En los próximos años, la empresa pública uruguaya deberá decidir si hace uso del derecho a participar en emprendimientos petroleros o de hidrógeno verde que hoy están dando sus primeros pasos en el país.
La exploración y producción de petróleo e hidrocarburos, junto con la producción de hidrógeno verde, son dos rubros que hoy están captando grandes inversiones en Uruguay. En primer caso, Ancap tiene adjudicado a petroleras internacionales los siete bloques disponibles en el offshore. Por otro lado, como informó El Observador, se prevé lanzar antes de fin de año un llamado para licitar al menos cuatro áreas para la producción de hidrógeno verde o derivados a partir de granjas eólicas instaladas en el mar.
Además, se seleccionó a HIF Global para desarrollar un proyecto para producir combustibles sintéticos (e-fuels), a partir de la captura de CO2 biogénico generado en la planta de etanol de ALUR en Paysandú.
En todos esos proyectos de largo plazo, Ancap como agente del gobierno uruguayo, tiene derecho a participar como socio en etapas operativas hasta con un máximo de 30%. Por ejemplo, podría hacerlo si se descubriera petróleo en algunos de los bloques licitados en Uruguay, o eventualmente participar en negocios de hidrógeno verde en el mar cuando se presente un plan de desarrollo. Se trata de grandes proyectos, que para la empresa estatal requerirían desembolsos millonarios, superiores a US$ 500 millones en cada caso mencionado.
Otro ejemplo, es el caso de los combustibles sintéticos en Paysandú. Si el ente decidiera ser socio tendría que aportar en el orden de los US$ 600 millones.
Fondo de inversión nacional
El presidente del ente, Alejandro Stipanicic afirmó este miércoles que la capacidad financiera y patrimonial de la empresa "no es suficiente" para participar directamente en etapas de operaciones. Al mismo tiempo, dijo que no participar en operaciones que "tienen un riesgo mínimo" sería "perder una oportunidad brutal".
En ese sentido, explicó que como alternativa, hoy se está evaluando la creación de un fondo de inversión, que tenga participación de bancos, Afap y otros actores privados del país. El objetivo es “generar una masa crítica para usufructuar esos derechos en el futuro y para generar valor que quede dentro de la economía nacional”, dijo el jerarca.
“Para financiar todo eso, y especialmente para dar un buen gobierno a esas decisiones de inversión, es que vamos a proponer la creación de un fondo de inversión nacional para promover este tipo de iniciativas. Ancap solo no las puede hacer, y no es sano que Ancap las haga”, armó Stipanicic, tras participar en una conferencia organizada por Somos Uruguay.
La idea ya ha sido manejada con autoridades del gobierno uruguayo. También ya le fue comunicada al Consejo Directivo de la Bolsa de Valores de Montevideo. El semanario Búsqueda informo días atrás que Stipanicic presentó en ese ámbito el proyecto de combustibles sintéticos en Paysandú.
Los directivos de la bolsa promovieron ese encuentro para ponerla a disposición como una modalidad de financiamiento del mega proyecto, que prevé una inversión cercana a los US$ 4.000 millones en total. El titular de Ancap dijo en esa oportunidad que las opciones más viables son las de emitir títulos de deuda o estructurar un fideicomiso financiero.
“Entre todos, tenemos que pensar cómo crear ese fondo de inversión, de manera que la plata esté disponible, que la plata sea sabiamente invertida, y que haya una gobernanza adecuada que pueda tomar provecho de los derechos que está generando Ancap como agente del Estado en todos estos emprendimientos energéticos”, añadió Stipanicic.
El peligro de la "enfermedad holandesa"
Por otro lado, el titular de Ancap armó que se propondrá la creación de un fondo soberano, en donde se establezca por ley el destino específico de todo o de parte de los ingresos extraordinarios que puede lograr el país en próximas décadas, a partir de los emprendimientos de gran escala que puedan desarrollarse en el territorio.
“El ingreso para el país sería altamente, no sé si decir beneficioso o peligroso, porque el retorno de esas inversiones nos puede desacomodar el presupuesto nacional. Pueden ser ingresos extraordinarios que pueden derivar en la famosa enfermedad holandesa. Es necesario darle una institucionalidad y previsibilidad a todo esto”, dijo.
