Más de 8 millones de toneladas de maíz están en juego por la posibilidad de problemas meteorológicos en Argentina, dijo Hong Xu, analista senior de Thomson Reuters Agriculture Research, que prevé una cosecha de 28,4 millones de toneladas.
Buenos Aires. Las nuevas políticas de libre mercado de Argentina han alentado una expansión del área dedicada al maíz tras años de preferencia por la soja, pero el potencial de una cosecha récord del cereal podría estar limitado por el clima seco que traería el fenómeno climático La Niña.
Más de 8 millones de toneladas de maíz están en juego por la posibilidad de problemas meteorológicos en Argentina, dijo Hong Xu, analista senior de Thomson Reuters Agriculture Research, que prevé una cosecha de 28,4 millones de toneladas.
"Condiciones climáticas adversas, con altas temperaturas y escasez de agua, están usualmente asociadas a La Niña en Argentina. Así que actualmente esperamos rendimientos de maíz relativamente bajos", dijo Xu. "Pero la producción podría llegar a 37 millones de toneladas bajo condiciones favorables", señaló.
El maíz argentino se siembra entre septiembre y enero y se cosecha entre marzo y agosto. Una cosecha grande podría presionar a la baja los precios internacionales de los alimentos.
"Probablemente vamos a ver una fuerte competencia entre las exportaciones de maíz de Argentina y de Estados Unidos, si vemos una versión débil de La Niña y una gran cosecha argentina", dijo Terry Reilly, analista senior de granos de Futures International LLC en Chicago.
Un meteorólogo del Gobierno estadounidense dijo este mes que ha aumentado la probabilidad de que en los próximos meses se desarrolle La Niña, un fenómeno climático asociado a temperaturas inusualmente bajas en el Océano Pacífico.
Xu pronostica que el área de siembra de maíz en Argentina será de 5,9 millones de hectáreas en la temporada 2016/17, lo que significa un incremento de 1 millón de hectáreas respecto del ciclo previo.
La expansión de la superficie se disparó por las políticas del presidente Mauricio Macri, quien poco después de asumir el cargo hace 10 meses eliminó controles que, bajo el anterior Gobierno de centroizquierda, limitaron las exportaciones de maíz del tercer proveedor mundial del grano.
Macri también se deshizo de un impuesto del 20 por ciento que gravaba los embarques de maíz, eliminó un sistema de cupos de exportación que restringían las ventas de cereales y permitió una devaluación del 35 por ciento del peso, lo que mejoró instantáneamente la rentabilidad de las exportaciones.
Hasta el momento, los agricultores argentinos han sembrado cerca del 35 por ciento del maíz 2016/17, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Esa entidad prevé un salto del 27 por ciento en el área de siembra del cereal, a 4,9 millones de hectáreas, lo que generaría una cosecha récord de 36 millones de toneladas, desde los 30 millones del ciclo 2015/16.
La Bolsa de Comercio de Rosario anticipa una caída del 3 por ciento en el área de soja, a 19,6 millones de hectáreas, ya que los productores sembrarán más maíz y trigo.
Los rendimientos del cereal deberían ser impulsados por una mayor utilización de fertilizantes, ante un incremento de la inversión en una campaña en la que el maíz volvería a ser rentable tras años de políticas adversas, dijo Martín Fraguío, director ejecutivo de la cámara sectorial de maíz Maizar.
Los suelos rurales argentinos han sufrido por la falta de rotación de cultivos durante el Gobierno anterior porque los productores se enfocaron en la siembra de soja, cuyas ventas externas no estaban restringidas como las del maíz y el trigo.
"Estamos muy contentos de volver a la rotación, que es mucho más sana para nuestros suelos", dijo Pedro Vigneau, que opera en un campo en la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito agrícola del país.
"Además, estamos seguros de que los agricultores van a usar más fertilizantes", afirmó. "Así que hay muchas buenas noticias en términos de producir más en forma sostenible. Esa es nuestra meta".