Las térmicas desconectadas el fin de semana forman parte de un conjunto de plantas que fue accionado en octubre último para compensar la reducción de la producción en las hidroeléctricas por el menor nivel de agua en las represas.
Brasil suspendió el fin de semana la operación de cuatro termoeléctricas alimentadas con diésel gracias a que, con las represas en mejores niveles de agua por la regularidad de las lluvias, las hidroeléctricas del país están produciendo más energía, informaron fuentes oficiales.
Las térmicas desconectadas forman parte de un conjunto de plantas que fue accionado en octubre último para compensar la reducción de la producción en las hidroeléctricas por el menor nivel de agua en las represas, que al final del período de lluvias el año pasado estaba en su peor situación desde el 2001.
Estas termoeléctricas solo son operadas en caso de crecimiento de la demanda o reducción de la oferta ya que, por ser alimentadas con diésel, son altamente contaminantes y costosas, a diferencia de las hidroeléctricas, que no emiten gases contaminantes y se alimentan de agua.
La desconexión de las cuatro térmicas fue ordenada por el Comité de Vigilancia del Sector Eléctrico, un órgano gubernamental que reúne a diversas instancias.
Además de la menor necesidad de energía y su mayor nivel de contaminación, el organismo tuvo en cuenta el alto costo de operación de estas termoeléctricas al determinar su paralización, ya que cada una consume en promedio 260 millones de reales —US$130 millones— en diésel para funcionar.
Otras plantas podrían ser desconectadas, dependiendo del nivel de las represas.