Además, este martes la publicación Oil World recortó su estimación para la soja argentina a un nivel de entre 39 y 40 millones de toneladas, desde los 40,5 previstos anteriormente.
Buenos Aires. La actual cosecha de soja será finalmente menor a los 40,9 millones de toneladas que estimó la Bolsa de Comercio de Rosario por fuertes embates del clima, aunque el área sembrada con el grano podría lograr un récord en el próximo ciclo, dijo este martes el presidente del organismo.
El país sudamericano es el principal exportador mundial de aceite y harina de soja y el tercero del poroto de la oleaginosa, pero esta cosecha (2011/12) fue violentamente golpeada en el final del año pasado por una sequía como consecuencia del fenómeno climático La Niña.
Además, un exceso de lluvias golpeó en las últimas semanas a algunas importantes zonas productoras, que quedaron bajo el agua.
"Todavía falta mucho para cosechar en zonas que hoy están con problemas de agua. Así que una baja va a tener" la actual estimación, detalló Cristián Amuchástegui, presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, ciudad en la que se ubica uno de los polos agroexportadores más importantes del mundo.
El último pronóstico de la entidad para la soja fue publicado a comienzos de mayo, antes de las inundaciones que perjudicaron a muchos cultivos en Buenos Aires, la mayor provincia agrícola de Argentina.
La baja en el pronóstico de la Bolsa de Rosario es uno más entre un cúmulo de perspectivas negativas de los analistas del sector.
Este martes, la publicación Oil World recortó su estimación para la soja argentina a un nivel de entre 39 y 40 millones de toneladas, desde los 40,5 previstos anteriormente.
Por otra parte, el gobierno argentino prevé que la cosecha de la oleaginosa sea de 41,5 millones de toneladas, muy por debajo del techo de 53 millones que había pronosticado cuando se inició la siembra del cultivo.
La menor cosecha también afectaría al fisco argentino, que se respalda en gran medida en el impuesto a la exportación, y sumaría otro dolor de cabeza para el gobierno de Cristina Fernández, ya que el menor ingreso de divisas puede generar más presión sobre el tipo de cambio en momentos en que el peso cae con fuerza en el mercado informal.
Para el próximo ciclo, en cambio, el escenario podría mejorar si Argentina recibe, como esperan algunos meteorólogos, la influencia benéfica del fenómeno climático El Niño, que es la contracara de La Niña y provoca amplias lluvias en Argentina.
"Va a haber una mayor intención de siembra (en la temporada 2012/13) y, si hay un efecto El Niño, muchas zonas que han sufrido el efecto de la seca van a producir bien. Ahí sí se puede dar una muy buena cosecha", afirmó Amuchástegui.
Trigo y maíz en retroceso. El panorama es más pesimista para el trigo y el maíz.
Su siembra se vería desalentada por las dificultades para comercializar los cereales y por los bajos precios que siguen obteniendo los productores locales en el mercado de Rosario pese a algunos cambios que implementó el gobierno en los últimos meses.
"Aparentemente, hay una intención de siembra mucho más baja en el trigo y en maíz los números se ponen muy difíciles. Yo veo una tendencia al monocultivo de soja, que es lo que tiene mejores precios", señaló el presidente de la Bolsa.
El gobierno argentino mantiene limitadas las exportaciones de los dos cereales para asegurar el abastecimiento doméstico, una política muy criticada por los productores agrícolas.
Las autoridades aligeraron levemente las trabas este año, pero sin grandes resultados por el momento, según Amuchástegui. Además, los altos precios de los insumos también afectarían a los productores de maíz de Argentina, el segundo exportador mundial del cereal.
"En el maíz, el costo se ha elevado muchísimo. Hay una relación de costos e insumos que puede sacar del mercado a las zonas que no son tan productivas", destacó el titular de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Conflictos sindicales. De la mano del férreo crecimiento de los últimos años, el sector agroindustrial de Argentina se ha visto azotado por conflictos laborales recurrentes, con huelgas y bloqueos de plantas que amenazan a las exportaciones del país.
Ante la elevada inflación doméstica, las protestas de los trabajadores son frecuentes en la primera mitad del año, cuando se realiza la recolección de la soja. Este martes, los obreros de las plantas aceiteras de Rosario anunciaron una huelga por tiempo indeterminado.
"El incumplimiento de las fechas de contratos nos afecta, el comercio no es el mismo. Nosotros tenemos algunos comentarios de brokers (intermediarios) internacionales que están volcando sus ventas a Brasil netamente por este problema", explicó Amuchástegui.
En la zona portuaria de Rosario, donde tienen lugar la mayoría de las protestas de los trabajadores del sector, tienen sus plantas -con puertos propios- firmas como Louis Dreyfus, Bunge, Cargill y Glencore.
"Lamentablemente, esto es lo que se está produciendo y yo espero que una vez pasadas las paritarias (negociaciones salariales anuales) esto se resuelva", agregó.