La subasta de 29 bloques el 31 de enero es la mayor desde que el Gobierno completó en 2014 una reforma que puso fin a 75 años de monopolio de la petrolera estatal Pemex.
Ciudad de México. Una licitación de campos de petróleo y gas en aguas profundas del Golfo de México a fin de este mes puede ser la última gran oportunidad para que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto capitalice la apertura del sector energético, el punto central de su agenda económica.
La subasta de 29 bloques el 31 de enero es la mayor desde que el Gobierno completó en 2014 una reforma que puso fin a 75 años de monopolio de la petrolera estatal Pemex.
Muchas de las mayores petroleras del mundo se han registrado para participar, entre ellas Exxon Mobil Corp, Royal Dutch Shell Plc, BP Plc, Total SA y China Offshore Oil Corp.
Los bloques podrían atraer miles de millones de dólares en inversiones de compañías que durante mucho tiempo han codiciado el acceso a las aguas profundas en el lado mexicano del Golfo.
Pero, una sombra sobre la subasta es el proceso electoral de julio. El líder izquierdista Andrés Manuel López Obrador, que encabeza las preferencias, ha atacado la reforma energética y ha dicho que revisaría los contratos adjudicados.
Otro elemento que los inversionistas deben sopesar es el posible impacto en los negocios si el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cumple con las amenazas de abandonar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
El secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, que busca atemperar las expectativas, dijo que los inversionistas también podrían estar influenciados por los recortes tributarios de Trump y las mayores oportunidades de exploración y producción en otras partes del mundo.
Washington ha prometido abrir casi todas las aguas costeras de Estados Unidos a la extracción de petróleo y gas, mientras que las subastas en Brasil y Argentina y los nuevos proyectos en Guyana apuestan por el capital que México busca atraer.
"Nosotros estimamos que adjudicar siete lotes, siete bloques como mínimo, a partir de allá, la licitación podría ser altamente exitosa", dijo Joaquín Coldwell a Reuters.
El aumento de los precios de las materias primas y las relativamente escasas oportunidades para que los actores globales tengan acceso a grandes campos sin explotar, han alentado las esperanzas de un vivo interés.
En la última ronda en aguas profundas en diciembre de 2016, México adjudicó contratos en ocho de los 10 bloques licitados.
"Tiene todos los ingredientes necesarios para una venta activa", dijo Tim Duncan, presidente y director ejecutivo de Talos Energy, una empresa estadounidense que ganó contratos en rondas mexicanas previas, pero que esta vez no participará.
Territorio inexplorado. Se han realizado pocas perforaciones o exploraciones en las aguas profundas de México porque Pemex carece de tecnología especializada, así como de los fondos necesarios. La petrolera estatal se enfoca en yacimientos en aguas someras.
En cambio, las petroleras internacionales están familiarizadas con la geología de la región porque es similar a la que se encuentra bajo las aguas del Golfo en Estados Unidos. Los campos en oferta se concentran en tres áreas, incluyendo el prolífico Cinturón Plegado Perdido.
Las principales petroleras mundiales han bombeado miles de millones de barriles de crudo durante décadas de operaciones desde el lado estadounidense, y se cree que las aguas mexicanas tienen reservas de petróleo y gas igual de ricas.
La subasta es el octavo grupo de campos colocados en bloque desde la primera licitación de México en julio de 2015, que ocurrió en un momento en el que los precios del crudo se encontraban en medio de una prolongada caída. México planea otra subasta de petróleo y gas en aguas someras a finales de marzo, pero no se espera que produzca la misma escala de inversión que la ronda de aguas profundas.
Registro electoral. Peña Nieto vio la apertura de la producción, exploración y venta minorista de petróleo y gas como la clave para tratar de impulsar el magro crecimiento económico a tasas de 5% anual o superior.
Más de 2.000 gasolineras en todo México que alguna vez fueron de Pemex han comenzado a surtir combustible bajo marcas internacionales, y se han comprometido a invertir millones de dólares para explotar grandes reservas de petróleo y gas. Pero esa inversión llevará años para aumentar la producción.
Después de llegar a 3.4 millones de barriles por día (bpd) en 2004, la producción de petróleo ahora está por debajo de 1.9 millones de bpd, un contraste con el sólido crecimiento del bombeo en los últimos años en Brasil, el mayor productor de petróleo de América Latina.
Bill Richardson, quien fue secretario de energía de Estados Unidos, dijo que una subasta exitosa le daría a Peña Nieto una victoria política además de levantar la inversión extranjera.
"Si esta subasta se realiza correctamente, entonces podría ser una buena ganancia para la economía energética de México", dijo a Reuters.
La posibilidad de una victoria de López Obrador en las elecciones de julio ha cargado de riesgo la apertura energética. El político ha insinuado una postura más suave frente a la reforma, alentando la esperanza de que al menos no incumpliría ningún contrato existente.
Si las petroleras creen que México podría estar menos abierto después de julio incluso podría estimular las licitaciones de enero, mientras las cosas van bien, dijo Duncan.