La Federación de Pueblos Mayas —junto a otras organizaciones del lugar— tienen previsto producir unos cuatro mil 400 quintales de abono sólido por año. En la actualidad, la federación posee 14 pilas de producción de abono y en dos ciclos anuales recolecta mil 680 quintales.
El abono orgánico de pulpa de café producido por lombrices logró la aceptación de los agricultores de las poblaciones aledañas al Lago de Atitlán, por lo que la Federación de Pueblos Mayas (Fedepma), uno de los productores del área, se fijó como objetivo satisfacer la creciente demanda.
El técnico del proyecto de lombricultura, Laureano García, explicó que la Fedepma —junto a otras organizaciones del lugar— tienen previsto producir unos cuatro mil 400 quintales de abono sólido por año. En la actualidad, la federación posee 14 pilas de producción de abono y en dos ciclos anuales recolecta mil 680 quintales.
La Fedepma también tiene una alianza con Helvetas —asociación suiza para la cooperación internacional— y el Proyecto Desarrollo Económico de Sololá (Prosol), con quienes instalaron 23 pilas más que elaboran dos mil 760 quintales de fertilizante.
Sin embargo, la producción conjunta de las organizaciones es insuficiente para cubrir la demanda, por lo que tienen previsto expandir el proyecto. Para tal fin, García refirió que solicitaron financiamiento e instalarán 40 pilas más en conjunto con la Asociación de Desarrollo Nimajuyú San Pedrano (Adenisa), lo que les permitirá añadir cuatro mil 800 quintales a la producción del año.
La construcción de esta nueva fase requerirá una inversión de entre Q150 mil (US$18.647,2) a Q200 mil.
El proyecto. El proyecto inició en junio del 2009, cuando los productores decidieron experimentar con la pulpa de café proveniente de seis beneficios de la Fedepma, ubicados en el área.
Según García, con esta acción se evitó que los caficultores tiraran la cáscara del grano a la cuenca del lago y la contaminaran. Además, se generó un nuevo proyecto productivo para la comunidad.
En la actualidad, la Federación comercializa el abono entre los productores locales, con otros agricultores de Escuintla y con algunas instituciones de desarrollo que se dedican a la producción agrícola.
Como parte de su plan de crecimiento, la Fedepma espera lanzar al mercado, entre julio y agosto de este año, su marca Lombricompost Atitlán. Según García, el abono sólido —excremento de la lombriz— contiene nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio, cobre, y otros nutrientes beneficiosos para los cultivos.
Se utiliza en cafetales, plantaciones de papa y se empieza a usar en parcelas demostrativas de maíz y coliflor. En la población de San Pedro lo aplican en renovación de cafetales.
El abono líquido —proveniente del orín de la lombriz—, llamado purín, se venderá por galón y bajo la misma marca. Este fertilizante se usa en flores, grama y plantas pequeñas. “Hemos tenido una respuesta excelente con los hoteleros”, dijo García.
El quintal de abono vendido en la planta tiene un precio de Q56, mientras que el galón de purín cuesta entre Q15 y Q20, si se compra con envase.
Gastronomía. Las lombrices, según García, también se pueden comer rostizadas, empanizadas, con huevos revueltos o en salsa de tomate. “La he probado con huevos revueltos”, señaló.
El técnico agregó que son fuente de proteína y que la literatura las refiere como alimento indicado en niños desnutridos o con anemia.
Para ingerirlas se deben lavar con agua limpia y remojarlas durante una noche o un día. Después, se preparan al gusto.
Para los menos exigentes, también se pueden ingerir crudas, que dejan un sabor salado al paladar. Además del abono, la Fedepma produce café, miel, y la planta de lombricultura forma parte del circuito turístico de San Pedro La Laguna.