China presiona y baja los precios en el mercado del acero. La industria siderúrgica alemana avisa de que el endurecimiento de las normas climáticas que propone la CE puede acabar con la mitad de los puestos de trabajo.
A primera vista, los trabajadores siderúrgicos alemanes deberían estar realmente satisfechos. Después de todo, en los tres primeros trimestres del año produjeron 32,6 millones de toneladas de acero, un poco más que en el mismo período del año pasado.
El Instituto de Investigación Económica de Renania del Norte-Westfalia (RWI) atestigua incluso que, recientemente, con 85% del aprovechamiento de las capacidades, la industria ha vuelto a estabilizarse tras cuatro años de vaivenes. En los primeros nueve meses del año, el grupo Thyssen-Krupp logró un beneficio de 358 millones de euros -después de la deducción de intereses e impuestos- y prácticamente duplicó las ganancias obtenidas en el mismo período del año anterior.
Aún así, la industria del acero ve su futuro de color negro. Antes de fin de año, los fabricantes calculan una disminución de la producción de casi el 5 por ciento, provocada por el aumento de las importaciones chinas a bajo precio que están entrando en el mercado. El presidente de la Federación Alemana del Acero, Jürgen Kerkhoff, considera que el endurecimiento de las medidas de protección climática que propone la CE es una amenaza para el sector.
Superproducción china. Los productores alemanes no pueden competir con los bajos precios de las importaciones procedentes de China. El gigante asiático es el mayor productor de acero del mundo.
Debido a la coyuntura actual y a la caída de la actividad económica del país, China ya no necesita tanto acero como el que produce. De acuerdo con expertos de la industria, la superproducción china asciende actualmente a más de 200 millones de toneladas. Esta cantidad supera la producción conjunta de todos los fabricantes europeos.
A medida que China intenta vender sus excedentes en el extranjero, se produce una caída significativa de los precios como consecuencia de la competencia salvaje.
En los últimos tres meses, esta situación ha costado 5.000 puestos de trabajo a las siderúrgicas europeas. Ante esto, Knut Giesler, jefe del sindicato IG Metall de Renania del Norte-Westfalia, exige la imposición de multas antidumping –consiste en vender un bien a un precio inferior al fijado para el mismo bien en el mercado doméstico.
En la industria del acero trabajan actualmente 87.000 personas en Alemania, de las cuales 48.000 lo hacen en Renania del Norte-Westfalia. En Duisburgo, las fábricas de ThyssenKrupp, Arcelor Mittal y Hüttenwerke Krupp Mannesmann (HKM) forman el centro siderúrgico más grande de Europa.
Recientemente, ThyssenKrupp ha invertido 200 millones de euros en la mejora técnica de sus altos hornos, por cierto, los de mayor tamaño del continente.
La industria del acero desempeña un papel fundamental en la economía de la República Federal de Alemania. De acuerdo con un estudio realizado por RWI, 3,5 millones de empleos en Alemania dependen directa o indirectamente del acero.
Entre los principales sectores destacan la ingeniería y, en especial, la industria automotriz. El 40% de la producción de Thyssen-Krupp va dirigida a los fabricantes de automóviles. Su mayor cliente, de hecho, es Volkswagen.