No obstante, la entrada de la carne paraguaya apenas será permitida a través de la ciudad fronteriza de Ponta Porã, en el occidental estado de Mato Grosso do Sul, y donde se realizará el proceso de fiscalización sanitaria.
Brasilia. El Ministerio de Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento de Brasil reabrió este sábado la importación de carne procesada congelada y sin hueso proveniente de Paraguay, país donde fue detectado en setiembre un foco de fiebre aftosa.
No obstante, la entrada de la carne paraguaya apenas será permitida a través de la ciudad fronteriza de Ponta Porã, en el occidental estado de Mato Grosso do Sul, y donde se realizará el proceso de fiscalización sanitaria, informó la estatal Agencia Brasil.
La importación, además, deberá realizarse únicamente de haciendas paraguayas habilitadas en su país y registradas mediante distribuidores brasileños en el Servicio de Inspección Federal.
De igual manera, las autoridades brasileñas exigirán el certificado sanitario internacional del producto, que confirme que la carne proviene de regiones libres de aftosa en los últimos sesenta días.
La decisión, apuntó la información, fue tomada después del informe presentado por una comisión técnica brasileña que visitó en los últimos días varias haciendas paraguayas y se entrevistó con las autoridades del vecino país.
En Asunción, especialistas del Centro Panamericano de Fiebre Aftosa (Panaftosa) comenzaron hoy una misión técnica en Paraguay para promover mecanismos de erradicación de esa enfermedad, detectada en setiembre pasado en la región central del país.
La misión está integrada, además, por miembros del Comité Veterinario Permanente del Cono Sur (CVP), dependiente del Plan de Acción Mercosur Libre de Fiebre Aftosa, según informó el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) de Paraguay.
El Gobierno paraguayo se vio obligado a suspender el 18 de setiembre pasado las exportaciones de carne vacuna, segunda fuente de divisas de la economía local, debido al brote de esa enfermedad reportado en una hacienda del departamento de San Pedro (centro).
El Senacsa procedió en esa ocasión al sacrificio de 820 cabezas de ganado bovino para aislar el foco de fiebre aftosa detectado en la hacienda Santa Helena, 300 kilómetros al noreste de Asunción, administrada por el doctor Silfrido Baumgarten.