Pese a estos buenos resultados, la calificadora Fitch tiene una perspectiva sectorial negativa para los bancos panameños, con una baja de las calificaciones esperada en 2017.
Panamá. El conjunto de bancos que operan en Panamá lograron obtener una ganancia de US$1.528 millones y si se revisa la cifra de los bancos solo de licencia general la suma es de US$1.240 millones.
Las utilidades de los bancos fueron menores en comparación al 2015, en 3% y 7% respectivamente, pero no así los ingresos, los cuales aumentaron 8% en ambos casos, sin embargo, en el renglón de provisiones el aumentó fue hasta un 80% más alto.
En Panamá están establecidos entidades bancarias 79 entidades , de las cuales 50 son de licencia general (hacen negocios en y desde Panamá) y 29 de licencia internacional (hacen negocios desde Panamá).
En cuanto a los activos del Centro Bancario Internacional (CBI), que incluyen bancos de licencia general e internacional en el año 2016 alcanzaron un nivel récord de US$121,075 millones, lo que representa un crecimiento de 3,3% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
“Los fundamentos son sólidos en los principales indicadores de liquidez, los cuales se mantienen con un nivel de 63,3% y una adecuación de capital de 15,2%, casi el doble del mínimo requerido por la Ley Bancaria”.
Mientras que el superintendente de bancos, Ricardo Fernández hizo especial hincapié en la condición “sólida y segura con fundamentos muy estables” en la que se encuentra el sistema bancario panameño.
Escándalos de Odebrecht y Panama Papers. Pero mientras la banca escuchaba el desempeño del año anterior la calificadora de riesgo Fitch Rating colocaba la calificación en negativa. De acuerdo con el reporte de la calificadora los escándalos de corrupción que se han dado y el tema reputacional pueden causar presión en el negocio bancario.
El comentario emitido por Fitch reconoce que en la mayoría de los escándalos como Odebrecht y Panama Papers no se han visto involucrados bancos panameños , sí en otros como el de Petrobras, pero reconocen que son bancos pequeños sin riesgos de depósitos en el sistema.
“Los reguladores de Panamá -incluyendo la Superintendencia de Bancos- han actuado rápidamente para mejorar la regulación y supervisión desde el escándalo de Panama Papers” dice el documento el cual agrega que en enero, el regulador comenzó a publicar una lista de bancos que recibieron multas relacionadas con el cumplimiento, de acuerdo con las mejores prácticas internacionales. Fitch cree que esto aumentará gradualmente la transparencia y las mejores prácticas corporativas.
Pese a estos buenos comentarios Fitch tiene una perspectiva sectorial negativa para los bancos panameños, con una baja de las calificaciones esperada en 2017. La capitalización limitada de la industria, principalmente en pequeños y medianos prestamistas, deja poco espacio para que estos bancos absorban el deterioro del crédito. “El deterioro del capital material daría lugar a rebajas de calificaciones” dijo la empresa.
También Fitch espera que el deterioro de la calidad de los activos se acelere este año, pero el nivel de los préstamos incobrables aún debe estar contenido en relación con la capacidad de gestión de riesgos del sistema.
El resultado de los bancos en el 2016 señalan que los préstamos en no acumulación de intereses (atraso de más de noventa días) representan solo el 1,2% de la cartera total.
Más temprano el Superintendente de Bancos, había comentado que “Vamos a dirigir nuestro esfuerzo supervisor y regulador a tener una posición más solida de capital que tenga la capacidad de absorber riesgos no esperados”, quien reafirmó el compromiso de la SBP de continuar con la política de elevar el estándar de supervisión y regulación en busca de proporcionarle mayor seguridad y confianza a depositantes e inversionistas.
Fernández habló sobre la necesidad de “abrir una ventana de reflexión y acción seria e integral” en torno al futuro del sector financiero con miras a elevar su competitividad respecto a lo que denominó “factores alternativos a los ya tradicionales elementos que han propiciado su desarrollo”.
Cartera crediticia. La cartera de créditos interna al sector privado, principal activo del sistema que sumó un saldo total de US$48,629 millones, lo que representa un incremento de 8%, al compararlo con el mismo periodo del año 2015, es decir unos US$3,493 millones adicionales.
La banca de personas en el renglón de tarjetas de crédito creció 19%, los préstamos de consumo personal 13%, dentro de estos principalmente los préstamos personales con un 13%, el segmento hipotecario residencial 12%, resaltado dirigida a la hipoteca fuera del segmento preferencial (4%). El financiamiento interino de construcción también registró crecimiento de 18%.