lo que quieren es "recomponer(se) de este ciclo a la baja de la inversión minera".
Para Ulises Solís, no hay más tiempo que perder ya que “el momento del lito es ahora”. Y es que el CEO de Macusani Yellowcake no se refiere solo al precio de la tonelada de litio (en China, el precio actual del carbonato de litio es de US$ 44.146), sino a la situación que atraviesan otros países sudamericanos que podrían convertirse en una ventaja competitiva para el país andino.
“En Bolivia el litio no va a funcionar. Tiene los recursos más grandes del mundo, pero hasta que sus políticas no cambien va a ser difícil. Además, el Salar de Uyuni no es como el de Atacama. Ahí llueve todos los días por lo que es muy difícil que decanten las cosas y metalúrgicamente tiene muchos problemas. En el caso de Chile, con su nueva política, las acciones de SQM se vinieron al suelo, no hay confianza. Hay temor de que a las empresas les quiten los yacimientos y hay una incertidumbre total”, dice Ulises Solís
Eso sí, destaca el caso argentino: “Aplaudo lo hecho por Argentina. Ha sacado al mercado proyectos de litio y todos los inversionistas están yendo a ese país. Producir en un salar [como en Argentina] es mucho más fácil que en un yacimiento de roca como el de Perú. Los permisos son menores y si bien hay un impacto ambiental, tenemos que trabajar bien para sacar adelante la industria de autos eléctricos”.
RENTABLIDAD Y REFINERÍA
Esta semana, Simon Clarke, director general de American Lithium, anunció que los costos de Falchani habrían aumentado un 20%.
"Si piensas en el mundo posterior al COVID, junto con las presiones inflacionarias, esa factura (de US$ 580 millones) probablemente sea más bien US$ 700 millones hoy", dijo.
En tanto, la filial de American Lithium en Perú está segura que cuando empiece a producir el denominado oro blanco la industria aún gozará de buenos precios.
Y es que el precio del litio en los últimos dos años ha tenido una carrera ascendente. En 2021 aumentó en casi 500% impulsado por las ventas de las automotrices. Al año siguiente, la cifra volvió a dispararse y superó los US$ 80.000 por tonelada de carbonato de litio.
No obstante, especialistas advierten que esta tendencia alcista podría revertirse. Es así que entre diciembre de 2022 e inicios de 2023 el precio del litio cayó casi un 30%, impulsado en gran medida por China, que decidió eliminar los incentivos para la compra de autos eléctricos.
“El litio ha llegado a US$ 80.000 la tonelada, pero no hemos aprovechado el tiempo por las trabas para los permisos. Si bien el precio ha ido bajando, aún sigue siendo atractivo. Hoy está por encima de los US$ 40.000 la tonelada, se está recuperando porque no hay mucha oferta de carbonato de litio, que es uno de los varios componentes que tiene una batería. Vamos a producir carbonato de litio grado batería”, dice el ejecutivo minero.
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Para lograrlo, el proyecto contempla la construcción de una refinería que en los primeros cuatro años de operación producirá US$ 25.000 toneladas de carbonato de litio anuales. Al quinto año, la compañía proyecta casi duplicar esta producción a 48.000 toneladas. “Al octavo año de operación, Falchani producirá 100.000 toneladas de carbonato de litio”, dice Solís.
Ya muchos apuntan que el verdadero negocio del litio está en la refinación y no tanto en la extracción. China es actualmente el líder global en refinación. No obstante, estos volúmenes no son suficientes para cubrir la gigante demanda de la industria de baterías, por lo que las plantas refinadoras se han convertido en un activo valioso para la cadena de suministro de la electromovilidad global.
Incluso el CEO de Tesla, el multimillonario Elon Musk,lo viene advirtiendo desde hace varios meses. “Invertir en refinerías de litio es como imprimir dinero. Me gustaría instar una vez más a los empresarios a entrar en el negocio del refinado de litio. La minería es relativamente fácil, el refinado es mucho más difícil", dijo Musk durante un conference call que daba cuenta de los resultados de Tesla en 2022. “No puedes perder, es una licencia para imprimir dinero”.
Solís es consciente de que la refinería es una gran ventaja, aunque aclara que no irán más allá del carbonato de litio. “Vamos a entregar el carbonato de litio en el puerto del Callao o donde fuera, pero de ahí a industrializar, no. El Congreso en Perú está promoviendo una ley de industrialización, pero con una ley no se va a lograr. Una batería no solo vive del carbonato de litio, hay otros elementos como el cobalto, níquel y grafitos. Perú no produce nada de eso”, afirma.
Y si bien el presidente de American Lithium habló del alza en los costos operativos del proyecto de litio en Perú, Solis asegura que hasta la aprobación del EIA no será necesario levantar capital adicional.
“Somos una junior y no se le cierra la puerta a nadie, pero queremos llegar hasta el final porque a medida que avancemos el proyecto, el valor va aumentando. Tenemos el capital suficiente, acabamos de listar en Nasdaq. Más adelante, en otra etapa, de construcción, claro que tenemos que buscar capital”, dice.
MÁS ALLÁ DEL LITIO
Si bien el proyecto de litio de Falchani no contiene uranio, Macusani Yellowcake cuenta con proyectos ricos en este elemento químico, cercanos al yacimiento. Para ello,
Nosotros empezamos perforando por uranio y había siete juniors extranjeras también. “En la comunidad de Isivilla hemos encontrado uranio. Hemos consolidado toda el área adquiriendo las concesiones mineras de empresas que venían explorando y actualmente contamos con siete proyectos de uranio que contienen litio en baja cantidad”, dice Ulises Solís.
En ese sentido, siguiendo una decisión corporativa, se hizo una escisión de los proyectos de uranio y litio y se crearon dos empresas: Macusani Uranium encargada de todas las concesiones y proyectos que tienen uranio, mientras que Macusani Yellowcake solo se enfocará en el litio. La gerencia y el directorio siguen siendo los mismos.
Adicionalmente al uranio, el yacimiento de Falchani también producirá potash o potasa (muriato de potasa, MOP, una sal rica en potasio que se utiliza principalmente como fertilizante.
“En realidad, la mayor riqueza que tiene el yacimiento de litio es el potasio. Produciremos fertilizantes y vamos a poder cubrir la demanda del mercado peruano y también exportar. A pesar de que el valor del fertilizante es bajo, vamos a satisfacer el mercado nacional y convertirnos en el exportador más importante de Sudamérica de este insumo que es tan importante para la agricultura”, detalla Solís. "El yacimiento también cuenta con cesio que se tiene que separar del litio. Esto es lo que da fuerza y realce a este proyecto. Es un proyecto emblemático, como dicen las autoridades”.
A pesar de que en la carrera global por posicionarse entre los principales productores de litio, Perú ha salido con algo de retraso -aún no ha dado el salto a la explotación y producción- el optimismo se mantiene a tope. “Según los economistas el precio del litio va a seguir subiendo en los próximos 20 años y los carros eléctricos ya están llegando y tienen que invadirnos", concluye Ulise Solís.