El menor crecimiento mundial, la sobreproducción de crudo y el riesgo de perder la calificación crediticia son algunos de los factores que incidirán en estas variables. Las cuentas fiscales de Colombia podrían sufrir.
Bogotá.- El dólar y el petróleo se han destacado por su volatilidad en los últimos cuatro años en Colombia, y en 2019 todo parece indicar que tampoco habrá tregua. Las proyecciones de los analistas señalan que ambas variables presentarán un reto para la economía mundial y, por supuesto, para Colombia y sus cuentas fiscales. De hecho, los últimos meses de 2018 dieron algunas pistas de cómo podrían comportarse estos indicadores este año.
En efecto, los mismos factores que provocaron que el precio del petróleo perdiera más de US$25 desde octubre de 2018 seguirán en 2019. El mercado de hidrocarburos mundial experimenta un exceso de oferta (producción) y una débil demanda de crudo, la peor combinación para los precios de esta materia prima.
Los sobreproducción se debe, en gran parte, a las eficaces operaciones de fracking en Estados Unidos. Por eso no sorprende que las estimaciones de la Agencia Internacional de Energía (AIE) prácticamente den por hecho que los problemas de oferta se mantendrán en todo 2019 e incluso 2020. Esta situación ha llevado a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a considerar seriamente profundizar su programa de recortes de producción.
Por su parte, la menor demanda por crudo es un resultado natural frente al consenso internacional de que en 2019 se vivirá una desaceleración del crecimiento mundial por cuenta de factores como la guerra comercial entre China y Estados Unidos, y por los efectos colaterales que traiga el Brexit. Y como si no fuera suficiente, hay cada vez más señales de que el crecimiento económico estadounidense ya tocó techo y que este año la potencia podría mostrar señales de desaceleración.
Debido a esta situación el petróleo se mantendría débil y vulnerable este año. La encuesta que realizó Reuters el pasado 30 de diciembre, a 32 especialistas internacionales, muestra que el crudo promediaría cerca de los US$74 en 2019. En el primer semestre del año se espera que haya un repunte por cuenta de los recortes de la OPEP, pero en el segundo semestre la producción estadounidense seguirá pesando en el mercado y los precios volverían a bajar.
Respecto al comportamiento del dólar en Colombia, la mayoría de proyecciones concluyen que el dólar se mantendría caro en 2019, es decir, por encima de los $3.000 (US$0,93). Así lo muestra la encuesta que realizó el Departamento de Investigaciones Económicas del Citi, en la que se consultó a 26 entidades (comisionistas, bancos, entre otros). El resultado fue que en promedio los analistas estiman que la tasa de cambio cerrará este año en $3.085 (US$0,96). Incluso hay comisionistas como Casa de Bolsa que creen que la divisa cerrará en $3.400 (US$1,06).
Se espera que “el dólar fluctúe alrededor de los $3.100 (US$0,97) al comenzar el año y pueda llegar a subir durante la segunda parte del año a niveles de entre los $3.280 (US$1,02) y $3.430. Entre los factores que pueden mover la tasa de cambio hacia arriba está la demanda de petróleo, que se debilitará porque el crecimiento en Estados Unidos ya tocó techo. Adicionalmente, la desaceleración que presentaría la economía mundial en 2019 disminuirá la demanda por petróleo, lo cual podría impulsar el dólar al alza y perjudicar el rendimiento, la inflación y las tasas de interés en Colombia”, explica Casa de Bolsa.
Los efectos en Colombia. Mientras que el dólar no sufra incrementos agresivos, de más de $100 (US$0,031) en una semana, no debería haber efectos inflacionarios importantes dentro de la economía. Y podría haber efectos positivos, pues este nivel de tasa de cambio puede impulsar las exportaciones colombianas, sobre todo puede ayudar a compensar el efecto de los envíos de petróleo que pueden sufrir por los menores precios del crudo.
Asimismo, hay que tener en cuenta que a Colombia no le va bien en materia fiscal cuando hay malas perspectivas en torno a los precios del petróleo. De acuerdo con el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP), documento con el que se hacen las cuentas del país por los próximos 10 años, el barril de petróleo Brent debe promediar los US$62 en 2019 para que no se descuadren las finanzas del país.
Aunque el sondeo de Reuters indique que el petróleo Brent promediará los US$74, no hay que cantar victoria, pues una porción importante de analistas, como Citi piensa que la cotización estará por debajo de los US$60. Y según la Asociación Colombiana de Ingenieros de Petróleos (Acipet), por cada dólar que cae el petróleo se pueden llegar a perder $50.000 millones (US$15.650 millones) de recaudo al mes.
De hecho, para el presidente de Acipet, Julio César Vera, “el gran reto para el sector con estos precios bajos, los cuales creemos que estarán entre los US$48 y US$55 el barril, será la exploración. En 2018 solo se alcanzaron 45 de los 60 pozos exploratorios que teníamos como meta. Por eso también urge que se resuelva el fracking en Colombia, pues con solo exploración no seremos capaces de mantener la autosuficiencia energética”.
Por otro lado, en este mes de enero se espera conocer el plan del Gobierno para conseguir los $7 billones que faltaron en la ley de financiamiento que aprobó el Congreso de la República el pasado 19 de diciembre. Dependiendo de los anuncios, se sabrá si Colombia recibe una rebaja en su calificación crediticia por parte de Moody’s y Fitch, igualando la nota de Standard & Poor’s (que bajó la calificación en diciembre de 2017). Si esta rebaja se da, Colombia quedaría en las tres principales calificadoras a un escalón de perder el grado de inversión, que ganó en 2012.
Un descenso en la calificación dejaría a Colombia en una posición más vulnerable, con la que será más caro buscar el financiamiento que necesita para este y demás años del Gobierno del presidente Iván Duque. Además, si se pierde la nota podría haber una presión al alza en la tasa de cambio.
Toda esta información sugiere que 2019 será un año en el que Colombia deberá preparase para un precio del petróleo débil y para el regreso del dólar caro.