“La demanda es sostenida por las exportaciones de limones a Rusia y Asia y ahora, con las exportaciones a Estados Unidos, esperamos vender mayor cantidad y a mejor precio”, explicó Palacio.

Buenos Aires. El “Vivero Citrus”, ubicado en la Quebrada de Lules a 15 kilómetros de la capital tucumana, es el mayor productor primario de limones de la provincia y abastece de plantas a las principales citrícolas que producirán la fruta para exportar a Estados Unidos.

El vivero cuenta con seis hectáreas que albergan 40 invernaderos de cítricos, donde produce 200.000 plantas de limones aproximadamente con las que abaste a las principales citrícolas tucumanas, “la mayoría de estas plantas producirán los limones que serán exportados a Estados Unidos próximamente”, sostuvo José Luis Palacios, propietario del vivero.

“La demanda es sostenida por las exportaciones de limones a Rusia y Asia y ahora, con las exportaciones a Estados Unidos, esperamos vender mayor cantidad y a mejor precio”, explicó Palacio.

En el 2012 Ralph Hannah, representante en Latinoamérica de Guinness World Récords, recorrió las hectáreas cultivadas y contó 551.227 plantas de limón, desde ese momento el vivero se convirtió de manera oficial en el más grande del mundo en lo que a ese cítrico se refiere.

Actualmente el vivero ha reducido el nivel de producción en comparación al 2012, esto se debe “a las nuevas normas internacionales que exigen que el cultivo se realice en invernaderos cerrados y no a campo abierto como se hacía en ese entonces”, explicó Palacios y aclaró que aun así continúa sosteniendo el título del más grande en el rubro.

Palacio detallo que el proceso de cultivo de las plantas: “comienza en alguna de las cuatro cámaras de germinación con las que cuenta el vivero, las cuales tienen una capacidad para medio millón de plantas y están cerradas herméticamente con luz artificial, donde las semillas comienzan a echar raíces”.

Luego, “el desarrollo de los limones continúa cuando los pequeños plantines son trasladados a las macetas y llevados al invernadero. Todo ese proceso demanda unos dos años hasta que las plantas tienen el tamaño adecuado para las plantaciones de las citrícolas”, agregó y precisó que tanto las cámaras como los invernaderos están completamente cerrados para “evitar el ingreso de cualquier tipo de insecto, como lo establecen las normas internacionales de calidad”.

El propietario del Vivero Citrus destacó que allí también se producen plantas de palta y mango.