La nueva ley de semillas impulsaría la competitividad de los agricultores argentinos, que han sufrido desde que en 2016 Monsanto decidiera no lanzar en el país sus nuevas variedades de soja por la incertidumbre sobre el marco regulatorio.
Buenos Aires. Los agricultores de Argentina acordaron con empresas productoras de semillas transgénicas el pago de regalías por el uso de simientes obtenidas de sus cosechas, lo que pondría fin a una disputa de años con el gigante Monsanto y abriría el camino para la llegada de nuevas tecnologías al campo.
El acuerdo, entregado al Gobierno en diciembre, se logró más de un año después de que fracasara en el Congreso una iniciativa oficial para modificar la Ley de Semillas -que data de 1973 y permite el uso gratuito de simientes de segunda generación- por diferencias sobre el plazo de tiempo durante el cual habría que pagar regalías.
Pero ese escenario ha cambiado y ahora los productores están dispuestos a desembolsar regalías por la investigación y biotecnología invertida por las empresas cuando usen semillas reproducidas en su cosecha, dijeron a Reuters representantes de los agricultores y de la industria que desarrolla simientes.
"Hay un reconocimiento de que eso hay que pagarlo y que todos los productores tenemos que pagar por esa contraprestación. El uso propio sería oneroso en todas sus formas", dijo Daniel Pelegrina, presidente de la Sociedad Rural Argentina, la principal organización de productores del país.
Una nueva ley de semillas impulsaría la competitividad de los agricultores argentinos, dijo Pelegrina, ya que el sector ha sufrido luego de que en 2016 Monsanto decidió no lanzar en el país sus nuevas variedades de soja -el principal cultivo de Argentina- por la incertidumbre sobre el marco regulatorio.
"Este acuerdo es producto de un año de diálogo entre productores y desarrolladores, algo que no había sucedido nunca", dijo a Reuters Alfredo Paseyro, gerente de la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA), que representa a Monsanto, entre decenas de otras empresas que desarrollan semillas.
Sin embargo, hasta que no se promulgue una nueva ley, el acuerdo no se llevaría a la práctica. El Gobierno ha reconocido que es necesaria una nueva norma, pero no ha aclarado si enviará un proyecto al Congreso este año.
Ante la consulta de Reuters, un portavoz del Ministerio de Agroindustria declinó dar precisiones sobre el tema y se limitó a afirmar que "está avanzando".
El acta de entendimiento fue firmada por todas las asociaciones de agricultores, excepto la Federación Agraria, que representa a los productores de menor escala. Argentina es uno de los mayores exportadores mundiales de soja, maíz y derivados.
Pelegrina y Paseyro dijeron que el acuerdo señala que para garantizar la previsibilidad del negocio, debe fijarse el valor de las regalías por el uso de semillas de segunda generación en los primeros tres años después de la compra original, luego de lo cual el monto se actualizará cada tres años.
"Es urgente resolver este tema, que viene desde hace mucho tiempo y que va a dar certeza tanto para las empresas que van a desembarcar nuevas tecnologías, y que van a tener su recupero, como para los productores, que necesitamos la tecnología para poder evolucionar en nuestra productividad", dijo Pelegrina.