Santiago Chamorro, presidente regional de General Motors, explicó las razones por las que se dejará de fabricar y ensamblar vehículos en el país cafetero. También dio claridad sobre el futuro de los repuestos y concesionarios de Chevrolet en Colombia.

Chevrolet tiene más de 100 años de historia en el mercado colombiano. Durante todo este tiempo ha estado presente en varias generaciones de hogares en el país cafetero, siendo una de las marcas más recordadas (y amadas) cuando de vehículos se habla.

Su presencia en el ADN empresarial se ha ganado a pulso, pues General Motors (fabricante de esta marca) destinó por cerca de 70 años recursos para que parte de sus automóviles se fabricaran y ensamblaran en Colombia (en la planta de Colmotores), haciendo de Chevrolet una especie de orgullo nacional, pues las manos de más de 500 colombianos estuvieron siempre presentes en sus procesos productivos.

Sin embargo, el panorama macroeconómico (no solo de Colombia, sino del mundo entero) ha llevado a que la industria automotriz pase por una especie de invierno en el que las ventas y la producción se han ido pique; lo que condujo, a su vez, a que dejara de ser negocio la fabricación de carros Chevrolet en el país, razón por la cual General Motors anunció, hace unos días, el cierre de estas operaciones en Colombia.

En entrevista con Blu, el presidente de General Motors en Sudamérica, Santiago Chamorro, explicó que se hizo todo lo posible para que los vehículos Chevrolet se siguieran fabricando en Colombia. Hace unos meses, por ejemplo, la empresa invirtió unos US$ 50 millones con la esperanza de que la industria pudiera experimentar una reactivación, apostando sus cartas al Chevrolet Joy.

“Quisimos intentarlo, porque tenemos una vocación industrial. Teníamos una expectativa importante en el número de volúmenes del Chevrolet Joy. De las 40.000 unidades que debería estar produciendo y vendiendo, llegamos solo a 11.000. Y no solo porque la industria en el mercado doméstico está cayendo pues, en materia de exportación, pasamos de una industria de 300.000 unidades a una de 185.000″, dijo.

No es sostenible, explica este presidente empresarial. que Colmotores siguiera trabajando al 9% de su capacidad total. Resulta más eficiente respaldarse en las plantas más importantes que tiene la empresa en el extranjero y destinar a Colombia a convertirse en un país importador.

Chamorro fue enfático en decir que el cierre de la fabricación de General Motors en el país cafetero responda a las políticas o influencia siquiera del gobierno de Gustavo Petro (como muchos se han aventurado a diagnosticar en redes sociales).

Insiste en que se trata de un fenómeno macroeconómico (especialmente impulsado por la inflación y las altas tasas de interés que lleva a muchos a no endeudarse para comprar carro), y parte de lo que demuestra esto es que en Ecuador la fabricante también cerró sus operaciones.

En suma si la fabricación y ensamble de estos vehículos se va de Colombia es porque resulta más eficiente, por las condiciones que hay en otros países.

¿QUÉ PASARÁ CON CHEVROLET EN COLOMBIA?

Como lo ha informado General Motors, la marca continuará en el país. El 100% de los vehículos serán comercializados mediante los concesionarios (que también continúan). En suma, la presencia de Chevrolet en Colombia se destinará exclusivamente a temas de promoción, ventas y atención al usuario.

Lo mismo sucederá con los repuestos. Chamorro dio un parte de tranquilidad en esta materia al decir que los clientes de Chevrolet en Colombia continuarán contando con todo el apoyo técnico y de piezas que tiene la empresa para ofrecer, tal y como lo ha hecho hasta ahora.

Sobre la planta de ensamblaje y fabricación de los vehículos (la cual se encuentra en el sur de Bogotá y dispone de un área de 28 hectáreas), se irá desmontando de forma paulatina, reciclando lo que se pueda y chatarrizando lo que quede.

La zona franca que también funcionaba en Colmotores también se desmontará. Una vez surtidos todos estos procesos, dice Chamorro, el predio se pondrá a la venta, por lo que sigue siendo incierto el futuro que pueda tener este sector de la capital.

Con los 550 empleados que se han visto afectados por esta noticia, añade Chamorro, se busca llegar a acuerdos en donde se les está ofreciendo condiciones de terminación de contrato mejores a las que exige la ley (la mayoría ya las aceptó y ha firmado).

También se les está acompañando con un proceso de transición laboral, en donde se les brinda herramientas para conseguir un nuevo empleo, o capital e instrumentos para que puedan emprender su propia empresa.