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Aumenta contrabando de combustible en la frontera entre Perú y Bolivia
Lunes, Mayo 26, 2014 - 11:53

La gasolina, el diésel oil y el GLP salen en camiones y lanchas, cruzando de manera ilegal la frontera entre ambos países.

El tráfico y contrabando de combustible (gasolina, diésel oil y GLP) se intensifica en las poblaciones de Escoma, Carabuco y Puerto Acosta de la provincia Camacho de La Paz, zona roja fronteriza con el Perú, según denuncia de los mismos comunarios.

En el programa Hagamos democracia de la radio Erbol, que conduce su mismo director, Andrés Gómez, ayer se difundieron cinco denuncias de pobladores de las riberas del lago Titicaca con la voz distorsionada para “guardar el secreto de fuente” porque sus vidas corren peligro, dijo el periodista.

Cada uno de los pobladores coincidieron -por separado- en denunciar que el contrabando de gasolina, diésel, kerosene y gas licuado está más vigente que nunca porque “no existe control” de los militares en la tranca de Achacachi ni del Puerto de Chaguaya, porque los camiones pasan libremente cargados de combustible.

Incluso denunciaron que los camioneros “también pagan” en las trancas donde solo se dedican a controlar a comerciantes minoristas y no así a los grandes contrabandistas que transitan por allí.

Rutas. Los comunarios que llamaron a la radio afirmaron que los camiones desvían la tranca de Achacachi por Warisata, luego pasan por Ancoraimes (Omasuyos) y pasan por Carabuco, Escoma y Puerto Acosta, estas tres últimas poblaciones son de la provincia Camacho de La Paz. El 9 de noviembre de 2013,

La Razón había denunciado este tipo de contrabando en la que los camiones se van directo a la Feria de Virupaya, a 15 minutos de Puerto Acosta, capital de la provincia Camacho. La feria de Virupaya es una “zona impenetrable donde ni los militares pueden ingresar”, afirmó en ese entonces el comandante de la unidad de Control Operativo Aduanero (COA), mayor de policía David Herbas.

Herbas señaló que en este sector se realizan las ferias de Virupaya, Jankho Jankho y Patacaile, donde cada miércoles y sábado existe mucho movimiento comercial. Los comunarios que ayer se contactaron con Erbol manifestaron que “muchos de los jóvenes ya no quieren ni estudiar por dedicarse al contrabando”.

Modus. Un vecino de Carabuco indicó que es muy notorio cómo algunas familias y personas de la noche a la mañana aparecen con camiones nuevos, casas y otros bienes como muestra del lucrativo negocio del contrabando.

Lo más grave es que denunciaron que los contrabandistas compran combustible del surtidor de Carabuco en tractores, minibuses y otros vehículos. Luego se trasladan a sus domicilios y descargan el producto en bidones para llevarlo a las riberas del lago Titicaca

“Cuando llegan a orillas del lago Titicaca esconden las garrafas debajo del agua durante el día y por la noche sacan y los cargan inmediatamente a las embarcaciones para llevarlos al Perú”, explicó otro lugareño. Denunció que también circulan autos chutos y que del Perú ingresa droga, “y ellos se llevan el combustible”.

Los comunarios indicaron que el contrabando se lleva al Perú por tierra y por el lago Titicaca.

En el primer caso transportan en grandes camiones donde el ilícito se mimetiza debajo de cajas de cigarrillos, otros tienen tanques adicionales.

En el segundo caso, las garrafas de gas licuado y bidones de gasolina y diésel oil se lo llevan los peruanos en lanchas que llegan por la noche. Se conoce que por Wila Cala (camino a Charazani) sale el contrabando a la localidad de Huancasaya del Perú y también por la feria de Chejepampa, cerca de la población de Antaquilla de la provincia Franz Tamayo de La Paz.

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Autores

LaRazón.com