Funcionarios de alto rango de las dos naciones se reunieron en Ciudad de México para discutir puntos claves y con disímiles visiones, como el restablecimiento de cuotas de importación temporales, entre otras.
México DF. Brasil y México intentaron sin fortuna este miércoles dirimir sus agrias diferencias sobre un acuerdo automotriz, que el gigante sudamericano ha amenazado con romper si no logra una renegociación para recortar drásticamente las exportaciones mexicanas, por lo que el asunto permaneció en el aire.
Funcionarios de alto rango de las dos naciones se reunieron en Ciudad de México para discutir puntos claves y con disímiles visiones, como el restablecimiento de cuotas de importación temporales, reglas de origen y comercio de vehículos pesados, pero el encuentro no arrojó un arreglo.
México presentó una propuesta para darle solución a algunos de los puntos en conflicto, dijo la noche de este miércoles una fuente gubernamental mexicana cercana al proceso.
"Estamos esperando que Brasil nos diga si están de acuerdo con la versión preliminar de este pequeño acuerdo inicial", dijo la fuente.
El canciller brasileño, Antonio Patriota, y el ministro de Comercio Exterior Fernando Pimentel, se sentaron cara a cara con el secretario mexicano de Economía, Bruno Ferrari, y la canciller Patricia Espinosa.
Patriota, quien el martes había dicho esperar que la renegociación concluyera en esta cita, ya viaja de vuelta a su país, mientras que Pimentel permanecía en la capital mexicana, pero no está claro si las conversaciones continuarán este jueves, dijo la fuente mexicana.
Aunque ambos gobiernos dicen que la idea es salvar el Acuerdo de Complementación Económica ACE-55 suscrito en el 2002, del lado de Brasil presionan por medidas concretas e inmediatas para reducir el déficit comercial bilateral de autos de US$1.170 millones en el 2011.
"La misión viene prácticamente con la misma posición que ha manifestado hasta ahora. Queremos lo que queremos y ahora lo veremos frente a frente", declaró antes de la reunión una fuente de Brasil enterada de las negociaciones.
"La idea es echarle un poco de aceite a la máquina pero no creo que haya mucha flexibilidad de parte de Brasil, así que ya veremos cómo va a quedar esto", agregó la fuente quien aseguró que Brasilia está urgida por resolver el tema.
Del otro lado de la cancha, un funcionario de alto rango mexicano dijo que "la idea es alcanzar un acuerdo", pero declinó comentar cuánto estaría dispuesto a ceder México ante las peticiones de su socio.
Menos autos, pero no tanto. Brasil, que había dado un ultimátum para negociar hasta el viernes pasado, quiere bajar el valor de sus importaciones de autos desde México a unos US$1.400 millones por un lapso de tres años, muy por debajo de los US$2.400 millones del 2011, según consignan documentos.
Pero su socio, que está dispuesto a bajar sus ventas de autos, quiere hacerlo tomando como límite su flujo del 2011.
México aumentó un 76% sus ventas de automóviles a Brasil en el 2011. Y las exportaciones se aceleraron hasta un 104% en los primeros dos meses del 2012 frente al mismo lapso del año previo.
El país no quiere perder el valioso mercado de autos y autopartes de Brasil, con el que ha visto crecer sólidamente sus exportaciones hacia América Latina, mientras que las destinadas a Estados Unidos, su principal comprador, han bajado.
Su socio, en la esquina contraria del combate, dice que el acuerdo como está es incongruente en su tarea de proteger una industria fuertemente castigada por las importaciones baratas ante la revalorización de su moneda, el real.
La disputa entre las dos más grandes economías de Latinoamérica está poniendo en riesgo más de US$4.000 millones anuales, alrededor del 45% del comercio bilateral en el 2011 y dejando en el limbo conversaciones para un futuro acuerdo bilateral de libre comercio más amplio.
El gobierno de Dilma Rousseff también ha pedido unificar la fórmula de cálculo del índice de contenido regional con la utilización de la fórmula aplicada a México, con niveles crecientes de 35% en el primer año y escalonamiento en cuatro años hasta llegar a 45%.
Una fuente mexicana dijo que esa meta es difícil de cumplir porque el porcentaje no es alcanzable ni por la industria de Brasil ni la de México. Los autos mexicanos usan también piezas de fabricantes europeos, asiáticos y estadounidenses.
Actualmente el porcentaje de piezas locales en los autos exportados de México a Brasil ronda el 30%.
Los brasileños también han solicitado la liberalización del comercio de vehículos pesados con aplicación de la cuota y reglas de origen propuestas para los livianos, un nuevo elemento en el acuerdo.
Por otro lado, la industria automotriz mexicana manifestó este martes que las cuotas a las exportaciones mexicanas deben ser temporales y que la renegociación de las condiciones no arreglan los problemas de competitividad en Brasil.