Las acciones de Santander han caído cerca del 40% en el último año al verse asociado, como su competidor español BBVA, con el resto de entidades del país, más centradas en el negocio doméstico y necesitadas de capital para cubrir los agujeros que ha dejado el estallido de la burbuja inmobiliaria.
Madrid. El logo rojo y blanco de Santander se hizo visible en todo el mundo durante los años del boom español, pero ahora que España ha caído en desgracia, el banco también sufre las consecuencias.
La entidad ha recorrido un largo camino desde su fundación en 1857, haciéndose un hueco en mercados maduros como Reino Unido y otros con gran potencial de crecimiento como Brasil, México y Polonia.
Sin embargo, parece que ahora ni los inversores ni los ahorristas consiguen desvincular al banco de su mercado patrio.
Las acciones de Santander han caído cerca del 40% en el último año al verse asociado, como su competidor español BBVA, con el resto de entidades del país, más centradas en el negocio doméstico y necesitadas de capital para cubrir los agujeros que ha dejado el estallido de la burbuja inmobiliaria.
Esta vinculación se hizo patente en mayo, cuando los clientes británicos de Santander retiraron 200 millones de libras del banco, asustados por la nacionalización de la también española Bankia.
Daño colateral. "Santander y BBVA están en otra liga. Lo que hacen en España tiene un impacto limitado en sus balances y la caída en la cotización es un daño colateral injustificado", dijo una fuente financiera en Madrid.
Si se analizan los resultados del grupo, desde Brasil a Boston, la presencia de Santander en 10 importantes mercados lo ha mantenido relativamente aislado de los mayores males de las crisis del sector de la vivienda y la eurozona.
En los últimos cinco años, ha ganado 40.500 millones de euros y ha pagado 24.000 millones en dividendos, en un periodo en el que muchos de sus competidores han rebajado la remuneración o incluso la han suspendido temporalmente.
En los resultados del primer trimestre, un 56% de su beneficio procedió de países emergentes con altas tasas de crecimiento como Brasil y México, y solo un 13% se originó en España y Portugal.
Esto no se aprecia en su ratio cotización/valor en libros, que es de 0,53 veces, inferior al de entidades consideradas refugio como HSBC, con 0,89, o JPMorgan, con 0,66, según datos de Thomson Reuters.
Incluso si la crisis española empeorara -se prevé una caída de la economía este año y el que viene-, el país representaba solo un 26% de los activos totales a finales de marzo, un porcentaje similar al del negocio en Latinoamérica y Estados Unidos, y menos que el 29% en el Reino Unido.
Aunque es probable que el banco realice más provisiones contra insolvencias en su mercado doméstico tras el análisis que van a realizar auditores externos a petición del gobierno, pocos creen que tenga que captar capital.
"Bancos como Santander tendrán que provisionar más, pero Santander no necesitará más capital", dijo un responsable de un banco de inversión en Madrid.
Modelo autónomo. Aunque los ahorristas británicos retiraron fondos en mayo, el capital solo ascendía a un 1% de los depósitos de clientes.
Esto se debe en parte a la decisión tomada en diciembre por el banco para mitigar el estigma de la banca española. La filial británica del banco debe recibir la aprobación del regulador financiero británico - la Financial Services Authority (FSA)- para transferir fondos fuera del país.
El presidente del banco, Emilio Botín, destacó en marzo en la reunión anual del banco que filiales como la británica eran "autónomas en términos de capital y liquidez".
Esta estructura ha tranquilizado a muchos.
"No se puede ignorar del todo el contagio de España y el riesgo general, pero Santander UK debería poder operar como entidad separada en el peor de los casos", dijo Robert Montague, analista de European Credit Management, que gestiona US$9.500 millones en mercados europeos de crédito.
"En el caso del modelo de negocio de Santander, sus filiales son bastante independientes en términos de fondos, y su negocio del Reino Unido también reporta de manera separada sus resultados", añadió Montague.
Este no ha impedido que algunos depositantes, entre ellos algunos municipios, retiraran fondos. Pero estas decisiones no están basadas en la lógica, según Ben Bennett, analista de Legal & General Investment Management, una de las mayores firmas de inversión del Reino Unido.
"El motivo por el que recibe presión no es algo específico de su balance, no es más que una asociación con la matriz española", dijo Bennett.
"Cuando empiezas a hablar del peor de los escenarios, se convierte en una cuestión sistémica", añadió.
La ola mexicana. No ha habido señales de salida de depósitos de Santander en México, donde el banco tiene recursos de clientes de 26.100 millones de euros según datos de marzo.
La Comisión Nacional Bancaria y de Valores de México dijo que está en continuo contacto con el Banco de España, así como con los bancos que tienen filiales en México, y confía en que el sistema bancario nacional aísle a las filiales domésticas de los problemas de sus cabeceras.
"En México hemos trabajado más de 15 años en la creación de un marco regulatorio para las filiales con normas claras sobre capitalización y exposición limitada a sus matrices, lo que creemos es una fortaleza de nuestro sistema bancario", dijo un portavoz del regulador.
Un caso parecido es el de Brasil, donde no ha habido señales de retirada de depósitos. Santander ha estado sobrecapitalizado desde que salió a bolsa en 2009.
En el primer trimestre, el ratio de capital Basilea de Santander Brasil era del 24%, muy por encima de la media del 14-15% de sus principales competidores, así como del mínimo regulatorio del 11%.
En este sentido, los reguladores no están preocupados por la posición de capital de Santander Brasil, pese a rumores ocasionales de que esté repatriando capital a España, algo negado repetidas veces por ejecutivos del grupo.
"La única forma en que mandamos dinero a la sede es a través de dividendos", dijo el consejero delegado de Santander Brasil, Marcial Portela.
Brasil sigue siendo un punto vital en el crecimiento del negocio. El país representa el 25% del beneficio del grupo, por encima del aporte de España el año pasado. El banco espera que esta cifra aumente al 30% en los dos próximos años.