Una sequía en el sur de Brasil -donde nace el Paraná- ha hecho caer de forma dramática el nivel de uno de los principales ríos de Sudamérica a su altura más baja en décadas, causando demoras en el transporte y molienda de granos de Argentina.
Buenos Aires. El bajo nivel del río Paraná en Argentina seguirá afectando las exportaciones agrícolas del país por lo menos hasta septiembre, dijeron autoridades y expertos, que señalaron que compañías en el polo agroportuario de Rosario deberán continuar cargando las bodegas de los barcos por debajo de su nivel habitual.
Una sequía en el sur de Brasil -donde nace el Paraná- ha hecho caer de forma dramática el nivel de uno de los principales ríos de Sudamérica a su altura más baja en décadas, causando demoras en el transporte y molienda de granos de Argentina, como también un número mayor al habitual de varaduras de barcos.
La severa baja comenzó en abril y se prolongaría hasta la primavera austral, atravesando los períodos de mayor actividad de carga de soja y maíz de Argentina, el principal exportador mundial del aceite y la harina derivados de la oleaginosa.
"La baja del río es la más baja registrada desde hace 50 años", dijo a Reuters Omar Perotti, el gobernador de la provincia de Santa Fe, donde está emplazada la zona portuaria de Rosario, punto de partida del 80% de los embarques agrícolas y agroindustriales argentinos.
"Como mínimo hasta septiembre vamos a estar en esta situación. Esto impide la navegabilidad como la conocemos y limita la carga, asumiendo muchísimos costos", explicó Perotti.
Según la Prefectura Naval Argentina, hasta el jueves el nivel del Paraná en Rosario era de 0,82 metros, muy por debajo de la altura media del río en mayo de 3,68 metros. En las mediciones del nivel de los ríos, el cero corresponde a una referencia y no a la profundidad del lecho del río.
Por la caída, en el área de Rosario empresas están recortando sus cargas en 10.000 toneladas en barcos que habitualmente parten de la zona con hasta 55.000 toneladas de mercadería, dijo Julio Calzada, director de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
A su vez, se están produciendo más varaduras en el río, como la embarcación modelo panamax COFCO I de la compañía china, que el jueves se encontraba atrapada sobre el Paraná y se dirigía a Dinamarca tras haber cargado 41.900 toneladas de harina de soja en la terminal de Louis Dreyfus.
Tres remolcadores estaban intentando liberar la nave, que estaba varada a la altura del puerto de Timbúes al norte de Rosario.
El gerente de la Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas (CAPyM), Guillermo Wade, dijo que, debido a la varadura, los barcos ya cargados no podían bajar de Timbúes por el Paraná, mientras que otros iban a tener que disminuir aún más su intención de carga para navegar el canal en la zona del accidente.
En tanto, la histórica bajante ha causado demoras en la entrega de soja paraguaya, que baja desde ese país en barcazas por el Paraná a los molinos de Rosario.
La soja de Paraguay se mezcla con granos locales en las plantas rosarinas para elevar el nivel proteico de la harina y, de acuerdo a la BCR, las demoras en las barcazas generan retrasos en las tareas industriales e incumplimientos en programas de embarques y contratos.
"La solución tendría que empezar a llegar recién a partir de septiembre-octubre, cuando comience a restablecerse el período de lluvias en Brasil", dijo el meteorólogo Leonardo De Benedictis, que explicó que mientras tanto solo se registrarían precipitaciones que traerían un alivio temporal.
Hasta entonces, compañías como Bunge y Cargill tendrán que depender de las tareas de dragado del río para que el canal del Paraná continúe siendo navegable, dijo Guillermo Wade, gerente de la Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas (CAPyM), que agregó que la situación actual se prolongará por meses.
Calzada explicó que, por el bajo nivel, algunas embarcaciones registran en determinados momentos varaduras relativas, de las que eventualmente logran liberarse.
"Lamentablemente, vamos a tener que depender exclusivamente de que las dragas sigan haciendo, más allá de sus obligaciones, un muy buen mantenimiento de la vía navegable", dijo Wade.