Para llegar a estos objetivos, el gobierno boliviano se fija una serie de acciones que fueron presentados en la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas (COP21) en París en diciembre pasado.
La Paz. El gobierno de Bolivia propuso un ambicioso plan hacia el 2030 para contribuir internacionalmente a bajar las emisiones de gas y fijó como principales ejes el triplicar el almacenamiento de agua, cambiar la matriz energética en 80 por ciento hacia energía renovable, alcanzar la deforestación cero e incrementar los bosques a más de 54 millones de hectáreas.
Para llegar a estos objetivos, el gobierno boliviano se fija una serie de acciones que fueron presentados en la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas (COP21) en París en diciembre pasado.
El ministro de Planificación, René Orellana, quien presidió en diciembre del año pasado la delegación boliviana en la COP21 de París, explicó a Xinhua que Bolivia realiza varias acciones que perfilan estos objetivos hacia el 2020, 2025 y 2030.
Puso como ejemplo el tema de agua potable, riego, reforestación, energía renovable, entre otros emprendimientos para cumplir el compromiso denominado Contribución Prevista Determinada Nacionalmente de Bolivia (INDC por sus siglas en inglés) que entregó a la COP21.
Además precisó que ante el panorama mundial adverso con el calentamiento global, el gobierno boliviano ha priorizado la relación de acciones de mitigación y adaptación en complementariedad con el desarrollo integral en las áreas de agua, energía, bosques y agropecuaria en el marco de la Agenda Patriótica 2025 y sus planes de desarrollo nacional.
A su vez el ex embajador ante la ONU y activista medioambientalista, Pablo Solón, advirtió una contradicción entre lo que el gobierno dice y lo que hace.
"No podemos imaginar un mundo sin bosques y las leyes que están siendo impulsadas en Bolivia van a aumentar la deforestación, estas son las contradicciones entre lo que se dice y lo que se está haciendo en la práctica", manifestó.
Aunque considera que la propuesta boliviana ante la COP21 tiene buenas iniciativas, pero que deben ser capitalizadas objetivamente en los hechos con proyectos realizables.
El coordinador del programa de Reducción de Riesgos de Desastres del COSUDE, Oscar Paz, manifestó que Bolivia ha expuesto propuestas ambiciosas de cara a la reducción de emisiones de CO2 y contribuir a evitar que suba el calentamiento más del 2 grados, pero si esos esfuerzos no son acompañados por la comunidad internacional de nada sirve, pues igual sentirá los efectos del calentamiento.
De acuerdo al plan de Contribución Prevista Determinada Nacionalmente, Bolivia perfila triplicar, es decir llegar a 3.779 millones de metros cúbicos, la capacidad de almacenamiento de agua en el 2030, respecto a los 596 millones de metros cúbicos del 2010.
Además alcanzar el 100 por ciento de la cobertura del agua potable el 2025, con sistemas de prestación de servicios de resilientes. Se perfila triplicar la superficie de riego superando un millón de hectáreas hasta el 2030 respecto a las 296.368 hectáreas del 2010, duplicando la producción de alimentos bajo riego al 2020 y triplicando al 2030, respecto al 1,69 millones de toneladas métricas del 2010.
Además el gobierno trabaja para incrementar la capacidad de generar electricidad a través de energías renovables para el desarrollo local y de la región.
En esa dinámica Orellana explicó que Bolivia con anticipación planificó transitar hasta el 2030 a una nueva matriz energética en un 80 por ciento basada en energía limpia renovable.
De acuerdo a datos proporcionados por el Ministerio de Planificación, se pretende duplicar el uso de energías limpias hasta 2030 respecto a la gestión 2010, cuando alcanzaba al 39 por ciento.
Según el ministro de Planificación, Bolivia asume con responsabilidad el reto de bajar las emisiones de gas, al plantear cambiar la matriz energética y constituirse en exportador de energía eléctrica. Para todas estas metas tiene un plan macro de generación de energía eléctrica y renovable, hacia el año 2030, de 13.300 megavatios.
El gobierno boliviano estableció también dentro el compromiso denominado Contribución Prevista Determinada Nacionalmente de Bolivia alcanzar hasta el 2020 deforestación cero, además incrementar la superficie de áreas forestadas y reforestadas a 4,5 millones de hectáreas hacia el 2030.