Jorge Espinosa, gerente de recursos hídricos de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) explicó que los niveles del Lago Gatún, clave para la operación del Canal, están en un nivel normal.
Panamá. La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) aclaró este martes que no hay una crisis en relación con la operación de la vía interoceánica, en respuesta a una versión periodística sobre el riesgo en el vertido de agua de este punto de paso como medida frente al aumento en el nivel del agua a causa de las fuertes lluvias que han caído últimamente en el país.
Jorge Espinosa, gerente de recursos hídricos de la ACP, administración panameña que se hizo cargo de la vía tras el retiro estadounidense de Panamá que culminó a fines de 1999 en cumplimiento de los Tratados Torrijos Carter de 1977, hizo la precisión en declaraciones a través de la estación de radio local RPC.
El funcionario explicó que los niveles del Lago Gatún, clave para la operación del Canal, están por debajo del máximo operativo, lo que, agregó, es normal.
"Los vertidos que se han venido haciendo desde hace una semana han sido preventivos. Aquí en el Canal en verdad no ha habido una crisis", insistió Espinosa.
Señaló que los vertidos de agua de Gatún salen por el Río Chagres, en el sector Atlántico del país, en una zona en la que no hay alguna población que pueda resultar afectada.
Insistió en que el Canal de Panamá tiene casi un siglo y que siempre se han hecho vertidos de agua como los señalados y como medida preventiva para proteger cerca de los ríos y la estructura del Canal de Panamá.
"No hay una consecuencia diferente fuera del Canal. No es la primera vez que lo hacemos. Los hemos estado haciendo y los vamos a seguir haciendo, los vertidos de agua para controlar el nivel del agua", reafirmó el funcionario.
Recordó que en 2010 se hizo un vertido de agua por una tormenta mucho más fuerte que esta, en donde no hubo ningún problema porque siempre se saca el agua directamente del Canal al mar.
Tres personas murieron y dos más habían sido declaradas como desaparecidas producto de las fuertes precipitaciones de los últimos días en Panamá y que se estima que afectaron a más de 1.000 viviendas en la norteña provincia panameña de Colón y el oeste de la capital panameña debido a las inundaciones y deslizamientos.