El gobierno proyecta un corredor bioceánico para unir los océanos Atlántico y Pacífico con una vía de 2.000 kilómetros y conectar así los puertos de Brasil, Bolivia, Perú y Chile.
El gobierno boliviano espera lograr y actualizar acuerdos con al menos cinco países con la perspectiva de mejorar el acceso de los exportadores e importadores de Bolivia a los mercados de ultramar, pero sin dejar de lado los muelles chilenos de Arica, Antofagasta e Iquique.
El país cuenta con un acceso al océano Atlántico a través de la hidrovía Paraná-Paraguay, un sistema fluvial que se conecta con la cuenca del Plata y los mercados de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Este último país ofreció una concesión portuaria que la Cancillería aún debate.
“Necesitamos generar condiciones favorables a nuestros importadores y exportadores. Tenemos que trabajar no solo con Perú sino también con Uruguay (...) ha habido reuniones con las autoridades y tenemos que buscar nuestra salida ya sea por el Pacífico o el Atlántico”, anticipó el canciller David Choquehuanca en una entrevista con Animal Político de La Razón, en la que además se refirió a la posibilidad de fortalecer los lazos comerciales con los puertos peruanos de Ilo y Matarani, que son empleados por una parte de los empresarios de Bolivia.
El presidente del Senado, Eugenio Rojas, asintió con la posición del jefe de la diplomacia boliviana, pero sostuvo que no se pueden dejar de lado los puertos del norte de Chile.
Agregó que Bolivia es un lugar estratégico para exportar y que ahora se debe priorizar productos bolivianos por el potencial en el sector agropecuario, minero y de los hidrocarburos. “Tenemos que buscar varias posibilidades”, enfatizó Rojas
Ariel Basteiro, embajador de Argentina en Bolivia, señaló que el río Paraná, ubicado en la Hidrovía, “puede ser la salida al mar que necesita Bolivia”, por el puerto en Rosario cedido al país en 1971 y que no fue utilizado.
El domingo, en ocasión del homenaje por los 135 años de la defensa de Calama, el presidente Evo Morales recordó que, además de la demanda legal planteada a Chile en la CIJ, aún está pendiente la controversia de las aguas del Silala y el desvío del río Lauca, además de las quejas sobre “el trato degradante y humillante” que sufrieron, en puertos chilenos, transportistas, importadores y exportadores bolivianos. El país tiene derecho al libre tránsito por Chile debido a las obligaciones derivadas del Tratado de 1904.
Anteriormente, Morales anunció la construcción de “un megapuerto” en la ciudad peruana de Ilo, donde los bolivianos dispondrán de facilidades portuarias, cuando el acuerdo de Ilo, suscrito en 2010, sea ratificado por el Congreso de ese país y homologado por la Asamblea Legislativa boliviana.
Morales y su par peruano Ollanta Humala debieron reunirse en febrero, pero el encuentro se pospuso sin fecha, mientras Bolivia proyecta una vía férrea entre Ilo y Puerto Suárez. Existe una financiación de $us 6,4 millones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para el estudio exploratorio. En Perú también prevén inversiones para el incremento de la carga.
Nuevas rutas para el gas: Previsión
El presidente de YPFB abrió la posibilidad de exportar gas boliviano a ultramar por Perú. Aún no existe un proyecto de este tipo.
Demanda de los camioneros
El siguiente paso de la demanda interpuesta a Chile es la presentación de la memoria histórica, este 17 de abril, que fundamentará el juicio en La Haya, y la Cámara del Transporte Internacional de Bolivia busca incluir, en este documento, una denuncia contra instituciones chilenas por los continuos malos tratos en contra de este sector.
“Desde los años 60 que viajamos a los puertos de Arica e Iquique sufrimos discriminación y maltrato por parte de los chilenos; vamos a mandar una nota al presidente Morales para que en abril se adjunte los abusos que hacen los funcionarios de la Aduana y Migraciones de ese país”, sostuvo Gregorio Guarachi, dirigente del sector afectado. En esa línea vio con optimismo que el Gobierno busque otras opciones portuarias como Ilo o Matarani.
“Con la demanda que está haciendo en La Haya vamos a argumentar las irregularidades que sufre nuestro sector”, dijo a tiempo de mencionar el Tratado de 1904, que puso fin a la guerra entre ambos países, definió nuevos límites y dispuso el libre tránsito de carga boliviana a esos puertos, luego que se perdió el acceso soberano al Pacífico.
En noviembre de 2103, un paro de cinco días de la Aduana chilena dejó varados a 2.000 camiones de transporte bolivianos, generando una pérdida de unos US$5 millones. El transporte pesado teme que estas medidas sean recurrentes y su sector continúe siendo afectado.