Qatar Airways, Emirates Airline y Etihad Airways en un espacio de tiempo muy corto, han multiplicado sus ingresos, sus rutas, sus flotas e, incluso, amplían sus plantillas.
El panorama de la aviación comercial no es el mejor debido a las cientos de compañías aéreas que pasan por un mal momento por el alto precio del petróleo, la fuerte competencia y la inestabilidad económica.
Muchas de las aerolíneas están abocadas al cierre o la búsqueda de alianzas para sobrevivir en tan dramática situación.
Pero la crisis no afecta a todos por igual, como lo demuestra el rápido crecimiento de las tres aerolíneas de bandera del Golfo Pérsico: Qatar Airways, Emirates Airline y Etihad Airways que, en un espacio de tiempo muy corto, han multiplicado sus ingresos, sus rutas, sus flotas e, incluso, amplían sus plantillas.
En conjunto, estos tres “jeques del aire” transportaron el pasado ejercicio 2011 más de 58 millones de pasajeros y suman más de 430 destinos en todo el mundo.
Todo ello amparados por sus respectivos emiratos, la fuerza de los petrodólares y la importancia de los aeropuertos de Doha (18 millones de pasajeros en 2011, donde opera Qatar Airways); Dubai (27,9 millones de pasajeros en el primer semestre de 2012, sede de Emirates Airline) y Abu Dhabi (12,4 millones en 2011, centro de negocio de Etihad Airways), como nuevos focos de conexiones internacionales, que ha hecho que el negocio de la aviación comercial gire cada vez más hacia el área del Golfo Pérsico, la única zona donde el tráfico aéreo internacional ha aumentado durante la recesión económica.
A este auge se refería James Hogan, presidente de Etihad, en su discurso en el World Passenger Symposium, celebrado el pasado octubre en Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos), donde recalcaba la importancia de esta región en la economía mundial.
“Los `hubs´ –término que define a estos centros de distribución de conexiones aéreas internacionales- de Oriente Medio son los motores del cambio de la industria aeronáutica. Aeropuertos y compañías que abren la vía para afrontar y superar los grandes desafíos relativos al crecimiento y a la estabilidad de la aviación mundial, así como aportar cambios positivos a la industria”.
Nuevas oportunidades. Compañías que apuestan por la calidad y para quienes la crisis aeronáutica “ha generado nuevas oportunidades”, explica Marimar Laveda, directora general de Qatar Airways en España y Portugal, empresa que, por segundo año consecutivo, ha recibido el reconocimiento como “Mejor Aerolínea del Año” (los World Airline Awards), que otorga anualmente la organización británica Skytrax.
Este premio se concede sondeando la opinión de 18 millones de pasajeros de negocio y ocio de más de cien países, que valoran la satisfacción en más de 38 indicadores sobre los principales productos y servicios de la compañía, incluyendo el "check-in", embarque, confort de los asientos a bordo, cabinas, comidas y entretenimiento durante el vuelo y el personal.
“Qatar Airways ha conseguido diferenciarse del resto de compañías por sus altísimos estándares de calidad”, añade la directiva de la compañía catarí, fundada en 1997 con sólo cuatro aviones y que actualmente cuenta con una de las flotas más modernas del mundo, con 111 aviones propios y con 250 unidades en fase de adquisición, por valor de más de US$37.000 millones y que incluyen las familias Boeing 787, 777, Airbus A350, A380 y A320.
En estos quince años de existencia, la rápida expansión de la aerolínea catarí se traduce en más de 120 destinos en Europa, Oriente Medio, África, Asia Pacífico, América del Norte y América del Sur, que ha pasado de transportar 3,3 millones de pasajeros en 2003, a los 16 millones del último ejercicio.
Con un crecimiento medio del 30% anual, la empresa catarí representa el fuerte empuje de las aerolíneas del Golfo Pérsico. Este área “es un gran motor” de la aviación comercial actualmente, apunta Eva Cervera, directora de “Airline”, revista especializada en aviación comercial.
