"Hay una injusticia con Brasil, con el brasileño en general. La falla en la Villa Olímpica no fue de un brasileño", dijo, en referencia al argentino Cilenti, el intendente carioca, durante una entrevista que publica en su portada el diario Folha de Sao Paulo, el más influyente y vendido del país.
Eduardo Paes, alcalde de Río de Janeiro, deslindó responsabilidades con los departamentos que alojarán a los deportistas y los atribuyó al dirigente Mario Cilenti, uno de los responsables del comité organizador, por las condiciones de los inmuebles.
"Hay una injusticia con Brasil, con el brasileño en general. La falla en la Villa Olímpica no fue de un brasileño", dijo, en referencia al argentino Cilenti, el intendente carioca, durante una entrevista que publica en su portada el diario Folha de Sao Paulo, el más influyente y vendido del país.
Según Paes, al equipo de Cilenti, director de la Villa Olímpica, tras las denuncias de errores en el sistema hidráulico de los departamentos, necesitó de la ayuda del jefe de operaciones del comité organizador, el brasileño Rodrigo Tostes, para resolver los problemas, denunciados por delegaciones como Argentina y Australia.
"El brasileño Rodrigo Tostes fue el que resolvió el problema. Problemas e imprevistos ocurren en todo el mundo, es un enorme talento brasileño resolver estos imprevistos. No hay viveza criolla. Hay programación y organización", dijo el alcalde, sin citar directamente al argentino.
El equipo de Cilenti, un argentino nacido en Santa Fe y criado entre Mar del Plata y Canadá, que trabaja para la organización de los Juegos Olímpicos, está bajo cuestionamiento por los problemas en los departamentos, como cañerías tapadas con herramientas y cemento e inodoros con excrementos y olores nauseabundos.
Para Paes, "hubo un problema de gestión, de desatención en la Villa Olímpica, que encendió la alarma para que todos puedan chequear sus modelos de operación, pero si era para que hubiera un problema, mejor en la largada, hay mucha gente competente en el comité organizador".
El alcalde sostuvo que Río de Janeiro tendrá una transformación urbana producto de la preparación para los Juegos Olímpicos "más profunda que la de Barcelona" tras la organización en 1992.
"Del punto de vista del legado intangible, de imagen, lamentablemente Brasil no vive un momento de consolidación de imagen de país que vivíamos cuando ganamos la sede de los juegos (2009). España, en 1992, consolidaba su inserción en Europa", analizó.