Según la experta estadounidense, Valerie Raggan, para acabar con la brucelosis se deben flexibilizar medidas, para así lograr el compromiso de todos los involucrados.
Para que la brucelosis (una enfermedad reproductiva que provoca abortos en las vacas) se pueda erradicar se deben flexibilizar las medidas, porque de lo contrario no se logra el compromiso de todos recomendado por la experta estadounidense Valerie Raggan, contratada por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) para asesorar sobre la estrategia sanitaria, declaró el presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), José Bonica.
El dirigente ruralista admitió que “todos queremos erradicar la brucelosis, porque es una enfermedad que afecta al ganado y porque es una zoonosis; eso está claro. El tema de nuestra discusión es cómo se implementan las políticas para poder lograr este destino y si estamos todos comprometidos”.
Bonica agregó que la especialista le dijo al gobierno que es bueno continuar lo que está haciendo. “También nos ha dicho la misma asesora que hace falta el compromiso de todos”, acotó.
En consecuencia, dijo que “antes de decidirnos por una erradicación, que compartimos en su objetivo final, consideramos que no están dadas las condiciones para lograr el compromiso de todos”.
En opinión de Bonica, “primero tenemos que trabajar todos. Si estamos todos de acuerdo, entonces sí vamos; pero si no, vamos a ver el esfuerzo de unos y la haraganería de otros, y no tendremos resultados”.
Asimismo agregó que deben estar todos comprometidos en todos los niveles del país, “porque nosotros no vemos hoy ese compromiso en todos los niveles vinculados a la producción”.
En tanto explicó que algunos productores se ven desestimulados y no se involucran y que el que tiene problemas de brucelosis se ve afectado económicamente.
“Puede minimizar el problema, pero no lo puede evitar aunque haga todo lo que haya que hacer, porque la brucelosis puede llegar a un establecimiento por otras vías distintas a las del vacuno y el productor no es responsable”, detalló.
En consecuencia, esta situación lleva a que el productor y asesores “intenten en algún momento no cumplir con la normativa, ocultando información. Esto hace que no estemos todos en el mismo tren y no llegaremos a buen destino”.
Para Bonica “existe una norma y no se cumple: eso significa corrupción y en esto están implicados varios. Entre ellos, y en primer lugar, productores agropecuarios y también técnicos. Cuando un productor acepta que no se denuncie algo, eso es corrupción”.
Además opinó que la mejor manera es cambiar la normativa y que no se le haga pesado al que denuncie un foco. “La sociedad debería alegrarse que se identifique un nuevo animal con brucelosis que hasta ese momento no se conocía”, concluyó.