La economía de Bolivia ya enfrenta problemas debido a la actual cotización del barril de petróleo en el mercado internacional, de US$90 en promedio, situación que se complicaría más si el precio llega a los US$100. Así lo afirmó el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Luis Arce.

El país mantiene congelado el precio del barril de crudo en US$27,11 desde el 2004. El 1 de enero del 2010, el presidente Evo Morales aseguró que el costo de producción es de aproximadamente US$60, de los cuales los operadores del sector reciben solamente US$10,29 como utilidad.

Por otro lado, Bolivia importa diesel y gasolina para abastecer el mercado interno y subvenciona su venta.

“Con un precio de US$90 (para el barril de petróleo), estamos en problemas. Con un precio de US$100, que es lo que los analistas internacionales han comenzado a pensar que va a cotizarse el petróleo, la situación es mucho más complicada”, dijo ayer la autoridad de Gobierno.

El 26 de diciembre del 2010, el Órgano Ejecutivo promulgó el Decreto Supremo 0748, el cual incrementó el precio de los combustibles líquidos (gasolina, diesel y jet fuel). El argumento fue que parte de la subvención a los carburantes, que llegó a US$380 millones en la pasada gestión, beneficiaba al contrabando.

Cinco días después, en los que diversos sectores sociales protestaron contra la medida, la norma fue anulada. Consultado sobre cuándo podría ser retomada, Arce respondió: “La forma, el cómo, el cuándo va a depender de la población, dependerá del país (...). Nosotros ya cumplimos y estamos prestos a (hacer) lo que el pueblo diga”.

El ministro descartó la posibilidad de convocar a un referéndum para decidir el incremento. No obstante, señaló que “es importante que se empiecen a pronunciar las organizaciones sociales, que se empiecen a pronunciar todos sobre este tema, que es algo sumamente importante para el país”.

En ese sentido, aseguró “que el mejor parámetro para mirar esto es el precio internacional del petróleo”.

A tiempo de aprobar el Decreto 0748, añadió, el Gobierno vio que el respaldo financiero del país —dado por indicadores como el nivel de Reservas Internacionales o el superávit fiscal— haría que el efecto de la medida en la economía sea menor.

“En tanto que el precio internacional del petróleo suba más y el país pudiera experimentar deterioro en sus agregados económicos, es más complicado, lo es para cualquier país (...). El Presidente ha sido claro, nosotros hemos salvado nuestra responsabilidad. Ahora le toca al país, a la población, tomar la decisión sobre cuál es el mejor momento (para elevar los precios)”, aseveró.