Por su parte, el presidente de Estados Unidos se reunirá este martes con los líderes de una comisión que creó para investigar el hecho.
Londres/ Venice. El costo financiero de la lucha contra el derrame de petróleo en el Golfo de México, el peor en la historia de Estados Unidos, ahora llega a US$990 millones, dijo este martes BP mientras se preparaba para un nuevo intento por controlar la fuga esta semana.
La firma con sede en Londres tratará de ubicar durante esta semana una tapa de contención sobre un dañado mecanismo de prevención de explosiones que está sobre el pozo, luego del fracaso de dos intentos anteriores por contener la fuga de crudo.
La compañía advirtió que el plazo de tiempo para la colocación del nuevo mecanismo podría extenderse en momentos en que la catástrofe entra en su cuadragésimo tercer día y la temporada de huracanes comienza oficialmente este martes.
BP dijo que continuará perforando dos pozos de alivio como parte de un plan a largo plazo para controlar la fuga, y que la excavación de un segundo pozo se reanudó el 30 de mayo luego de una suspensión temporal.
Se prevé que los pozos estarán listos para agosto.
El costo total de la respuesta en las seis semanas desde la explosión en una plataforma que dejó 11 muertos y desencadenó el derrame llega a los US$990 millones, tras la estimación de US$930 millones declarada el 28 de mayo, dijo BP.
Obama con comisión investigadora. El presidente de Estados Unidos se reunirá este martes con los líderes de una comisión que creó para investigar el peor derrame de petróleo en la historia del país, mientras la gran mancha de crudo en el Golfo de México renueva su amenaza sobre el ecosistema.
El derrame, que ha eclipsado al desastre del buque Exxon Valdez en 1989 como el mayor en la historia de Estados Unidos, comenzaba su 43er. día con la petrolera BP Plc preparando un nuevo plan para usar una cúpula que le permita capturar el crudo que surge de un pozo a 1.600 metros de profundidad.
El presidente Barack Obama, criticado por autoridades del estado de Luisiana por su lenta reacción ante el derrame, tendrá la primera reunión con los copresidentes de una comisión ad hoc que creó para investigar el derrame y recomendar políticas para la exploración petrolera en alta mar.
La comisión será similar a aquellas que investigaron la explosión del transbordador espacial Challenger en 1986 y el accidente nuclear de Three Mile Island en 1979.
El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, se reunirá con fiscales federales y de los estados en Nueva Orleans. Será el primer viaje de Holder para evaluar el daño antes de lo que expertos legales creen será una investigación criminal del desastre.
Las acciones de BP ha perdido casi un cuarto de su valor de mercado desde que el derrame comenzó hace seis semanas, lo que equivale a casi 29.000 millones de libras esterlinas (US$42.000 millones), de acuerdo a datos de Reuters.
Aunque los pantanos y los bancos pesqueros de Luisiana han sido hasta ahora los más golpeados por el derrame, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica indicó que vientos moderados del sur y del sudoeste podrían comenzar esta semana a acercar el crudo hacia las costas de Mississippi y Alabama.
"Los resultados de modelos indican que el petróleo podría moverse al norte y amenazar la barrera de islas frente a Mississippi y Alabama al final del periodo pronosticado", dijo la agencia en su predicción de 48 horas sobre la trayectoria esperada para la enorme mancha de crudo.
La mancha se ha propagado en 160 kilómetros de la frágil costa de Luisiana, pero Mississippi y Alabama hasta ahora han sufrido un impacto leve, y sus costas apenas han recibido restos de petróleo y bolas de alquitrán.
Pero el pronóstico de la agencia estadounidense fue un soberbio recordatorio de que la mancha de petróleo, impulsada por vientos y corrientes marinas, podría amenazar una vasta área de la costa estadounidense del Golfo de México, incluido Florida, así como Cuba y México.
Temporada de huracanes. El malestar público y la frustración por el derrame es un reto doméstico de grandes proporciones para Obama, quien admitió públicamente que ni el Gobierno ni el ejército de Estados Unidos tienen la tecnología necesaria para tapar el pozo y deben dejar esa tarea a BP y a otras empresas privadas.
El mandatario, que realizó este viernes su segunda visita a la zona afectada, decidió enviar a tres de sus principales asesores de energía y medio ambiente al área esta semana. Obama intenta afrontar las críticas de que su Gobierno está dando una lenta respuesta al problema.
El Gobierno estadounidense y ejecutivos de BP advirtieron que el petróleo que mana desde el pozo localizado a 1.600 metros de profundidad en el Golfo de México podría seguir fluyendo hasta agosto, cuando BP espera terminar un pozo de alivio.
Los científicos estiman que el pozo suelta entre 12.000 y 19.000 barriles (1,9 millones a 3 millones de litros) de petróleo por día.
Empeorando la situación, este martes comienza la temporada oficial de la temporada de huracanes 2010 en el océano Atlántico, que los meteorólogos dicen podría ser la más intensa desde 2005, cuando el huracán Katrina devastó la región e interrumpió la producción de petróleo y gas en las aguas del Golfo de México.
Un huracán en la zona podría arrimar más petróleo a la costa y obligar a BP y al Gobierno estadounidense a suspender las tareas de limpieza del derrame.
Tras dos intentos previos para contener el flujo de petróleo, BP está preparando una tapa de contención para colocarla sobre una pieza que está encima de un dañado mecanismo para prevenir explosiones en el pozo.