La futura planta en la que Great Wall prevé ensamblar unas 22.000 automóviles anuales, está a la espera de firmar el acuerdo por medio del cual las autoridades venezolanas autorizan a los inversionistas privados a producir.
La futura planta en la que la marca china de automóviles Great Wall prevé ensamblar unas 22.000 unidades anuales, está a la espera de firmar el acuerdo por medio del cual las autoridades venezolanas autorizan a los inversionistas privados a producir.
Aunque se creía que el convenio había sido firmado en julio de este año, fuentes del sector automotor señalaron que aún no se ha podido suscribir. Primero debe darse la prometida visita del premier chino Ju Jintao al país, ya que la producción se enmarca dentro de un convenio de cooperación entre ambos gobiernos.
Pese a que los voceros de la empresa que asumirá la producción de la marca asiática no estuvieron disponibles para ofrecer declaraciones, se conoció que tal como se había planificado, desde julio llegaron al país todos los equipos necesarios para el proceso de ensamblaje de la planta, ubicada en la antigua factoría de Autobuses Titán en Guacara (Carabobo).
Sin prisa pero sin pausa. De acuerdo con informaciones extraoficiales, las obras civiles de la planta fueron concluidas, mientras que las máquinas traídas directamente desde China ya se encuentran en la edificación, pero no ha podido iniciarse el montaje, pues es preciso contar antes con el permiso de los ministerios de Comercio y de Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias.
Solo después de otorgado el visto bueno, los técnicos de la casa matriz de Great Wall podrán arribar al país para comenzar la instalación.
En mayo pasado, César Hirsch, vicepresidente de la empresa, señaló que el levantamiento de la estructura y la compra del herramental requeriría la inversión de 50% del capital previsto, calculado para esta primera etapa en unos US$55 millones.
Con capacidad para ensamblar hasta 22.000 unidades bajo la modalidad CBU (semiensamblados), se espera que durante el primer año de operaciones, la planta produzca unos 6.000 vehículos de los modelos Hover (todoterreno), Wingle (pick up) y Peri (compacto); potencial que pasaría a 26.000 carros una vez que se tome la modalidad CKD (completamente desarmados).
La de Venezuela es una de las cinco plantas que sustentan los planes de expansión de Great Wall Motor, el mayor productor privado de autos de China, cuyo presidente, Wei Jianjun, informó esta semana haber alcanzado los primeros acuerdos con empresarios de Sudáfrica, Brasil, Tailandia y Turquía para, en un futuro próximo, iniciar el ensamblaje en esas naciones.
Jianjun afirmó que es de sumo interés para la corporación ensamblar en otros países distintos a China, toda vez que han logrado márgenes de ganancia mayores en los mercados extranjeros que en el interno.
La marca inició operaciones comerciales en Venezuela en 2005, y desde entonces han colocado más de 4.800 unidades, según reporta su página en Internet.
Se sabe que al igual que Great Wall, las marcas asiáticas Dong Feng y JAG (ambas productoras de camiones) y cuyos proyectos fueron aprobados por las autoridades, se encuentran a la espera de la firma de convenios para comenzar a ensamblar sus unidades en Venezuela.