Hasta ahora, la aerolínea ha dicho que intentaría evitar los despidos forzados entre sus 103.000 empleados, pero apunta a un incremento de un 20% en la eficiencia de la red Air France para 2014.
París. Air France-KLM se dirigió este viernes a sindicatos y al próximo gobierno francés y dijo que no dará pie atrás en sus medidas para recortar costes laborales, porque debe hacer frente a rivales con costes más bajos y a los altos precios del combustible.
El presidente financiero, Philippe Calavia, declaró que confiaba en que, sin importar quién sea el ganador el domingo en las elecciones presidenciales en Francia, el nuevo presidente entenderá la necesidad de "transformar de forma drástica" los costes laborales de la aerolínea.
"Necesitamos más productividad y flexibilidad (...) Esa es una necesidad absoluta y no daremos un paso atrás; yo, personalmente, no lo haré," manifestó Calavia en una conferencia con analistas financieros.
Hasta ahora, Air France-KLM ha dicho que intentaría evitar los despidos forzados entre sus 103.000 empleados, pero apunta a un incremento de un 20% en la eficiencia de la red Air France para 2014.
La aerolínea franco holandesa está negociando la segunda y más complicada etapa de un plan de reestructuración que busca recortar 2.000 millones de euros (US$2.629 millones) tanto en deuda como en costes operativos en un período de tres años.
Los sindicatos franceses han alertado de despidos, mientras que muchos analistas financieros especulan que la oposición a las medidas podría endurecerse si el candidato socialista, François Hollande, gana la elección del domingo.
Air France-KLM, formada en 2004 por las aerolíneas insignia de Francia y Holanda, es propiedad en un 15,8% del gobierno francés.
Trimestre difícil. Los problemas de Air France-KLM se dejaron ver en las cifras del primer trimestre, publicadas este viernes, que mostraron que el aumento en el tráfico de pasajeros no logró compensar la debilidad del transporte de carga y los costes récord del combustible.
Las pérdidas operativas ascendieron a 597 millones de euros desde los 403 millones de euros del año pasado.
Los ingresos subieron un 6% a 5.645 millones de euros y las pérdidas netas se mantuvieron estables en 368 millones de euros.
"El primer trimestre fue difícil y hasta cierto punto podría parecer decepcionante, pero nosotros habíamos calculado este resultado, que se alinea con nuestra guía para el año completo," dijo Calavia.
Los analistas, de media, esperaban una pérdida operativa en el primer trimestre de 560 millones de euros y ventas por 5.530 millones de euros, además de una pérdida neta de 409 millones de euros, según datos de Thomson Reuters I/B/E/S.
