Los productores, que ya realizaron dos huelgas comerciales este mes en protesta por el alza impositiva, se quejan de que no pueden afrontar nuevos aumentos de costos, en una temporada en la que una extensa sequía arrasó con la cosecha de soja y maíz.
Buenos Aires. Las principales entidades rurales de Argentina, uno de los mayores exportadores mundiales de alimentos, iniciaron este sábado una huelga comercial de nueve días en Buenos Aires, la principal provincia agropecuaria del país, en protesta por un alza impositiva en el sector.
No obstante, el impacto de la medida de fuerza -a la que se sumarán productores de la provincia agrícola de Entre Ríos- sobre las ventas externas sería limitado, dado que la mayor parte de las firmas procesadoras y exportadoras tiene inventarios para cumplir con sus compromisos por varios días.
Los legisladores de Buenos Aires aprobaron el jueves, en medio de amplias manifestaciones de productores, una subida del impuesto a las tierras rurales impulsada por el oficialismo y muy cuestionada por los agricultores, que desde hace años tienen una tensa relación con el Gobierno de Cristina Fernández.
"Es muy grande la bronca que hay en el campo, no sólo bonaerense. El malestar excede los límites de la provincia (de Buenos Aires)", dijo el sábado en declaraciones radiales Eduardo Buzzi, titular de la Federación Agraria Argentina (FAA), que agrupa a pequeños y medianos productores locales.
Varias provincias argentinas han impulsado recientemente alzas de impuestos que alcanzan al sector agrario a fin de tener una estructura fiscal más progresiva, pero críticos dicen que los planes sólo buscan cubrir un creciente déficit de caja.
La Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (FARER), la cuarta provincia agropecuaria del país, anunció que realizarán desde la medianoche del sábado un cese de comercialización de ocho días, en protesta por un aumento tributario similar y otros problemas comerciales del sector.
Los productores, que ya realizaron dos huelgas comerciales este mes en protesta por el alza impositiva, se quejan de que no pueden afrontar nuevos aumentos de costos, en una temporada en la que una extensa sequía arrasó con la cosecha de soja y maíz.
"Van a ser contempladas, como ya lo hemos dicho, situaciones que puedan estar atravesando un campo por la sequía o por la inundación", dijo el gobernador de la provincia, Daniel Scioli, en un comunicado difundido el viernes. "No se le va a cobrar a aquel que por estas circunstancias no pueda pagar", agregó.
La nueva ley incluye un incremento del valor fiscal de las tierras de Buenos Aires, en base a los que se calculan varios impuestos y los cuales se encontraban muy por debajo de su valor de mercado.
Los dirigentes del sector rural aducen que el incremento los obligará a pagar también más tributos federales, como el que grava a los bienes personales.
El país sudamericano es el principal exportador global de aceite y harina de soja y el segundo de maíz, pero su producción 2011/12 de ambos granos sufrió graves pérdidas por una sequía como consecuencia del fenómeno climático La Niña.