Misiones de alto nivel de ambos países firmaron un memorando de entendimiento a través del cual Brasilia ratifica su adhesión al proyecto del tren bioceánico.
Este martes, en el marco de un encuentro entre los presidentes Evo Morales y Michel Temer en Brasilia, se firmó un acuerdo por el cual Brasil se sumó formalmente al proyecto del tren bioceánico que busca unir el Pacífico y el Atlántico a través de territorio boliviano.
Morales arribó este lunes al aeropuerto de la Fuerza Aérea de Brasil junto con el canciller Fernando Huanacuni y los ministros de Hidrocarburos, Luis Sánchez; de Gobierno, Carlos Romero; y de Obras Públicas y Transporte, Milton Claros, para rubricar acuerdos relacionados a asuntos energéticos, de transporte, seguridad y comercio.
Uno de los puntos centrales del encuentro fue la concreción de la adhesión formal —a través de un memorando de entendimiento— del gigante suramericano al proyecto del Corredor Ferroviario Bioceánico de Integración (CFBI) que es alentado por Bolivia y que perfila unir a través de una línea férrea los puertos de Santos, en el Atlántico (Brasil), e Ilo en el Pacífico (Perú) con la mirada puesta en los mercados de Asia.
Ya se había sumado Perú, un importante socio del proyecto, y sus vecinos Uruguay y Paraguay que, según los estudios preliminares, se unirán al corredor desde la Hidrovía Paraguay-Paraná.
El CFBI tiene el fin de agilizar el comercio de mercancías hacia los mercados de Asia. La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y el Mercado Común del Sur (Mercosur) destacaron la relevancia del proyecto al que catalogaron de “interés regional”. Europa también mira con atención el plan ferroviario.
De la cita bilateral además emergieron acuerdos importantes referidos a asuntos energéticos como la construcción de gasoductos, informó Planalto. Otro asunto en mesa es la venta de urea boliviana, lo que Palacio Quemado gestiona con los gobiernos regionales brasileños fronterizos.
Además, en el ámbito de seguridad "se han desarrollado importantes relaciones en la integración de sus fronteras. Este trabajo es importante para desarrollar social y económicamente las regiones fronterizas, así como combatir crímenes e ilícitos”, añadió Brasilia.
Al respecto, el ministro Romero dio cuenta que el pacto bilateral apunta a la seguridad de los casi 4.000 kilómetros de frontera común para frenar delitos transfronterizos como el narcotráfico y el contrabando.
Bajo esa premisa, se proyecta la apertura de dos nuevos puestos de control en las regiones de Extrema y Puerto Ustárez y la “radarización” para el control del espacio aéreo de Bolpebra (punto tripartito compartido con Perú) y la fronteriza Guayaramerín.
Además, se alienta la creación de un Comando Conjunto con la participación de ambos países y Perú, además de la designación de oficiales policiales “de enlace” para combatir el crimen en poblaciones fronterizas.