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Aniversario de tratado de Yacyretá abre negociación sobre sus condiciones
Jueves, Marzo 27, 2014 - 10:49

Su historia está llena de altibajos, incluidos atrasos en su construcción, iniciada en 1983, nueve años tras la entrada en vigor del tratado, que hicieron que solo alcanzara su potencial de producción en 2011.

Asunción. El 40 aniversario de la entrada en vigor del tratado de la hidroeléctrica Yacyretá entre Argentina y Paraguay, que se cumple este jueves, abre un período de revisión de sus condiciones, durante el cual los dos países esperan poner fin a años de disputas al respecto.

La hidroeléctrica es una obra enorme, equipada con 20 turbinas por las que pasan 2.630 millones de litros de agua por hora del río Paraná, que equivalen al consumo de agua de toda Asunción por 13 días, según la entidad binacional que la administra.

Su historia está llena de altibajos, incluidos atrasos en su construcción, iniciada en 1983, nueve años tras la entrada en vigor del tratado, que hicieron que solo alcanzara su potencial de producción en 2011.

También pasó por intentos de privatización por parte del entonces presidente Carlos Menem (1989-1999), que llamó a Yacyretá "un monumento a la corrupción".

Cuarenta años después ambos gobiernos deben ultimar la formación de sus grupos negociadores respectivos y sentarse a resolver cuestiones que llevan sin respuesta desde la puesta en marcha del proyecto: la deuda de Paraguay con Argentina por las obras de construcción, la tarifa de venta de la energía y los proyectos de ampliación.

No hay fecha para el primer encuentro, ni fecha para concluir las conversaciones, pero ambos lados quieren hablar, cada uno con un interés específico, y ya han preparado las cifras que pondrán sobre la mesa.

Para Argentina la prioridad es tener más energía, según dijo una fuente de la entidad binacional.

La hidroeléctrica produjo el año pasado 20,1 millones de megavatios hora, lo que evita el uso de 2.000 millones de litros de petróleo para generar energía, según datos de la entidad.

Argentina quiere cerrar su déficit energético, que le obliga a importar combustibles por US$9.000 millones al año, según datos de su gobierno, y mira a Yacyretá como una de sus opciones.

La generación podría aumentar 40% con un nuevo programa de inversión, según otra fuente de la entidad binacional.

El plan contempla la instalación de otras tres turbinas y la construcción de dos nuevas hidroeléctricas fronterizas, Itatí-Itá Corá y Corpus, y de una tercera, Aña Cuá, que aprovecharía el vertedero actual de la presa en un brazo del río Paraná.

Del lado paraguayo la impresión generalizada, tanto en la derecha como en la izquierda, es que el acuerdo con Argentina ha sido perjudicial para sus intereses. Uno de los principales diarios del país lo llamaba "vil expoliación" en un editorial esta semana.

Paraguay es el mayor generador de energía per capita del mundo, debido a la parte que le corresponde por Yacyretá y por Itaipú, la represa que comparte con Brasil, que es la más productiva del planeta con una salida en 2013 de 98,5 millones de megavatios por hora.

Tiene derecho a la mitad de toda esa energía, pero no la aprovecha, por su menor demanda y porque solo cuenta con una línea de alta tensión, desde Itaipú a Asunción.

Así, el 95% de la energía producida por Yacyretá se la ha quedado Argentina, que ha pagado US$1.200 millones a Paraguay por ello, según el director argentino de la entidad binacional, Oscar Thomas.

El tratado original establecía que la tarifa se debía basar en el coste de producción, pero ese mecanismo nunca se aplicó.

En su lugar en 1992 en una nota "reversal", intercambiada por los Ejecutivos y que el Congreso paraguayo nunca ratificó, se estableció una tarifa fija, de US$0,03 por kilowatio/hora, que debería estar vigente hasta 2048, el término de vida útil de la presa.

Paraguay presionará por un alza de ese valor, según el presidente de la Comisión de Entes Binacionales Hidroeléctricos de Paraguay, el diputado Walter Harms.

Analistas de su país argumentan que si se hubiera aplicado una tarifa variable, Argentina habría pagado mucho más a Paraguay por la energía, por lo que Paraguay no debe reconocer ninguna deuda por el dinero que Buenos Aires gastó en la construcción.

Thomas cifró recientemente ese "aporte" argentino en US$6.400 millones.

El uso de la palabra "aporte" fue bien recibido en Paraguay, donde se insiste en que no se considere un préstamo y por tanto no se acepte el pago de intereses.

Paraguay también pondrá el valor de su contribución del 80% del territorio anegado sobre la mesa de negociaciones, que tiene un duro trabajo por delante.

Autores

EFE