Un grupo de insurgentes de Sendero Luminoso destruyó en la madrugada de este sábado tres helicópteros con los que la firma Transportadora de Gas del Perú (TGP) movilizaba a sus trabajadores para el servicio de operación y mantenimiento del ducto en la selva sur del país.
La operadora del único gasoducto en Perú suspendió el mantenimiento de su infraestructura en una zona selvática del país donde rebeldes incendiaron tres de sus helicópteros, poniendo en riesgo el transporte del combustible en el país andino, dijo este sábado la compañía.
Un grupo de insurgentes de Sendero Luminoso destruyó en la madrugada de este sábado tres helicópteros con los que la firma Transportadora de Gas del Perú (TGP) movilizaba a sus trabajadores para el servicio de operación y mantenimiento del ducto en la selva sur del país.
"Este último hecho, además de generar la total suspensión de las actividades de mantenimiento en la zona de conflicto, nos imposibilita dar respuesta a cualquier incidente o situación de emergencia que pueda afectar la continuidad del transporte", dijo la compañía en un comunicado.
En abril, un grupo de remanentes de Sendero Luminoso secuestró a 36 trabajadores de empresas contratistas que operan el sistema de transporte de gas de Camisea, que movilizó a más de 1.500 policías y militares en busca de los rehenes en la provincia de La Convención, en la región sureña del Cusco.
Tras seis de días de cautiverio, los trabajadores fueron liberados sanos y salvos por sus mismos captores, en un desafío al Gobierno del presidente Ollanta Humala y que tuvo como consecuencia la renuncia de sus ministros de Defensa e Interior.
En la búsqueda de los guerrilleros, diez policías y militares perdieron la vida en enfrentamientos con los rebeldes.
La incursión de los insurgentes de Sendero Luminoso en el aeródromo de Kiteni en la sureña región del Cusco, no produjo esta vez daños personales o el secuestro de trabajadores, según un comunicado del comando conjunto de las Fuerzas Armadas.
Inseguridad energética. Pero la empresa aseguró que los hechos de violencia que vienen aconteciendo desde hace unos meses en la zona de operaciones, impiden mantener de manera adecuada el sistema de transportes de gas en el país.
La inseguridad en la zona impide que TGP pueda reanudar las labores de expansión del ducto paralizadas en abril, que incluye la instalación de un ducto paralelo y una planta compresora, que buscan atender la creciente demanda de energía.
"Confiamos que el Estado dispondrá los recursos y las acciones necesarias, para restablecer las condiciones de seguridad en el área, que permitan retomar las actividades de mantenimiento y la normal operación del Sistema de Transporte de Ductos", refirió la empresa.
TGP transporta gas y líquidos que sirven para producir el 50% de la energía eléctrica del Perú y más de 80% del Gas Licuado de Petróleo que consume el país.
Perú tiene un sólo gasoducto, de unos 800 kilómetros de longitud total, que trae el combustible desde los campos de Camisea, en Cusco, hasta la costa central de Perú, a Lima.
Los campos de gas de Camisea son explotados por un consorcio liderado por la argentina Pluspetrol y conformado por la española Repsol, la estadounidense Hunt Oil, la surcoreana SK, la argelina Sonatrach y la argentina Tecpetrol.
Si bien los rebeldes no representan un riesgo potencial para la estabilidad del Estado peruano, sus esporádicos ataques y emboscadas han dejado en los últimos cuatro años al menos 60 policías y militares muertos tras una ofensiva militar.
Sendero Luminoso tuvo su apogeo en las décadas de 1980 y 1990, periodo cuando el país sudamericano sufrió una guerra interna con un saldo de unos 69.000 muertos y desaparecidos.
Tras la captura de su líder y fundador, Abimael Guzmán, el grupo guerrillero quedó prácticamente derrotado y se replegó a zonas remotas de los Andes y la selva del país, principalmente en el denominado Valle del Río Apurimac, Ene y Mantaro (VRAEM).
La toma de rehenes en abril fue el mayor secuestro en la zona del VRAEM desde 2003, cuando los rebeldes retuvieron a 70 trabajadores de la empresa argentina Techint y luego los liberaron sanos y salvos tras un día de cautiverio.