Estos fertilizantes, que contienen elementos esenciales para las plantas, contribuirían a mejorar significativamente la calidad de los cultivos peruanos, aumentando la productividad de la tierra, según una investigación de la Universidad del Pacífico.
Lima. Un reciente estudio del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico concluyó que cerca de 800 mil personas (198.361 hogares) en extrema pobreza del Perú podrían beneficiarse si el Ministerio de Economía y Finanzas armoniza el Impuesto General a las Ventas (IGV) aplicado actualmente a los nuevos fertilizantes y micronutrientes.
Estos fertilizantes, que contienen elementos esenciales para las plantas, contribuirían a mejorar significativamente la calidad de los cultivos peruanos, aumentando la productividad de la tierra, y por tanto, los ingresos familiares de miles de pequeños agricultores.
Según el equipo de investigación de la Facultad de Economía de la Universidad del Pacífico, los ingresos adicionales que percibirían estos hogares podrían ascender a los 23,6 millones de soles (US$6,1 millones) al año.
El desafío está en que, desde hace más de 10 años, no se actualiza el listado de exoneraciones para estos productos, contemplado en el D.S. 106 – 2007, lo que ha creado una distorsión en el mercado que afecta directamente a los pequeños agricultores.
Los fertilizantes especializados, o de nueva generación, están gravados con el IGV, a diferencia de los fertilizantes convencionales, que se encuentran exonerados de este impuesto pero no aportan el mismo nivel de micronutrientes y, además, generan mayores emisiones de gas amónico (NH3). Por ende, los pequeños agricultores tienen dificultades para acceder a los nuevos fertilizantes y micronutrientes, debido a su mayor costo (18% más).
Por otro lado, según el Censo Nacional Agropecuario del 2012 (CENAGRO 2012), la agricultura peruana se caracteriza por una aplicación limitada de fertilizantes. Es decir, del 43,9% de pequeños productores que los utilizan, solo el 25,3% expresa que los aplican en forma suficiente. La cifra es alarmante, si se toma en cuenta que la falta de fertilización repercute en rendimientos bajos y baja productividad e ingresos.
En este escenario, de acuerdo con Daniel De La Torre Ugarte, economista y líder de investigación de la Universidad del Pacífico, el Gobierno Peruano necesita evaluar con urgencia la nivelación del impuesto que afecta a estos productos.
“La reducción del IGV podría ser trasladada en su integridad al agricultor, en la forma de un menor precio, lo cual le permitirá tener acceso a mejores insumos que potenciarán sus cultivos y así podrán acceder a mercados más competitivos y mejorar sus ingresos, impactando positivamente en sus familias y en el desarrollo de sus localidades. La brecha de pobreza extrema se reduciría entre 3 y 4 puntos porcentuales, dependiendo de la región que habiten”, precisó el especialista.
Armonización tributaria y su impacto en el fisco. Si el Gobierno decidiera ampliar la exoneración del IGV, ello significaría una reducción del 0,0044% en su recaudación de ingresos tributarios anuales. Es decir, dejaría de percibir solo 4.7 millones de soles (US$1,22 millones) al año.
De acuerdo con el De La Torre Ugarte, esto se vería compensado por una mayor competitividad de los pequeños agricultores y una mejor calidad de vida de un sector largamente relegado, con condiciones de vida e ingresos muy precarios y para quienes los servicios públicos son de difícil acceso. Además, los beneficios van más allá de lo económico, ya que se mejoraría también la salud y nutrición de todos los peruanos.
“Una fertilización adecuada, que incluya los micronutrientes necesarios, resulta en mejoras en el contenido nutricional de los alimentos y, por ende, en una mejor ingesta de micronutrientes por parte de la población más pobre del país.”, agregó el experto.
Un claro ejemplo de ello es el zinc. Según la Asociación Internacional de Zinc (IZA por sus siglas en inglés), la tercera parte de la población mundial tiene deficiencias de este mineral y uno de cada tres niños en el mundo tiene problemas de crecimiento, debido a la falta de este nutriente. De hecho, junto con la vitamina A, el zinc ha sido identificado como la solución más rentable para combatir la malnutrición, porque se estima que al menos la mitad de los suelos agrícolas del mundo tienen deficiencias de este nutriente.
En ese sentido, el acceso a una fertilización enriquecida con este elemento podría ser una solución simple, asequible y sostenible para incrementar los rendimientos de los cultivos y los ingresos de los agricultores, y para salvar las vidas de miles de niños peruanos.
Situación del uso de fertilizantes en el país. Según el estudio de la Universidad del Pacífico, solo el 10% de Unidades Agropecuarias de pequeños agricultores aplica fertilizantes especializados -o con micronutrientes- en sus cultivos, en cantidades suficientes.
“Este escenario es preocupante, debido a que la falta de una fertilización adecuada se ve reflejada en rendimientos bajos y, consecuentemente, en baja productividad y bajos ingresos para los productores”, afirmó De La Torre Ugarte.
Los fertilizantes convencionales que se emplean en la agricultura peruana son en su mayoría commodities o mezclas simples de nitrógeno, fósforo y potasio. Es cierto que se necesita una aplicación en cantidades adecuadas de estos elementos para alcanzar un rendimiento óptimo de las tierras y una mejor calidad de los productos, pero hace falta emplear fertilizantes especializados, los cuales incluyen minerales y micronutrientes que los convencionales no aportan, tales como el zinc, el calcio y el magnesio.
“El estudio que desarrollamos evidencia que los nuevos fertilizantes y micronutrientes pueden contribuir de forma significativa al desarrollo económico del país y el bienestar de la población. Por ello, en el mes de fechas tan importantes como el Día Mundial de la Alimentación, el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza y el Día Mundial de los Fertilizantes, es propicio revisar la pertinencia de continuar aplicando un tributo que, causa más perjuicios que beneficios para los agricultores peruanos”, concluyó De La Torre Ugarte.