“Primero por ser una de las zonas de mayor crecimiento del tráfico actual y futuro y, segundo, donde se generan los mayores pedidos para la industria aeronáutica”, matiza la periodista.
Para Cervera, “hay varios factores” para explicar el éxito de las aerolíneas del Golfo Pérsico dentro de un panorama tan negativo como el que vive actualmente la aviación comercial.
“En primer lugar la búsqueda de negocio para invertir las ingentes cantidades de dinero del negocio petrolífero; su posición geográfica, que les ha permitido desarrollar centros de distribución de tráfico entre Europa y África y Asia; y por último, el escaso valor del queroseno en sus bases, que redunda en la rentabilidad de la operación”, concluye la experta.
Lujo y calidad. Una rentabilidad de la que presume Emirates Airline, con un crecimiento anual del 20% de promedio desde su fundación en 1985, y que transportaron a 34 millones de pasajeros en el ejercicio 2011, tres millones más que en el año anterior, volando hacia 126 destinos de 74 países (en 2011 fueron 114 destinos en 64 países) y obteniendo unos beneficios netos de US$629 millones.
“El secreto del éxito de Emirates Airline radica en la pasión por ser los mejores, la apuesta en innovación, un equipo directivo fuerte y una astuta valoración de los costes”, explica Fernando Suárez de Góngora, director general de la compañía para España y Portugal.
Esta compañía ha invertido en el último año US$3.800 millones en nuevos productos, entre ellos los trece aviones de fuselaje ancho (dos Airbus 380, diez Boeing 777 y un carguero), conformando la flota del avión de última generación -Airbus 380- más grande del mundo, con 27 aparatos en servicio y en espera de la entrega de otras 63 unidades.
“Que un negocio crezca con éxito no es una cuestión de suerte, sino el resultado de una inversión sostenida y bien calculada”, apunta Suárez de Góngora.
Cálculos que también realizan en Etihad Airways, el menor de los “jeques aéreos”, nacida en 2003 y que actualmente opera en 87 destinos de 55 países, con una flota de 66 aviones. El ejercicio 2011 lo cerró con un tráfico de 8,3 millones de pasajeros, un 17% más que en 2010, y esperan superar los 40 millones de usuarios en 2030.
Para ello, Etihad ha firmado un acuerdo de código compartido con el consorcio Air France-KLM y la alemana Air Berlín, para asentarse en el mercado europeo y competir con Qatar Airways y Emirates Airline, compañías a las que ya ha superado en su servicio de primera clase, al ser elegida por segundo año consecutivo como la mejor aerolínea de primera clase en los World Airline Awards.
Además, también ha sido reconocida por tener los mejores asientos, la mejor comida y el mejor entretenimiento a bordo.
“Lo que diferencia a estas compañías del resto es la calidad”, apunta Eva Cervera, directora de “Airline”. “La panacea hace veinte o treinta años eran las compañías del Sudeste asiático, que eran el sinónimo de la máxima calidad en el transporte aéreo y, con el paso del tiempo, caducaron sus modelos, excepto en algún caso, como es el de Singapore Airlines”.
Ese lujo y calidad se fue desplazando a Oriente Medio, “donde había plenas capacidades de inversión en el transporte aéreo y unas previsiones monumentales de crecimiento del tráfico”, prosigue Cervera.
“Con unos costes muy controlados, empezando por el combustible y siguiendo por la masa laboral, que no está sindicalizada. Todo ello combinado a que no existen problemas de congestión, ya que aquí las infraestructuras crecen sin problemas superando las previsiones de crecimiento, hace que sean el modelo deseado, con una clientela que exige lujo y calidad”, remata la especialista.
“Mientras las primeras clases están en baja en todo el mundo, aquí muestran una alta tasa de crecimiento”, concluye Cervera.