La fuerte competencia y las promociones agresivas han llevado a algunas minoristas brasileños a acumular pérdidas en sus emprendimientos online, mientras las firmas rivales luchan por una porción del incipiente mercado de rápido crecimiento.
Sao Paulo. El gigante minorista francés Carrefour SA dijo este viernes que está cerrando sus operaciones de comercio por internet en Brasil como parte de un plan de reestructuración en el país sudamericano, lo que destaca lo difícil que es la tarea de crear ingresos en un prometedor mercado minorista online.
La fuerte competencia y las promociones agresivas han llevado a algunas minoristas brasileños a acumular pérdidas en sus emprendimientos online, mientras las firmas rivales luchan por una porción del incipiente mercado de rápido crecimiento.
Amazon.com Inc y Google Inc abrieron el jueves sus tiendas de libros digitales en Brasil, lo que resalta la potencia de la industria brasileña del comercio por internet -o e-commerce- de US$12.000 millones.
La penetración de internet y la creciente clase media de la principal economía sudamericana han alimentado las apuestas a un fuerte crecimiento del sector en los próximos años.
La decisión de Amazon de regresar a las entregas físicas, no obstante, sugiere un enfoque cuidadoso en un país con notorios cuellos de botella en infraestructura y un complejo y costoso sistema impositivo.
La suspensión de Carrefour de su servicio de ventas online forma parte de un plan de reestructuración de un año de duración, focalizado en mejorar sus hipermercados masivos, tiendas mayoristas y su unidad financiera, señaló la sede brasileña de la compañía en un comunicado.
La empresa se negó a una entrevista solicitada para hablar sobre el tema.
Desde que el presidente ejecutivo de Carrefour Georges Plassat, conocido como "El Limpiador", tomó el cargo hace seis meses, ha trabajado para deshacerse de los negocios no estratégicos, elevar el efectivo y revivir a sus alicaídos hipermercados en locaciones clave.
Las descendientes tasas de interés y cambiantes estrategias de los mayores bancos de Brasil también comenzaron a transformar la industria local de tarjetas de crédito y deteriorando las lucrativas operaciones financieras de los consumidores.