El gobierno de Barack Obama buscó mantener en pie una de las principales cartas de su reacción ante la catástrofe. El secretario del Interior dijo que revisaría la orden original para hacerla más flexible y para responder a las inquietudes de la corte.
Washington. BP reanudó el jueves la recolección de petróleo proveniente de un pozo averiado en el Golfo de México luego de un traspié temporario, mientras una encuesta mostró que el desastre ambiental redujo la confianza de los estadounidenses en el presidente Barack Obama.
Los pescadores de la zona costera del Golfo de México, que desde hace semanas tienen prohíbido desarrollar su trabajo en esas aguas. recibieron permiso para regresar a algunas áreas, mientras el gobierno del presidente Obama seguía adelante con sus batalla legales relacionadas con el derrame.
El gobierno estadounidense buscó mantener en pie una de las principales cartas de su reacción ante la catástrofe y el miércoles a última hora apeló la decisión judicial que bloqueó la moratoria de seis meses que Obama dispuso a la perforación petrolera en aguas profundas.
El peor derrame en la historia de Estados Unidos ocupa el primer lugar en la agenda doméstica de Obama, pero la mitad de los consultados en una encuesta de Wall Street Journal/NBC News dijo que desaprueba su gestión ante el derrame.
Obama registró una aprobación de 45% en el sondeo, 5 puntos menos que casi un mes atrás. Por primera vez en la encuesta, es mayor el número de gente -48%- que dice que desaprueba el desempeño de Obama.
El gobierno pidió al juez de distrito Martin Feldman en Nueva Orleans que suspenda su decisión contra la moratoria a la espera del resultado de la apelación. El magistrado dictaminó que la moratoria era demasiado extendida y que no estaba suficientemente justificada pese al derrame.
El Departamento de Justicia dijo en su presentación que la medida temporal sólo afectaba a 33 perforaciones activas en aguas profundas del golfo, y que el daño de otro derrame potencial supera con creces esos intereses.
Las "suspensiones fueron dictadas para prevenir el riesgo de más pérdidas de vidas y de devastación económica y ambiental a largo plazo como las que produjo el accidente de Deepwater Horizon. En contraste, (las compañías) han demostrado un riesgo de daño económico a corto plazo", indica el texto.
Nueva prohibición. Además de la apelación, el secretario del Interior de Estados Unidos, Ken Salazar, dijo que revisaría su orden original de suspender la perforación a más de 152 metros bajo el nivel del mar para hacerla más flexible y para responder a las inquietudes de la corte.
El gobierno impuso una moratoria de seis meses tras la explosión de una plataforma petrolera el 20 de abril en el Golfo de México, que dejó 11 muertos y averió un pozo de la petrolera BP.
Mientras tanto, BP reinició el miércoles a última hora la captura de petróleo y gas luego de que éstos volvieron a fluir sin control desde el pozo dañado, después de que un robot submarino colisionó con el sistema instalado para la recolección.
BP reubicó la crítica tapa de contención luego de varias horas y reanudó las tareas de recolección a las 20.00 hora EDT del miércoles (0000 GMT del jueves).
El sistema de recolección, instalado el 3 de junio, capturó 16.600 barriles el martes, dijo BP. Un mecanismo de quema de crudo, que recogió 10.5000 barriles, todavía está operando. Un equipo de científicos estadounidenses estimó que se están vertiendo al mar entre 35.000 y 60.000 barriles de crudo diarios.
El desastre ambiental ha cerrado ricas áreas pesqueras, causó la muerte de cientos de tortugas y aves marinas y de decenas de delfines y contamina las costas de cuatro estados estadounidenses.
Algunos pescadores del golfo tuvieron un mínimo motivo para celebrar. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por su sigla en inglés) dijo el miércoles a última hora que abrió 20.700 kilómetros cuadrados de áreas de pesca anteriormente cerradas en el golfo porque no se había visto crudo en ellas.
Las zonas en cuestión están al sur de Mississippi y frente a las costas de Luisiana y la parte central de Florida. Cerca de 32,5% de las aguas federales en el golfo seguían cerradas.