El director de Actis México, Michael Harrington, aseguró a El Economista que para el sector energético Actis cuenta con al menos US$1.400 millones dispuestos para inversiones en el corto plazo, de los cuales por lo menos la mitad serán destinados a Latinoamérica.
El administrador de fondos privados de inversión en países emergentes, Actis, abrió sus oficinas en México con el fin de aterrizar proyectos de generación eléctrica mediante fuentes renovables y la ampliación de redes de transmisión y distribución, con lo que espera multiplicar por 10 su capacidad instalada actual al 2020, gracias a las garantías a largo plazo que ofrecen las subastas y las asociaciones público-privadas del nuevo régimen legal del país.
Con ello, la firma con un portafolio de inversiones por US$8.000 millones que ha instalado 14.500 megawatts en Asia, África y Latinoamérica, pretende pasar de los 50 megawatts de su actual primer proyecto en el país -el parque eólico de Tamaulipas operado por Zuma Energía, mediante la modalidad de autoabasto que venderá energía a Walmart y arranca en diciembre de este año- a 500 megawatts en el 2020.
El director de Actis México, Michael Harrington, aseguró a El Economista que para el sector energético Actis cuenta con al menos US$1.400 millones dispuestos para inversiones en el corto plazo, de los cuales por lo menos la mitad serán destinados a Latinoamérica, donde ya cuenta con 2.651 megawatts instalados o en proceso de instalación en Brasil, Chile, Costa Rica y Honduras, además de la gestión de la distribución la red eléctrica para 90% del territorio guatemalteco.
México, atractivo fuera del mercado. Harrington detalló que para los inversionistas como Actis resultará más atractivo mantenerse en el régimen anterior a la reforma mediante contratos legados, participar en las subastas que realice el gobierno para ampliar su capacidad o buscar asociaciones con la Comisión Federal de Electricidad, porque se necesitan garantías a largo plazo, un mínimo de 20 años, sobre las inversiones, que el mercado no ofrecerá.
“El mercado mayorista será creado para equilibrar las condiciones entre los grandes usuarios, pero el verdadero negocio estará en las subastas que se harán para ampliar la capacidad de generación del país y las redes de transmisión, ahí existe una verdadera métrica de riesgos que los inversionistas necesitan y en México este esquema ya cuenta con la suficiente madurez para atraer capitales”, dijo.
De los riesgos por la inseguridad del país, explicó que si bien consideran que hay territorios como Tamaulipas donde existen niveles de violencia similares a los de Honduras o algunas regiones de África, los inversionistas realizan evaluaciones que duran entre dos y tres años para determinar la factibilidad de los proyectos y siguen protocolos muy estrictos que reducen al mínimo el riesgo de las inversiones y la integridad de las personas.