Los precios del crudo en los mercados globales subieron la semana pasada por reportes sobre el descenso de la producción en Estados Unidos e interrupciones del bombeo en Canadá y Nigeria.
Reuters. La reciente alza de los precios del petróleo en Estados Unidos ha dado al mercado su mayor firmeza desde el inicio del desplome en 2014, con un estrechamiento del diferencial entre los contratos a corto y largo plazo que sugiere que la peor parte del exceso de suministros podría haber quedado atrás.
Los precios del crudo en los mercados globales subieron la semana pasada por reportes sobre el descenso de la producción en Estados Unidos e interrupciones del bombeo en Canadá y Nigeria.
Los recortes están ayudando a reequilibrar un mercado inundado de crudo, empujando al alza los precios de los futuros para entrega en junio en la Bolsa Mercantil de Nueva York (NYMEX) hasta un 11% en los cuatro últimos días. El lunes cerró a US$47,72 el barril.
Los operadores están vigilando la relación entre los contratos a futuro que expiran a fines de este año y los que acaban al cierre de 2018. El diferencial, o contango, se ha estrechado hasta su margen más pequeño desde noviembre de 2014.
Esta situación sugiere que el exceso de suministro se está reduciendo finalmente tras años de sobreproducción, pero si las compañías de esquisto estadounidenses vuelven a acelerar sus perforaciones el mercado podría caer de nuevo.
Con varios productores de esquisto de Estados Unidos diciendo que volverían a abrir los grifos si los precios se recuperan en el entorno de los US$45 por barril, el mercado se ha estado preparando para una renovación del suministro mientras las cotizaciones se recuperan desde sus mínimos en 12 años, pero puede que esto no suceda rápidamente.
"No estamos viendo señales de que la industria de la energía tenga prisa por responder a un alza en la demanda, porque siguen recortando proyectos", dijo Phil Flynn, analista de energía en Price Futures Group.
A pesar de que los precios se acercaron a los US$50 por barril la pasada semana, el número de plataformas petroleras siguió cayendo hasta mínimos de octubre de 2009, sugiriendo que los productores de esquisto estadounidenses podrían necesitar precios incluso más altos para reiniciar la producción.