El atentado se produjo en medio de un recrudecimiento de la ofensiva contra la infraestructura petrolera por parte de las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la principal causa por la que el país no ha logrado alcanzar su meta de producción de un millón de barriles diarios.
El bombeo de petróleo por el oleoducto Caño Limón-Coveñas, el segundo más importante de Colombia, quedó paralizado nuevamente por un ataque con explosivos atribuido a la guerrilla izquierdista, informó el domingo la estatal Ecopetrol.
El ataque, que de inmediato no afectó las exportaciones ni la producción de crudo de un campo operado por la estadounidense Occidental en el departamento de Arauca, en la frontera con Venezuela, fue cometido el sábado cerca al municipio de Cubará, en el departamento de Boyacá, al noreste del país.
El atentado se produjo en medio de un recrudecimiento de la ofensiva contra la infraestructura petrolera por parte de las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la principal causa por la que el país no ha logrado alcanzar su meta de producción de un millón de barriles diarios.
El Ejército atribuyó el ataque contra el oleoducto, que provocó un derrame de crudo, la contaminación de un río y el cierre de varios acueductos, a ese grupo rebelde.
"De manera preventiva fueron cerrados los acueductos de Arauca y Arauquita. Mientras se normaliza la situación, la Empresa solicita a la comunidad que se abstenga de usar agua de la Quebrada La Blanquita, afluente del Río Arauca", dijo un comunicado de Ecopetrol.
El oleoducto de 780 kilómetros de longitud transporta a diario unos 80.000 barriles de crudo que se producen en los campos de Caño Limón hasta el puerto de Coveñas, en el Mar Caribe, para su exportación.
Horas antes, las FARC volaron con explosivos un tanque de almacenamiento de crudo en el municipio de Orito, en el departamento del Putumayo, fronterizo con Ecuador, y destruyeron tres líneas de transporte desde un campo petrolero hasta un oleoducto, ataques que no dejaron víctimas fatales.
Ataques en aumento. Colombia, el cuarto productor latinoamericano de petróleo y el cuarto exportador de carbón en el mundo, vive un auge en exploración y explotación de hidrocarburos y minerales por mejores condiciones de seguridad en el país como resultado de una ofensiva militar que obligó a la guerrilla a replegarse a apartadas zonas montañosas y selváticas.
Sin embargo, las FARC vienen intensificando los ataques contra la infraestructura petrolera en un esfuerzo por mostrar poder e intentar frenar las labores de exploración y producción de empresas multinacionales, según fuentes de seguridad.
En el 2011 la producción de crudo de Colombia alcanzó un promedio de 914.000 barriles por día. El año pasado se registraron 84 ataques contra oleoductos en Colombia, más del doble de los 31 del 2010, según estadísticas del Ministerio de Defensa.
Y en los primeros seis meses del 2012 los ataques aumentaron un 253% a 67 en comparación con los 19 registrados entre enero y junio del 2011.
Aunque las FARC, consideradas como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, han sido golpeadas por una ofensiva militar en la que han muerto varios de sus comandantes, mientras miles de combatientes han desertado, aún tienen la capacidad de lanzar ataques de gran impacto.
Las posibilidades de una negociación de paz que permita poner fin al conflicto interno de casi cinco décadas y que cobra miles de vidas al año se ven lejanas por las posiciones distantes de las FARC y del Gobierno.