Con la largada de la compraventa de inmuebles, el gobierno busca estimular la construcción, frenar la corrupción en el sector, generar ingresos al Estado por concepto de impuestos y reducir el déficit de alrededor de 600.000 viviendas que sufre el país, según cifras oficiales.
La Habana. Los cubanos podrán comprar y vender casas legalmente desde la semana del 7 de noviembre, tras casi cinco décadas de prohibición, cuando entre en vigor una de las medidas más esperadas de una serie de reformas emprendidas por el Gobierno comunista.
El diario oficialista Granma dijo que las nuevas regulaciones para los traspasos de propiedades entrarán en vigor el 10 de noviembre y forman parte de unas 300 reformas impulsadas por el presidente Raúl Castro para reactivar la frágil economía del país.
"Con el fin de eliminar prohibiciones y flexibilizar trámites relacionados con la transmisión de la propiedad de la vivienda (...) entran en vigor a partir del 10 de noviembre el Decreto-Ley 288 y varias resoluciones ministeriales", dijo Granma.
El periódico citó a la Gaceta Oficial diciendo que "las nuevas normas jurídicas reconocen la compraventa, permuta, donación y adjudicación -por divorcio, fallecimiento o salida definitiva del país del propietario- de viviendas entre personas naturales cubanas con domicilio en el país y extranjeros residentes permanentes en la Isla".
La oficialización de una transferencia inmobiliaria se realizará ante notario y se aplicarán los impuestos correspondientes, explicó el diario.
Los mercados de propiedades y de vehículos han estado fuertemente restringidos desde hace casi 50 años, provocando malestar en la vida cotidiana de la población.
Expectativa. La compraventa de casas se produce poco después de la puesta en marcha en octubre de la flexibilización para comprar y vender vehículos. Muchos cubanos hacían ambas operaciones de manera ilegal y sin derecho a traspasar legalmente su propiedad.
No obstante, la resolución anunciada el jueves en Granma mantiene la restricción de poseer una única vivienda por persona en la isla como residencia permanente "y otra en zonas de descanso o veraneo".
La medida llega cuando el gobierno trabaja en una esperada reforma migratoria para que los cubanos puedan viajar con mayor facilidad, aunque el Ejecutivo no ha dado pistas sobre cuáles serían los cambios, ni cuándo se pondrían en marcha.
El gobierno ha dicho que los cubanos que abandonen definitivamente el país podrán traspasar sus casas a familiares hasta el cuarto grado de consanguinidad, una disposición que antes no era posible ya que debían dejar sus propiedades al Estado.
Raúl Castro, que reemplazó en la presidencia a su convaleciente hermano Fidel en febrero del 2008, dijo en agosto ante el Parlamento que "el país está en la senda de modificar decisiones que jugaron un papel en su momento y que perduraron innecesariamente", en alusión a una "actualización" sobre las regulaciones de viajes.
Con la largada de la compraventa de inmuebles, el gobierno busca estimular la construcción, frenar la corrupción en el sector, generar ingresos al Estado por concepto de impuestos y reducir el déficit de alrededor de 600.000 viviendas que sufre el país, según cifras oficiales.
La mayoría de las casas, edificios y apartamentos en Cuba datan de antes de la revolución de 1959.
"Muchas personas aquí han vivido y viven con el temor de perder sus viviendas, pues las adquirieron de forma ilegal. Ahora podrían legalizarlas y dormir tranquilos", dijo Osmel González, un trabajador privado, mientras leía la nota en Granma.