Los títulos de la petrolera llegaron a caer cerca de 17% en la bolsa de Londres, lo que recortó US$23.000 millones a su valor de mercado. Desde que comenzó la fuga, los papeles de la firma perdieron más de un tercio de su valor.
Londres, Venice. Las acciones de BP se desplomaban este martes, en una reacción al fracaso del último intento de la empresa por contener un derrame de petróleo de uno de sus pozos en el Golfo de México, considerado el peor en la historia de Estados Unidos.
En el mercado de Londres, los títulos de BP llegaron a caer cerca de 17%, su mínimo en más de un año, lo que recortó 23.000 millones de dólares a su valor de mercado. A las 1404 GMT, retrocedían 13,6%.
Desde que comenzó la fuga de crudo hace unas seis semanas, los papeles de BP perdieron más de un tercio de su valor, unos 46.000 millones de libras esterlinas (US$67.000 millones), mientras que el costo de las tareas de limpieza y las compensaciones asciende a US$990 millones.
En simultáneo, el valor de proteger la deuda de BP contra un incumplimiento de pagos ascendía fuertemente, y el contrato de BP a 5 años se ampliaba en 71 puntos básicos a 173 puntos, de acuerdo con la firma Markit.
El desastre es una pesadilla financiera y de relaciones públicas para la empresa, pero también perjudica al presidente estadounidense Barack Obama, quien enfrenta acusaciones de que su gobierno respondió con lentitud al desastre, que amenaza a las comunidades pesqueras de la costa del Golfo.
Obama se reúne con comisión. Obama se reunirá con los presidentes de una comisión que creó para evaluar la política de perforación petrolera costa afuera, a la luz de un desastre que ha llevado petróleo a las frágiles marismas de Luisiana y amenaza Misisipi y Alabama.
La comisión será similar a la que investigó la explosión del transbordador espacial Challenger en 1986 y el accidente nuclear de Three Mile Island en 1979.
En su último intento por contener el derrame que ya eclipsó al desastre del Exxon Valdez en Alaska en 1989, BP prepara un plan que no ha sido probado antes: usar un domo para capturar el crudo y canalizarlo a un buque en la superficie.
"Estamos intentando minimizar el flujo del petróleo al Golfo y hemos comenzado una serie de operaciones para asegurar eso", dijo el director gerente de BP, Bob Dudley, a CNN.
"Más adelante en la mañana veremos robots usando tijeras gigantescas y cortando partes del ducto, a unos 11 metros de la cabeza del pozo, y luego otro robot realizando un corte limpio de la parte superior. Eso nos permitirá colocar la cúpula", añadió.
Si el procedimiento falla, es posible que el pozo averiado vierta en las aguas del mar hasta 19.000 barriles de crudo diarios hasta que finalicen la perforación de pozos de alivio en agosto que pondría fin a la pérdida.
La asesora de la Casa Blanca Carol Browner describió esa posibilidad como "muy, muy problemática".
Daños. El ministro de Justicia de Estados Unidos, Eric Holder, se reunirá con fiscales federales y estatales en Nueva Orleans.
Será el primer viaje de Holder para evaluar el daño antes de lo que expertos legales creen será una investigación criminal del desastre.
El destino de las acciones de BP puede ser motivo de gran preocupación para los inversores, pero no para los residentes de las costas de Luisiana al otro lado del mundo.
"Realmente no me importa eso (el daño que enfrenta BP)", dijo Kimberly Mertz, que trabaja en una marina de Venice, Luisiana. "Queremos que limpien todo", añadió.
La mancha se ha propagado más de 160 kilómetros en la costa de Luisiana, pero Misisipi y Alabama han logrado escapar casi indemnes hasta ahora, con solo algunas esferas de alquitrán y restos de petróleo en sus playas.
Pero la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) dijo que vientos moderados en dirección sur y suroeste esta semana pueden comenzar a llevar el petróleo más cerca de las costas de Misisipi y Alabama.
"Resultados de modelos indican que el petróleo puede moverse al norte hasta amenazar las islas de la barrera costa afuera de Misisipi y Alabama", dijo la NOAA en su predicción de 48 horas de la trayectoria de la enorme mancha de petróleo.
El pronóstico fue un recordatorio de que el crudo podría ser llevado por vientos y corrientes oceánicas a una vasta área de la Costa del Golfo, incluyendo la meca del turismo Florida, Cuba y México.