El presidente Jair Bolsonaro se ha preguntado si "el petróleo es de Brasil", o sólo de "un pequeño grupo", el cual se habría beneficiado de la política "sesgada" que hasta ahora había imperado en el petrolera estatal.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha justificado este lunes su reciente decisión de cambiar la jefatura de Petrobras, puesto que la actual gestión estaría velando solo por los intereses de "algunos grupos" financieros del país.
Ante un grupo de seguidores a la puertas del Palacio de Planalto, el presidente se ha preguntado si "el petróleo es de Brasil", o sólo de "un pequeño grupo", el cual se habría beneficiado de la política "sesgada" que hasta ahora había imperado en el petrolera estatal.
"Es una señal que algunos en el mercado financiero están muy contentos con el sesgo político de Petrobras, al servicio de algunos grupos en Brasil", ha señalado Bolsonaro, quien no ha escatimado en críticas hacia el anterior presidente de la petrolera, Roberto Castello Branco.
"Petrobras, en estado de calamidad, según el Artículo 65 de la Ley de Responsabilidad Fiscal tiene que mirar también hacia otros objetivos", ha enfatizado Bolsonaro, antes de cuestionar que Castello Branco haya estado trabajando vía telemática durante los últimos meses a causa de la pandemia.
"Eso es inadmisible. ¿Me imaginan trabajando desde casa por miedo a la COVID-19?", ha interpelado el presidente brasileño a sus seguidores. "Pude que esté haciendo bien su trabajo, pero para mí no hay razón para dejar la empresa".
El viernes, Bolsonaro anunció que Castello Branco dejaría de ser presidente y propuso al general retirado Joaquim Silva e Luna, después de varios días de tensiones entre ambos en relación a la gestión de la petrolera estatal, especialmente en lo que respecta a la subida de precio en los combustibles.
Bolsonaro aprovechó para alabar a Silva e Luna, que está a la espera de ser ratificado por el consejo de dirección de Petrobras, por su última gestión de la represa hidroeléctrica de Itaipú y cargar contra Castello Branco, a quien le criticó estar cobrando 50.000 reales semanales (7.500 euros).
"No puede haber ese tipo de política salarial allí", ha dicho Bolsonaro, según publica Globo, que también se ha hecho eco este lunes de una caída del 20% en las acciones de Petrobras en la Bolsa brasileña, después de que el cambio orquestado por el presidente haya hecho saltar las alarmas ante la posible intervención en el precio de los combustibles.
Ante este desplome, el vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao, ha optado por restarle importancia y ha señalado que el mercado financiero es como un "rebaño electrónico" y ha descartado que tal cambio vaya a afectar a la petrolera.
En ese sentido, ha negado que la acción de Bolsonaro busque intervenir en los asuntos de Petrobras, puesto que entre sus atribuciones está nombrar a su presidente. "Es una cuestión de confianza", ha remarcado, insistiendo en que "no hay forma de intervenir en los precios", ya que lo impide "la propia legislación" de la compañía.
El cambio de presidente se produce días después de que Bolsonaro, ante las presiones de algunos sectores por la subida de los precios del combustible, avanzará que "algo" iba a pasar en Petrobaras "en los próximos días".
"En estos dos meses vamos a estudiar una forma definitiva de buscar cero impuestos para ayudar a compensar estos aumentos, en mi opinión excesivos, de Petrobras. No puedo interferir, aunque algo va a pasar en Petrobras en los próximos días, hay que cambiar, algo va a pasar", aventuró la semana pasada.
Bolsonaro apuntó que se había producido un aumento por "encima de la curva", del 10% en la gasolina y del 15% en diesel. "Es el cuarto ajuste del año. Las broncas siempre me llegan a mi, pero es Petrobras quien tiene la autonomía", se disculpó.