La sequía ha causado la pérdida de 1.6 millones de sacos de maíz, un alimento esencial para la dieta de los salvadoreños, mientras que los termómetros han marcado más de 41 grados centígrados destruyendo plantas y resquebrajando la tierra.
Jiquilisco. Ilusionada por la buena cosecha del año previo, María de Jesús López, una modesta agricultora salvadoreña, decidió incrementar su producción de maíz en la tierra que arrienda para sembrar, pero una inesperada sequía que azota al país centroamericano la llevó a perder todo su cultivo.
Con un machete en la mano, la delgada mujer camina oteando los surcos en la tierra con la esperanza de encontrar una mazorca que haya sobrevivido a la falta de humedad. De lo contrario, corta las plantas secas para dárselas de alimento a sus animales.
"No nos esperábamos este golpe", dijo a Reuters López, de 65 años, en la zona rural del municipio de Jiquilisco, ubicado a unos 100 kilómetros al sureste de San Salvador. La falta de lluvias, explicó, le ha dejado unos US$2.000 en pérdidas.
La mujer es una de los poco más de 77.000 agricultores de maíz que se han visto fuertemente afectados por la sequía que ya acumula un mes, afecta a más de la mitad del país y ha obligado al Gobierno a declarar "alerta roja" para facilitar el desembolso de recursos para los afectados.
Entre gimoteos, López, quien comparte casa con otro siete familiares, recordó que había cultivado unas 3,5 hectáreas de maíz (cinco manzanas) y esperaba obtener unos 600 sacos de 60 kilos, pero la falta de lluvias le dejó pocas alternativas.
"El maíz del año pasado no lo vendí, lo guardé, pero solo trabajé dos manzanas, y me fue bien, llené mis graneros. Pero ahora, de pencona (valiente), me metí con cinco (manzanas) y no vamos a sacar nada", dijo con la mirada triste, clavada entre los sembradíos muertos.
La sequía ha causado la pérdida de 1.6 millones de sacos de maíz, un alimento esencial para la dieta de los salvadoreños, mientras que los termómetros han marcado más de 41 grados centígrados destruyendo plantas y resquebrajando la tierra.
En Europa, las sequías se juntaron con las altas temperaturas y, sólo en Grecia, han cobrado la vida de unas 80 personas.
Expertos centroamericanos prevén que en los próximos tres meses se registrarán menos lluvias respecto al promedio histórico, por lo que las autoridades buscan alternativas para paliar el fenómeno.
Intentando recuperarse. Cada madrugada, Luis Miguel Joya, de 26 años, llega a sus terrenos para avanzar con la instalación de un sistema que le permita irrigar sus cultivos de calabaza con una bomba que le ha facilitado la cooperativa a la que pertenece.
Joya tuvo que volver a sembrar en el suelo seco luego que sus cultivos no lograran sobrevivir a la sequía que azota el municipio de Jiquilisco, uno de los lugares declarados en alerta roja por las autoridades.
"Esto fue bien difícil, pero aquí estamos intentando recuperarnos", dijo Joya a Reuters, mientras instalaba varias tuberías para hacer llegar el agua a las plantas, protegiéndose del sol con un sombrero negro.
El ministerio de Agricultura y Ganadería dijo que los productores afectados por la sequía serán apoyados con paquetes agrícolas para la recuperación de cultivos, principalmente maíz.
El Gobierno también está evaluando si existen daños en otros rubros como la ganadería, el cultivo de caña de azúcar o café, del que el país es un gran exportador de la variedad gourmet.
"Nadie se va a quedar sin recibir el apoyo de semilla para volver a sembrar y recuperar las pérdidas que se han producido", advirtió el ministro de agricultura salvadoreño, Orestes Ortez.
Mientras tanto, María de Jesús López cifra sus esperanzas en que la lluvia caiga sobre los terrenos que alquila para sembrar o tendrá que volcarse al cercano río Lempa, el principal afluente del país, para dedicarse a la pesca o a sustraer arena para las obras de construcción.
"No se cómo vamos a hacer, pero ahí estoy, ya estoy preparando tierra, si llueve, voy a volver a sembrar, si el señor (Dios) me da licencia", confesó esperanzada.